Paulo Sergio Hernández/ Yolanda Portugal Guzmán
Loma Bonita, Oaxaca.-Cada día, el son jarocho se vuelve popular en Loma Bonita, lo que en algún momento parecía una tradición veracruzana resulta que es reflejo de una cultura que tiene raíces profundas en la identidad original del lomabonitence.
Para mucha gente en Oaxaca, la palabra jarocho significa Veracruz, pero en realidad “Los habitantes del sotavento son los jarochos, no todos los veracruzanos son jarochos ni todos los jarochos son veracruzanos ya que el sotavento es una planicie costera que involucra a los estados de Oaxaca, Veracruz y Tabasco. Ciertos eventos como son los bailes o danzas, las comidas, la forma de hablar y de expresarse, el picaresco sentido del humor y su incorporación en la música son manifestaciones que se viven y difunden como parte de los valores culturales de Loma Bonita, con el mismo sentir de los demás pueblos del trópico sotaventino.
Loma Bonita, previo al boom piñero había fandango, la fiesta sotaventina por excelencia que se desarrolla en con una estructura perfecta arropada por los sonidos de la jarana, el requinto, las quijadas y el zapateado en la tarima que se vuelve el epicentro de la celebración.
Paisajes culturales
Si bien, Loma Bonita tiene raíces jarochas, a raíz del crecimiento de la economía y de la población a causa de la industrialización de la actividad piñera, el paisaje cultural se vio transformado drásticamente. Aquellas actividades cotidianas o fiestas donde se vivía el fandango fueron suplantadas por costumbres citadinas y cosmopolitas. En los años posteriores a los 70’s las fiestas eran amenizadas por grupos de música que con teclados en mano y acompañados de guitarras eléctricas tocaban los ritmos populares que también se oían en la radio y la televisión. Las jaranas que se tocaban los parques, calles y cantinas fueron suplantadas por radios, tocadiscos y rockolas donde sonaba la música que estaba de moda en las principales ciudades del país.
Ahora, para cierta parte de la población el fandango no es parte de la cultura local mientras que para otros ha formado parte de sus vidas. Lo que sí es evidente es la popularidad, ahora es mucho más común presenciar un evento cotidiano de son jarocho en municipios como Cosamaloapan o Tlacotalpan, Ver. que en esta localidad piñera. Esto obligó a la sociedad a resguardar las expresiones culturales que tenían o rescatando lo que desde sus inicios formado parte del adn lomabonitence, la cultura del sotavento y el son jarocho.
Ante estos cambios en el paisaje cultural, Loma Bonita vive nuevamente una tendencia cultural que va creciendo y se va expandiendo. De mano de Casa Sotaventina, se ha iniciado un rescate de la cultura jarocha y sus tradiciones. Han tenido tanto éxito que los fandangos ahora son llevados a la fiesta de la guelaguetza en la ciudad de Oaxaca.
La Guelaguetza
Después de más de 50 años que culturalmente la región de la Cuenca del Papaloapan había sido representada por el bailable Flor de Piña –en la cual Loma Bonita nunca tuvo participación- Esta población irrumpió en la escena, esta vez sin el mayor protagonismo representado por la cultura piñera que por generaciones ha formado parte de la identidad del lomabonitense. Contrario a la tradición, al ritmo de instrumentos, sones, vestimentas y versos, en el año del 2012 los oaxaqueños pudieron conocer una cultura que se ignoraba. Por vez primera, de manera oficial, los aires del sotavento atravesaron la Sierra Madre de Oaxaca hasta llegar al cerro del fortín, donde con su toque cálido, sus versos y décimas improvisadas -elementos característicos del Son Jarocho- causaron revuelo en la ciudad.
Las nuevas generaciones
La cultura sotaventina y el son jarocho es una actividad cultural que va creciendo poco a poco y que vuelve a popularizarse con los niños y adultos interesados. Ésto no fuera posible sin la labor titánica que realiza Casa Sotaventina y sus miembros integrados por una familia respaldada por los padres de familia y sus hijos.
¿Qué es la casa Sotaventina?
