Redacción El Piñero
Aunque el presidente López Obrador insistió durante todo su mandato que México tendría un sistema de salud como Dinamarca, el pasado 10 de julio afirmó que el Instituto de Salud para el Bienestar, servicio que sustituyó al Seguro Popular, “no funcionó”.
Y efectivamente, el INASABI no funcionó, porque aparte de las alarmantes cifras de falta de atención a embarazadas, el personal administrativo y de atención a pacientes en la Secretaría de Salud siempre señaló falta de medicamentos e insumos para atender a la población sin seguridad social.
De acuerdo con las estadísticas del Sistema de Información de la Secretaría de Salud, hubo un desplome en la atención a mujeres embarazadas durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las comparaciones en cifras:
Mientras queen 2018, el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto se registraron 4 millones 989 mil consultas prenatales en todo el país, en 2022 cayó a 3 millones 131 mil atenciones.
Mientras que la disminución de consultas prenatales fue del 37%., las muertes de mujeres en el parto aumentaron al pasar de 35 fallecimientos por cada 100 mil nacimientos en 2018, a 38.21 en 2022.
Con esto, el país retrocedió.
También disminuyó el número de partos atendidos, toda vez que en 2018 atendieron a 835 mil 947 mujeres, y en 2022 se atendieron 238 mil 443. La baja de 71%.
A este número habría que poner contexto, pues también puede responder al resultado de programas instituciónales de control natal.
Esas estadísticas corresponden a la población sin seguridad social que son atendidas en los centros de salud y hospitales en todo el país y que financiaba el gobierno federal a través del Seguro Popular desde 2004 a 2019, mismo que fue sustituido por el Instituto de Salud para el Bienestar.
Según el presidente López Obrador, el Insabi aseguraría la gratuidad de medicinas y atención para toda la población, pero en realidad, su gobierno destinó una mínima parte a esta estrategia.
Solo en 2021, el 90 por ciento de los recursos provistos para el INSABI, equivalente a 95 mil millones de pesos, fueron devueltos a la Secretaría de Hacienda, sin que se haya sabido para qué se gastaron.
De ahí que, personal médico denunciara permanentemente la falta de insumos para poder atender a sus pacientes, y los usuarios acusaran falta de atención y desabasto de medicamentos.
La mayor caída ocurrió en las consultas subsecuentes de embarazadas, toda vez que en 2018 hubo 3.8 millones de atenciones, pero para 2022 bajó a 2.3 millones, una disminución de 38%.
Las entidades federativas con las bajas más significativas están en el norte del país.
Entre ellas Sinaloa, Sonora, Zacatecas, Quintana Roo y Guerrero registraron una baja de 168%, 162% y 101%, respectivamente.