La Red Nacional de Comunidades Envenenadas en Resistencia (Renacer) ha identificado hasta 70 regiones en emergencia sanitaria y ambiental en México debido a la contaminación provocada por grandes empresas de la industria y agroindustria. Entre las principales responsables se señalan a Lala, Peñoles, Granjas Carroll y Bayer, que han dejado un grave impacto en la salud y el medio ambiente sin regulación efectiva por parte de las autoridades.
Crisis ambiental y de salud en comunidades afectadas
Los efectos de estas industrias han sido devastadores para cientos de comunidades, donde se reportan altos niveles de contaminación del agua, el aire y el suelo, afectando directamente la salud de los habitantes. Entre las enfermedades más comunes en estas zonas se encuentran cáncer, leucemia, insuficiencia renal, enfermedades respiratorias y malformaciones congénitas.
Por ejemplo, en La Laguna, Coahuila, la empresa Lala ha sido señalada por su alto consumo de agua para la producción de alfalfa destinada a la producción de leche, en una región donde el líquido es escaso. Además, en esa misma zona opera Peñoles, una de las mayores siderúrgicas de plomo en el mundo, generando altos niveles de contaminación por plomo, cadmio y otros metales pesados.
En la frontera entre Puebla y Veracruz, Granjas Carroll, dedicada a la producción masiva de cerdos, ha sido acusada por la contaminación de mantos acuíferos y por generar problemas sanitarios graves en la población. El aire fétido, enjambres de moscas y enfermedades gastrointestinales son parte del día a día en estas comunidades.
Otro caso alarmante es el del río Santiago, en Jalisco, uno de los cuerpos de agua más contaminados de México debido a los desechos industriales arrojados por múltiples empresas sin regulación adecuada.
La falta de regulación y el daño del modelo neoliberal
Las comunidades afectadas y expertos en salud ambiental denuncian que estas empresas se instalaron en México aprovechando la laxa regulación ambiental y sanitaria, en un modelo económico que priorizó la inversión extranjera sobre la protección del medio ambiente y la salud de la población.
“El daño es irreversible en muchas de estas regiones. Se ha permitido que las empresas operen sin control, contaminando el agua, el aire y la tierra sin ninguna consecuencia”, denunciaron los integrantes de Renacer.
Además, se ha señalado que muchos de los empleos generados por estas industrias son precarios, mal pagados y con altos riesgos para la salud de los trabajadores, lo que desmiente el supuesto beneficio económico de su instalación en el país.
Exigen emergencia sanitaria y regulación estricta
Ante esta crisis ambiental y sanitaria, activistas, científicos y comunidades afectadas exigen que estas regiones sean declaradas zonas de emergencia sanitaria y ambiental. También piden una revisión y actualización urgente de las normas ambientales, así como la aplicación de sanciones y medidas de remediación para las empresas responsables.
“Es urgente que el gobierno actúe, porque estamos hablando de enfermedades graves como leucemia en niños, cáncer y daño renal que están matando a nuestras comunidades”, denunció un integrante de la Red.
Las comunidades afectadas han reiterado su llamado al gobierno para que deje de favorecer a estas empresas y actúe en defensa del pueblo, garantizando el derecho a un ambiente sano y libre de contaminación.