De palabras de unos de los fundadores de Casa Sotaventina –Jaqueline Acosta y su padre Eladio Acosta Palafox- explican que Casa Sotaventina es un proyecto que con el nombre sólo tiene dos años pero que han venido realizando una labor de más de 10 años. Su labor es simple y sencilla, difundir la cultura de Loma Bonita y de la región del Sotavento a través de la impartición de talleres de música como –requinto, jarana, guitarra, leona- percusiones como la quijada de burro así como se la impartición de clases de tejido. La idea central es que los niños se sumerjan en la cultura, la vivan, la compartan, la disfruten.
A pregunta expresa: ¿Cuántos niños tienen ahorita? “Tenemos alrededor de 70 niños que vienen aprender a los talleres. Aprender a tocar jarana, a cantar, aprenden versos, también bailan en la tarima. En sus ratos libres las mujeres aprenden algunas labores de tejido. “
¿Qué es el son jarocho y el fandango?
El son Jarocho siempre ha creado comunidad, desde sus orígenes africanos hasta ahora se ha mantenido como una tradición que involucra a todos los miembros interesados. Aquí no importa si eres miembro de la familia o invitado, cualquiera puede aprender a tocar los instrumentos, zapatear, versar e integrarse a la fiesta que es donde también se crea colectividad.
En los últimos años se ha vuelto muy popular y ha seducido a habitantes de ciudades como Oaxaca o la ciudad de México, que inclusive tienen un dicho “donde sea que levantas una piedra sale un jaranero”
Pero a resumidas cuentas, esta expresión cultural no se puede entender sin la fiesta, que aquí se le llama fandango
¿Qué es el fandango?
El fandango es una fiesta, es donde se reúne la música y el baile. Pero en realidad interviene la comida. Si no hay comida no hay fandango. Son muchos los elementos que intervienen en un fandango. Y es que aquí la fiesta la hacen todos. Los participantes comen, bailan, versan y tocan sus instrumentos al mismo tiempo. Todo esto, realizado sobre un instrumento central del cual parte toda la algarabía que es la tarima.
Elementos del fandango
A simple vista pareciera que el son jarocho es solamente tocar los instrumentos, cantar las canciones y bailar sobre la tarima, pero todo tiene un orden, reglas y elementos que lo hacen particular y único.
En entrevista con los integrantes de Casa Sotaventina, nos comentaron los principales elementos que intervienen:
-La Tarima
Hay dos tipos de sones, sones de mujeres y de montoón. Con el tiempo vas aprendiendo que sones se bailan mujer con mujer y que sones se bailan en pareja, hombre y mujer.
-El ritual
Todo lleva un ritmo, en el fandango hay mucha armonía. El zapateado no es solo un baile al azar, el zapateado es parte de la música, si no lleva un orden, la música se pierde, por eso tiene tanta estructura; por decir algo, en los fandangos, para comenzar a bailar debe dejar de cantar el que está cantando. Entonces, mientras alguien está cantando nadie se sube a la tarima, ya que vas a subir, le tocas el hombro a tu compañero o compañera, se bajan y ya sabes que te toca que subir.
Son las reglas no escritas del fandango, no tienes que subir en cualquier momento, tienes que esperar a que el cantador haga su pausa, cuando ya esté la pura música a esa hora ya puedes subir.
Hay varias niñas que son muy pequeñas, tienen como cuatro o cinco años, entonces ellas van poco a poco aprendiendo el ritmo, aprendiendo los descansos, aprendiendo todo el zapateado pero comienzan por aprender toda la estructura del fandango. Donde van los descansos, donde van los zapateados fuertes. Tiene su complicación y dificultad.
-El vestido
El vestido es muy particular, por ejemplo, hoy traigo una blusa blanca tejida, esta es la blusa tradicional. Está pegada aquí con “camaroncitos”-tejidos que están hechos a mano-. Las faldas generalmente son floreadas y el rebozo va bien ceñido a la cintura. Debajo de la falda está las “”.
Los hombres generalmente van de guayabera y el sombrero de cuatro pedradas.
-Las Jaranas
-Quijada de burro
La percusión es el sonido que tiene este instrumento, el golpeteo rápido que se realiza contra los dientes hace que se aflojen, se muevan y produzcan el sonido tan particular. Es un instrumento que está hecho con la quijada de caballo. El niño Ismael de Jesús explica: Antes no tenían idea de para que se ocupaban entonces hasta las regalaban pero ahorita te las venden en mil pesos cada una. La quijada es originaria de Veracruz y Oaxaca, En todos los fandangos que tu vayas la encuentras es un instrumento que se toca junto al cajón peruano. Son percusiones.
