Orgullosamente Tuxtepecana, Dulce Olivia Nava López, defenderá, en el certamen estatal para elegir a la Diosa Centéotl, la cultura, la tradición, la identidad de la Cuenca del Papaloapan.
Integrante de una familia de cinco, Dulce –en el hablar lleva el nombre– es ingeniero civil que busca: “Demostrar que Tuxtepec es más que una ciudad.
Es un todo, es la maravilla de la naturaleza, la casa multicultural de sus habitantes y punto de partida para la zona jaranera, sotaventina, chinanteca y mazateca”.
De palabra fácil, de personalidad tierna-segura, Dulce Olivia porta el huipil de Tuxtepec. Una vestimenta que pocos conocen pero que, le da entidad, con trazos y memoria del poeta Felipe Matías.
En el albo lienzo que se aferra a su carácter y alegría tuxtepecana, resalta el conejo y, también, el conocimiento cultural e histórico que, la hija de Martha Olivia López Cruz y José Juan Nava García, defenderá en el concurso estatal para elegir a quien presidirá la máxima fiesta pluricultural de Oaxaca, la Guelaguetza.
El interés de Dulce Olivia no solo es convertirse en Diosa Centeotl. Su anhelo es difundir, comunicar, dar a conocer que Tuxtepec es un lugar de oportunidades cimentada en sus orígenes, historia, tradición y la generosidad de su gente.
Agradecida con la oportunidad de ser representante de Tuxtepec en el concurso estatal para elegir a la Diosa Centeotl, Dulce Olivia Nava López va con la convicción, además de ganar, de demostrar que Tuxtepec, su gente, su cultura y su proyección son una versión del paraíso terrenal.