Durante dos días, las mujeres mexicanas hicieron historia. Primero, con una movilización en su día. Luego, con un paro nacional que dejó a medio motor el transporte, las escuelas, los comercios, las oficinas (muchas de ellas públicas). La movilización impone una agenda que las autoridades, los grupos políticos y hasta el Congreso se resiste a darle prioridad: basta ya de feminicidios, basta ya de violencia. También hubo quienes no pudieron sumarse al paro, pero demostraban su apoyo al movimiento portando playeras, pulseras o moños de color morado.
Guadalupe Fuentes López
Ciudad de México (SinEmbargo).– Las mujeres mexicanas han hecho historia dos veces seguidas, en apenas dos días. Primero, el domingo se movilizaron de norte a sur y, por supuesto, en la capital del país. Luego organizaron un paro nacional que dejó a media luz las oficinas, muchas de ellas públicas; los comercios, las escuelas y los institutos.
El mensaje es claro: la agenda de las mujeres será prioridad, o será prioridad. No puede esperar más. Y es un tema de supervivencia. Los feminicidios se han disparado en el país junto con la violencia, y casi nadie paga. Se les abusa y en un gran porcentaje se trata de allegados a la familia o miembros del núcleo familiar. Se les violenta y se les hace a un lado, se les explota. Es una sociedad machista y profundamente patriarcal. Pero no están dispuestas a que esto continúe.
En este histórico paro nacional de mujeres también hubo quienes no pudieron unirse, la mayoría porque no tuvo opción. Sin embargo, el lunes 9 se sumaron al paro trabajando con un distintivo en sus vestimentas: pulseras, playeras o moños morados.
El domingo, Día Internacional de la Mujer, miles de mujeres salieron a las calles en más de 70 ciudades de todo el país. El lunes 9 de marzo desaparecieron. Baja California, Estado de México, Nuevo León, Michoacán, Chihuahua, Puebla, Campeche, Morelos, Tlaxcala, Ciudad de México y los 32 estados de la República sintieron su ausencia.
Por ejemplo, en Ciudad Juárez, donde los feminicidios han movilizado antes a la sociedad, solo dos mujeres del área de Tesorería acudieron a trabajar hoy durante el paro nacional. La Oficialía Mayor dijo que se ausentaron mil 606 trabajadoras del Municipio. El Alcalde Armando Cabada destacó el caso de sólo una trabajadora del área de nóminas la que se presentó y dijo que se le dará otro día libre por haber acudido, según consignaron medios locales.
La agencia española EFE reportó desde San Cristóbal de las Casas, Chiapas, que mujeres zapatistas se sumaron al paro nacional. “Vivan las mujeres zapatistas, vivan las mujeres que seguimos en la lucha, vivan las mujeres de la Junta de Buen Gobierno. Las mujeres Zapatistas ya no queremos más violencia, ya no queremos más asesinatos de mujeres, organizadas y sin miedo, seguimos adelante. No están solas”, fueron algunos de los mensajes que lanzaron desde las afueras del caracol de Tulancá.
En Puebla, Aguascalientes y Estado de México, escuelas y comercios también lucieron semivacíos sin la presencia de las mujeres.
LAS QUE NO PUDIERON PARAR
“Ese paro es un pretexto para las pinches viejas huevonas”, les dijo su jefe a las mujeres que laboran en una agencia de análisis y monitoreo de medios que lleva la cuenta de unos 10 estados y partidos políticos. María y sus compañeras fueron advertidas de que si faltaban les harían varios descuentos.
“Nos advirtió que si faltábamos nos iba a hacer varios descuentos”, contó María (nombre ficticio por temor a las represalias en su trabajo), quien lleva más de 15 años laborando en la empresa de monitoreo.
La mujer, de 40 años, se encarga de monitorear programas de radio y transcribir notas de los clientes de la agencia. Trabaja más de 8 horas al día y su sueldo es menor al de sus compañeros hombres, quienes ganan más que ella a pesar de realizar menos labores.
En la empresa de monitoreo donde trabaja María, el 50 por ciento de los trabajadores son mujeres y todas acudieron este 9 de marzo a laborar. No tuvieron opción.
Para visibilizar la violencia contra las mujeres y que los feminicidios como el de Ingrid Escamilla y la niña Fátima no se queden solo en notas impresas y estadísticas, el colectivo Brujas del Mar creó la convocatoria #UnDíaSinMujes bajo el lema: ¡El 9 nadie se mueve!
El objetivo de la convocatoria fue simple, pero poderoso: que el domingo 8 de marzo, Día de la Mujer, todos vieran a las mujeres tomar las calles y el lunes 9 todas desaparecieran, tal como sucede con el aumento de feminicidios diarios.
La finalidad de la convocatoria se fue cumpliendo. En la marcha del Día Internacional de la Mujer en la Ciudad de México asistieron un total de 80 mil personas, en su mayoría mujeres, según reportó el Gobierno capitalino, pero en los estados también asistieron miles. De las cifras del paro aún no hay estadísticas, pero el lunes 9 de marzo las calles, escuelas, oficinas y medios de transporte colectivo lucieron a medias en distintos estados de la República.