Lo diferente es el cambio
Ya son más de 6 años que se lleva ésta tradición del sotavento a la ciudad de Oaxaca, pero ello implicó romper con una visión tradicionalista respecto a la Cuenca del Papaloapan. Si bien, el bailable flor de piña no representa a Loma Bonita ni a la cultura piñera se tenía la obligación de llevar algo que representara a las raíces originales. Unos de los bailables que estaban presentes en las guelaguetzas no oficiales desde los años 60 es “Rinconsito Oaxaqueño” bailable creado por “Raquel Osorio y Orlando” y que era amenizado por las melodías del grupo tropical de “Azamar y sus teclados”. Bailable que hasta el día de hoy, es enseñado en la casa de la cultura de la ciudad y algunas en escuelas primarias pero que ha perdido protagonismo e importancia en los últimos años.
De acuerdo con Eladio Palafox, al preguntarle sobre esta hazaña responde: “Llama la atención algo diferente, por eso a Loma Bonita no la llevaban a la guelaguetza, porque querían que fueran con música de viento y Huipil y no se podía ir a representar una región que no era auténtica, lo auténtico de ahora es el fandango, siempre lo ha sido, pero ahora ya en Guelaguetza ya lo aceptan. Mi hija Evelyn Acosta fue la primera diosa Centeotl de las fiestas de jarana en el cerro del Fortín. Hemos hecho presencia, hemos hecho mucha labor para que eso se reconozca en el estado. Principalmente en los gobiernos que antiguamente si nos invitaban, invitaban a Loma Bonita pero querían que fueran con banda de viento y con hupil. Ahora ya no, ahora nos invitan y saben que vamos a ir con jarana y con tarima y se aguantan porque eso llevamos”.
Labor cultural y social
Esta nueva ola jarocha tiene cimientos, ahora son más de 70 familias que se han involucrado directamente y que se han visto beneficiadas participando en el rescate cultural que ha emprendido grupo Diapazón y la familia Palafox en Casa Sotaventina
Son mas de 70 niños que asisten para aprender en los talleres. Ellos aprenden a tocar jarana, a cantar, aprenden versos, también bailan en la tarima. En sus ratos libres las mujeres aprenden algunas labores de tejido. Cuando uno platica con ellos resaltan varias palabras, disciplina, responsabilidad, mantener las tradiciones vivas. Y es una labor positiva que se ve reflejada en todos los integrantes.
Para los padres de familia, ésta es una actividad que ha cambiado positivamente a sus hijos, por ejemplo, Mama 1 explica que para su hijo ha aprendido la jarana, el canto y el baile porque le gusta. Por eso es muy importante como familia apoyarlo en lo que le guste y que al mismo tiempo colabore en rescatar la tradición. El está muy motivado y contento; le gusta mucho participar. A demás es algo que también me gusta a mí. No lo traigo a la fuerza.
Así también, mama 2 comenta: Para mi hija venir aquí es decir, mamá vamos al zapateado. Es su mundo, su día. El día que le toca venir a la Casa Sotaventina es lo máximo. Ella se ha vuelto muy disciplinada, adquiere muchos conocimientos y más en cuanto a las costumbres mexicanas.
Otro abuelo que destaca en su comentario es “Abuelo” La amistad que he tenido con Don Eladio y su familia fue parte fundamental para que trajera a mis nietos con ellos. No es por nada, pero la mayoría de los niños que están aquí, van muy aprisa aprendiendo. Esto es señal de que lo que les enseñan lo hacen de una manera que los infantes rápido lo captan. Por ejemplo, mi nieto empezó en marzo con el requinto y 9 meses ha avanzado mucho. Mis otras nietas son bailadoras y uno toca el cajón. Esto es una formación para todos los niños, se van haciendo más responsables. Para nosotros la identidad es el son y a mí me interesa que ellos aprendan. Es muy feo que vaya a otras ciudades y me digan de dónde eres “yo soy de Veracruz” pues has de saber bailar y que en el momento no sepas.
