Redacción El Piñero | Corresponsalía
Tuxtepec, Oaxaca. – A casi cuatro meses de declararse la contingencia por el nuevo Coronavirus, en el Ingenio Adolfo López Mateos del Grupo PIASA, en el municipio de Tuxtepec, Oaxaca, los trabajos de producción y zafra continúan de manera normal pese al antecedente de brotes de contagios entre los trabajadores y sus familias, y varias defunciones por la enfermedad COVID-19.
La fábrica no ha parado sus funciones, y en mayo tuvo su primer brote de contagios entre los empleados en dos principales áreas donde se recibe la materia prima de la caña de azúcar extendiéndose a otros departamentos, donde se contagiaron varios más, y a su vez contagiaron a sus familias, esto de acuerdo con información proporcionada por empleados consultados bajo anonimato previniendo posibles represalias.
La gerencia y subgerencia de la empresa, una vez declarada la contingencia en marzo, solo mandaron a descansar a los trabajadores vulnerables con algún padecimiento de diabetes e hipertensión -un promedio de 60- pero la plantilla siguió laborando con un porcentaje regular – la plantilla laboral completa es de aproximadamente 600 empleados incluidos los eventuales-, incluso cuando algunos otros presentaban síntomas relacionadas a COVID. El médico de la fábrica también se enfermó.
Hace tres semanas inició la zafra, por lo que tampoco hubo un descanso en las actividades. En dicha temporada por lo menos tres trabajadores activos, fenecieron. También hubo otras defunciones de pensionados que pudieron, o no, haber muerto a causa de la enfermedad durante los últimos dos meses, incluso se cuenta un jefe de área.
Los trabajadores al respecto se preguntan qué pasa con la Ley Federal del trabajo de cara a la pandemia y con la Secretaria de Salud que puede declarar dentro de una empresa un brote de Covid ¿los trabajadores se les tomaría como enfermedad de trabajo?, ¿qué pasa o pasarán con las familias de los fallecidos? Esa es la inconveniencia para la empresa.
Los empleados comparten su pesar ante la situación pues no les queda más que continuar laborando bajo su propio riesgo y por la necesidad, aunque no dejan de temer por enfermarse o morir. Y una situación similar no se descarta en otros ingenios como en Tres Valles, Veracruz.
Por su parte, la dirigencia sindical, desde hace siete meses no ha llevado a cabo asambleas, abandonó sus funciones para con sus agremiados, su Comité Ejecutivo Nacional, tampoco se ha manifestado al respecto.