Ese era el objetivo principal del paro: que ninguna mujer acudiera trabajar, a la escuela ni hiciera compras, transferencias de dinero ni ventas, nada que involucrara un movimiento financiero y se demostrar que sin las mujeres la economía mexicana se detiene.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 39.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) en México son mujeres y el 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) lo aportan las empresarias, por lo que su ausencia -en un solo día- costaría alrededor de 26 mil millones de pesos.
Así como María, otras mujeres no pudieron parar de trabajar, unas porque no tuvieron opción y en solidaridad portaban un moño morado en sus uniformes en señal de que compartían el movimiento de protesta en contra de los feminicidios, la desigualdad laboral y el derecho a las libertades, como un aborto seguro.
La mayoría de las mujeres que el lunes no dejaron de trabajar laboran en el sector servicios, en el que labora más del 50 por ciento de las mexicanas. Casi siete de cada 10 mujeres ocupadas –con empleos especificados– se desempeñaron como comerciantes y/o vendedoras, así como en trabajos de servicios personales y domésticos, además de aquellos industriales, artesanales y de ayudantía.
En estos tres grupos de actividades económicas y en promedio, ellas recibieron 33, 24 y 41 por ciento menos ingresos que sus homólogos masculinos, de acuerdo con cifras del Inegi recabadas por la Unidad de Datos de SinEmbargo.
En un recorrido realizado por SinEmbargo a diversas plazas comerciales de la Ciudad de México, se observó que algunos locales sí eran atendidos solo por hombres, pero también había negocios donde las mujeres estaban trabajando. En farmacias, zapaterías, paleterías, tintorerías, restaurantes, puntos de venta de empresas como Telcel y vendedoras de TV de cable operaron como un día normal. En Walmart también había cajeras y demostradoras laborando, aunque ellas mencionaron que la gigante de las ventas minoristas les ofreció la opción de no hacerlo. Las tiendas Walmart de México cuentan con 108 mil mujeres en su equipo de trabajo.
Las empleadas de Farmatodo, sucursal de Eduardo Molina, acudieron a trabajar el lunes 9 de marzo portando sus moños morados. Aseguraron que no pudieron unirse al paro, pero se solidarizaban con la causa.
Farmatodo es una cadena de mercado mixto de farmacias y tienda de conveniencias que cuenta con 107 sucursales en la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Nuevo León y el Estado de México.
A la mayoría de las mujeres que el lunes salió a trabajar se les observó portando sus moños morados y algunas, las que no llevaban uniforme, iban vestidas con playeras moradas, otras más solo usaban listones morados en su muñeca.
En los comercios de las plazas comerciales se les veía trabajando con algo de color morado en su vestimenta, también hubo hombres, compañeros suyos, quienes decidieron unirse portando algo morado.
En la tintorería Max, ubicada en la plaza comercial de Eduardo Molina, se colocó un letrero que hacía mención de la importancia de las mujeres en sus establecimientos, en donde el 75 por ciento de sus colaboradores son mujeres. El local era atendido por tres mujeres, quienes decidieron trabajar, aunque tuvieron la opción de no hacerlo.
En otro establecimiento, donde se ofrecen productos de la marca de colchas Concord, se colocó en la entrada un letrero que decía:
“En Concord apoyamos la inciativa #UnDíaSinNosotras, pero entendemos que nuestras vendedoras tienen compromisos por cumplir y en su atención esta tienda permanecerá abierta”.
Las vendedoras que atendían ese local portaron moños morados.
En una tienda de celulares Telcel, ubicada en la plaza comercial Chedraui de Eduardo Molina, las vendedoras se mostraron escépticas con el movimiento que convocó al paro. Al ser cuestionadas las dos mujeres que atendían el local señalaron que sí comparten las causas (alto a la violencia y desigualdad), pero no creen que con parar un día las cosas cambien. “Creo que hace falta mucho, no solo es un día”, dijo una de ellas.
En establecimientos más pequeños como las tienditas de la esquina, fondas y puestos ambulantes, las mujeres siguieron laborando. La razón: trabajan en el sector informal, donde no tienen prestaciones ni seguro médico. Viven al día.
De acuerdo con el Inegi, el empleo informal en México aumentó un 2 por ciento en el cuarto trimestre de 2019 anual, a 31.3 millones de personas, de los cuales, 6.1 millones son mujeres.
Las grandes empresas anunciaron previamente que les darían el día a sus empleadas, sin embargo, en redes sociales circularon testimonios de que compañías como Grupo Salinas, Farmacias del Ahorro, Vicky Form, la empresa de autopartes Bosch, entre otras más, condicionaron el paro.
También hubo mujeres que decidieron no sumarse al paro porque no comparten el movimiento.
“No es que no hubiera podido o porque alguien más me lo prohibiera, es que no quise hacerlo (ir al paro). Además no solo yo, hay muchas mujeres que no se pueden dar el lujo de parar un día. Hay personas que vivimos al día”, dijo a SinEmbargo, una mujer quien tiene un negocio propio. “No comparto para nada el movimiento. Soy mujer, sí decido. Decido ser responsable en mi sexualidad. Decido no tener relaciones con hombres violentos para no ser una víctima y decido tomar las medidas para mantenerme a salvo”.