Y para que esto sea posible, no solo implica el esfuerzo de los organizadores y maestros a cargo de Casa Sotaventina, si no también, los padres ejercen un papel fundamental para que esto sea posible:
Por ello, para mama 1 menciona que si bien no implica dificultad mayor, si hay que ir a dejarlo o traerlo, estar pendiente de lo que necesita, de los días que tienen presentaciones o de tener su instrumento listo
Para Mama 2 lo mas difícil para ha sido dejar de lado el trabajo y dedicarle un poco más de tiempo de calidad a su hija “porque estar aquí no es nada más venir a dejarla, si no estar pendiente de lo que necesita, lo que requiere. Como mamá trabajadora implica dedicarle un tiempo a ella más que nada.
Mientras que para el “abuelo” proveniente de Tlacojalpan, Ver, localidad a 20 kilómetros de distancia implica un esfuerzo mayor: “Para venir nos hacemos 25 minutos. Venimos los jueves y los viernes de cada semana y cuando nos solicitan venir para otras celebraciones hago un esfuerzo, dejo lo que tenga que hacer y traigo a mis nietos. A mí me gusta el son y lo toco también”
El ejercer la cultura es sinónimo de estar en contacto con la sociedad y con la vida. Ya que este tipo de actividades culturales ha significado mucho para los niños, permitiendo que ellos se desenvuelvan positivamente en un espacio sano donde los valores, costumbres y valores son realzados.
Para Madre 1 Es muy importante, “ya que en el mundo, sociedad y el tiempo en el que estamos es vital mantener a los niños ocupados en actividades que les ayuden desarrollarse porque esto también les da seguridad. Al momento de cantar y bailar se desenvuelven de una manera absoluta. La verdad es preferible mantenerlos allí que en el ocio, en la tablet o el celular”.
Por otra parte, Madre 2 opina que “Estamos ahora en un tiempo donde la sociedad está perdiendo valores, costumbres y tradiciones. Nosotros como papás, abuelitos, tíos… nos toca enseñarles y ver que en ellos se está fomentando una disciplina, el amor hacia su país y hacia sí mismo. Es lo más grande que puede haber.
Beneficio a niños
En casa Sotaventina quienes mejor la pasan son los niños, aparte de aprender a tocar instrumentos y bailar, representa una actividad de óseo en donde se divierten y hacen amistades.
Ismael de Jesús Ramirez Vera explica que le gusta el taller porque aquí le enseñaron lo que es la percusión. Actividad que disfruta mucho tocar.
Para niña 1 Lo divertido es conocer personas, andar de lugar en lugar, fandangueando, estando en presentaciones
Mientras que niña dos menciona: “Estoy contenta por estar aquí porque podemos disfrutar un rato agradable en compañía de los demás que comparten el mismo gusto por la música y por el zapateado. Aquí se sigue fomentando eso que se estaba perdiendo pero aquí hemos tratado de que siga a flote y que se vuelva otra moda”. Está muy padre relacionarse con personas que ya tienen más experiencia o que están comenzando porque pues se comparte el mismo gusto. Haces amistades en otros lados, compartes más, aprendes más”.
Así mismo, Niño güero quien va a cumplir tres años de participar en los talleres mencionó que al principio no le dio importancia. “No me interesó, después poco a poco fui educándome en este arte, esta disciplina y ya llevo tres años y me sigue gustando. Para su hermano quien primeramente lo invitó comentó que el taller lo inicio en la escuela. “El profesor me fue enseñando y aprendí, y luego el profesor me invitó a la casa sotaventina. Me siento muy bien, ya tengo varios años aquí. Inclusive he invitado a otras personas para que no se pierda la tradición ya que es algo muy bonito”.
Como muchas actividades que se disfrutan, ésta también se comparte y se corre la voz para que sus amigos y amigas participen y disfruten de este espacio que significa mucho para ellos.
Por eso para Niña 2 abre la invitación para todos “es un lugar donde siguen fomentando la cultura, te ayudan a que aprendan, a hacer algo nuevo, a utilizar los instrumentos de percusión. Anímense a venir es muy divertido”
Así también Niña 1 menciona “anímense a venir y participar con esta tradición que es muy bonita, porque en el paso de los años se ha ido perdiendo y ellos están tratando de revivir y de que todos la vivan, la sientan, aprendan”.
