Por: Roberto POLO
Oaxaca.- Es jueves primero de agosto de 2019. Y los cadáveres de ocho perros flotando en las aguas del río Atoyac exponen lo que todos ya sabemos: que está podrido y que su salvación quedó alejada de toda intención de auxilio.
Es tétrico, un escenario natural vestido con frondosa contaminación. Aguas ceñidas de color grisáceo, que expulsan olores fétidos y que hoy, en Zaachila, municipio de la amplia región de los Valles Centrales, se huelen con normalidad.
Su grave deterioro es un problema de todos. Y aunque se reconoce, se estudia y manifiesta, lo cierto es que todos los días se mata al río que ya perdió su capacidad de regeneración.
Para Ángel Domínguez Escobar, diputado local del distrito de Loma Bonita y presidente de la Comisión de Agua y Saneamiento del Congreso del Estado, es lamentable el escenario que muestra hoy en día el Río Atoyac, máxime cuando los cadáveres de ocho perros, víctimas de una presunta matanza y que fueron arrojados al afluente, lo evidencian.
Estableció que esta situación no se trata nada más de las autoridades, pues los culpables somos nosotros y lanzó un ya basta ante la degradación natural que la misma sociedad está provocando.
Precisó que México ya no puede aguantar más, pues además de la intolerable violencia que se vive todos los días, la contaminación provocada está terminando con nuestro propio entorno.
Un reportaje de Arturo Avendaño, publicado por El Piñero, Periodismo y Debate ( https://www.elpinero.mx/toxicos-alimentan-a-pueblos-de-los-valles-centrales-de-oaxaca/) precisa que las primeras corrientes del Río Atoyac se forman de escurrimientos y manantiales ubicados en la comunidad de San Sebastián Las Sedas, del municipio de San Francisco Telixtlahuaca, al noroeste de la ciudad de Oaxaca, para unirse en la Sierra Sur al Río Verde que desemboca al mar en el Distrito de Jamiltepec.
No obstante, en municipios como Zaachila, que ve pasar la corriente de ese dañado río, no hay voluntad de saneamiento ni en su más mínima expresión, pues a decir de Luis Ángel Mendoza Márquez, comandante del primer turno de la Policía Municipal, en el Ayuntamiento no existe, ni siquiera, el equipo necesario ni material higiénico para introducirse al río en virtud de su grave contaminación.
Mientras que en el municipio de vecino de Santa Cruz Xoxocotlán el actual gobierno impugnó una sentencia emitida por la Juez Primero de Distrito en el juicio de amparo 621/2016 que ordenó a las autoridades federales, estatales y municipales para que se coordinaran e implementaran medidas efectivas para el rescate de los Ríos Salado y Atoyac.
Al respecto, señaló Domínguez Escobar, la pretensión de frenar la sentencia resultó fallida, pues el gobierno de Xoxocotlán alegó que el río no estaba contaminado, algo completamente falso.
La contaminación más grave se presenta en el municipio Oaxaca de Juárez, ya que la carga contaminante del río se infiltró hasta el acuífero que abastece de agua potable a la capital oaxaqueña y municipios conurbados, por lo que las aguas subterráneas que se extraen en las proximidades del río rebasan los niveles de contaminantes permisibles en aguas para consumo humano, de acuerdo al estudio Problemas de Contaminación y Afectación Ambiental de los Valles Centrales.