Finalmente Janareno, explica con emoción “ Es muy bonito porque revives esa satisfacción que nuestros ancestros tenían y que año tras año se ha ido perdiendo. Los invito a que vengan a casa sotaventina y los invito a que aprendan el fandango, sus tradiciones, que revivan esos que nos dejaron nuestros ancestros año con año.
Y ya que es una actividad en la que los padres se han involucrado y han podido experimenta los beneficios de participar. En ocasiones, ellos mismos son los que corren la voz e invitan a quienes estén interesados:
Madre 1: A los papás que lean esta entrevista, traigan a sus hijos, vale la pena el tiempo, esfuerzo, dinero dedicado para que vengan y aprendan de esta experiencia” Una experiencia positiva para los padres que es donde se conocen y conviven.
Madre 2 comentó
“Agradezco al señor Heladio y exhortamos a quienes nos escuchan o nos ven que vengan, no hay ningún costo, aquí los niños aprenden a conocerce, aprenden el valor de compañerismo, el respeto, el trabajar en equipo. Adquieren más cosas que solo un son, que solo una canción. No nos cuesta nada, más que apoyarlos. Disfruten de estos sones, de esta costumbre tan bonita”.
Finalmente el abuelo agradece “Yo quiero por este medio darle las gracias al maestro Heladio , a su hijo Daniel, a su hija Jaqueline, a su hija Evelyn Acosta que no está ella aquí ahorita pero que también está al pendiente de lo que están haciendo. Darle las gracias por el gran esfuerzo que hacen. Porque para los que desconozcan, aquí no cuesta absolutamente nada más que venir. Es demasiado lo que hacen por tan poco, por nada.
Dificultades y retos
Pero, no todo es miel sobre hojuelas, esta es una actividad que nace de la labor altruista de sus fundadores. Si bien, no cobran cuotas u comisiones a los niños, tienen la obligación de organizar eventos para recaudar fondos y apoyarse de los padres de familia en caso de que celebren algún fandango o donde tengan que asistir a alguna presentación.
“Casa Sotaventina no persigue fines comerciales para los trabajos que realiza, aquí no se cobra nada, los niños no pagan inscripción, mensualidad, ni pagos semanales. Nuestra labor más bien es enseñar a los padres la convivencia, el trabajo en equipo, el tequio, lo que es trabajar de manera comunitaria… enseñarles a ser colaborativos. Que si nosotros prestamos nuestros conocimientos en la música ellos lo pagan ayudándonos a solventar por ejemplo, la alimentación en el caso de celebrar algún fandango. Es como una cooperativa cultural. Nuestra labor es organizarlos y ellos se benefician trayendo sus niños y aprenden también” comenta Heladio Acosta.
Casa Sotaventina cuenta con algunos instrumentos que han sido donados por los organizadores y algunos más han sido comprados por los padres con tal de seguir motivando a los niños. Con lo poco que tienen se hace lo que se puede. Esta es una labor que podría beneficiar a muchos niños más si se contara con más financiación por parte de la sociedad civil y entes gubernamentales.
En entrevista, respecto al tema, Abuelo comentó “Si las autoridades ven en algún momento este video, de alguna manera, vean lo que están haciendo y nos apoyen. Ellos no cuentan de recursos de ninguna institución, simplemente su trabajo de ellos y lo están regalando. A las autoridades, brinden más apoyos para que esto se haga más grande y mejor”
Los tiempos venideros
Muchas de las tradicionales ramas en la época decembrina fueron armonizadas por jaraneros, así también, en los últimos años se han realizado eventos culturales, ferias o mercados en donde las tarimas y el fandango ha estado presentes, inclusive, por las tardes y noches empieza a observarse como los nuevos jaraneros se ponen a cantar en la explanada del palacio municipal alegrando las noches de ocio de esta población.
La época de la bonanza piñera ya no es la misma que hace 30 años. Aquella cultura cosmopolita que trajo la industrialización se desvanece poco a poco y la identidad jarocha y sotaventina resurge nuevamente en los niños y adolescentes que acuden a Casa Sotaventina
A pesar de todo, Casa Sotaventina es la resposable de crear una nueva corriente cultural que comienza a escucharse en las calles lomabonitences. Una cultura que ha resurgido del letargo en el que estaba.