- Anciano hospitalizado tres días sin atención, lo quisieron amarrar para que no gritara ¡Ayuda!
- Familia espera en la calle, alimentados por la “buena fe” de otros pacientes allegados
Arantxa Arcos /blog.expediente.mx para El Piñero de la Cuenca
Veracruz.- Carolina Huesca Melgarejo, nieta de Leobardo Huesca Barradas, clamó ayuda para su familiar, al gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares.
“Váyase a la dirección, ahorita lo arreglamos”, le respondió. La joven atendió la respuesta, pero se topó con una negativa, su abuelo podría cumplir el cuarto día hospitalizado sin atención.
Leobardo Huesca Barradas de 97 años, cayó de su cama fracturando la pierna izquierda. La familia de escasos recursos consiguió transporte gratis para viajar hora y media hacia el Hospital Civil de Xalapa “Dr. Luis F. Nachón”.
Tres mujeres de la localidad Palmas de Abajo, situado en el municipio de Actopan, acompañan al adulto mayor hospitalizado en la cama 327 de Traumatología.
Han dormido con frío en la banqueta del nosocomio. No trajeron suéter, confiadas de ser atendidas en la prontitud. Sus tobillos están hinchados de permanecer paradas, esperando atención para el abuelo, para el padre.
“El gobernador dijo que sí, pero ni lo dejan terminar, lo interrumpen y dicen que sí. Vine y me dijeron que no. Vine otra vez y ahora me dijeron que espere. Temo que ahorita que se vaya me salgan con que no se puede”, relató entre lágrimas Carolina.
Ella porta una camisa blanca con estampado dorado al frente, un pescador de mezclilla y unas sandalias de baño. Tiene frío. Miedo de ver morir en una cama a su abuelo con fractura en la pierna izquierda.
En la habitación, su prima, cuida temporalmente al abuelo de la familia. Afuera, en la calle, le espera su mamá, hija de Leobardo Huesca Barradas.
“Tiene tres días aquí, no le han hecho nada, ni siquiera suero, ni nada, está inconsciente, con su mirada perdida. Primero me dijeron que yo pagara el traslado, doy las vueltas desde ayer y ni lo atienden”.
La hija de Leobardo no soporta el dolor en sus tobillos, hinchados de esperar ser atendidos en un hospital ubicado a dos cuadras de Palacio de Gobierno, en la ciudad de Xalapa.
Su rostro luce molesto, preocupado. Como pudieron consiguieron mil 500 pesos para comprar medicinas que los médicos les exigieron el primer día.
La compra no se ocupó en su padre. Sólo le pusieron yeso e intentaron amarrarlo a la cama.
Leobardo mienta “madres”, manotea, grita del dolor insoportable en su pierna izquierda fracturada. Motivo para que los médicos dijeran a sus familiares que lo amarrarían a la cama. Se negaron.
“Lleva tres noches sin dormir, estamos envaradas por esperar atención a mi padre, los médicos quisieron amarrarlo porque manotea y mienta madres del dolor, ya no sabemos qué hacer”.
Carolina, nieta de Leobardo, aprovechó la visita del gobernador panista al Hospital. El programa “Ver por Ti”, para beneficiar con operaciones gratuitas de cataratas a más de 5 mil veracruzanos, fue el escenario para encararlo y pedir ayuda sin intermediarios.
La pasarela de Yunes Linares inició desde la calle Ignacio Zaragoza –un acceso a Palacio de Gobierno-, para doblar en la calle Alonso Güido esquina Dr. Pedro Rendón, puerta principal del Hospital Civil de Xalapa.
Carolina lo topó en los pasillos al interior del sanatorio. Entre lágrimas le pidió ayuda. Yunes preguntó a sus acompañantes, médicos del lugar, ellos interrumpieron, asentaron con la cabeza y siguieron caminando.
El acto protocolario culminó. Las fotografías seguían disparando hacia Yunes Linares que emprendía salida sin responder cuestionamientos de la prensa.
Carolina nuevamente lo encaró. Le exhibió cómo le prometieron ayuda pero al acudir con los directivos le rechazaron decir “me dijo que sí el Gobernador”.
Yunes volvió a cuestionar. Los médicos se miraban unos a otros sin saber qué responder. Una chica con labial rosa y bata blanca alejó a Carolina de Yunes.
La nieta de Leobardo seguía llorando, reclamando la falta de compromiso en una simple palabra: Sí.
“Hablé con el gobernador, dijo que si, volví a preguntar y me dijeron que no. Lo siento mucho y volví a interrumpir al señor gobernador. Enfrente de él me dicen que si, a la hora que estamos acá no hacen nada”.
Los familiares del adulto mayor comen de la “buena fe” de otros familiares que también esperan atención médica.
Las tres mujeres que acompañan al señor no llevaron suéter, su hija, ya recibió un obsequio, una chamarra que se van rotando para aguantar el descenso de temperatura, opuesto al clima caluroso de su localidad, Palmas de Abajo, en Actopan.
Carolina Huesca fue una de las mujeres que pararon al gobernador azul. Metros más delante de la queja de la joven, una mujer adulta reclamó no tener medicamentos, recibió la misma respuesta, “Espérenme en la dirección, ahorita lo vemos”.
La dirección del Hospital Civil de Xalapa lució vacía. Yunes Linares salió por donde entró, caminó hacia las calles céntricas de la capital del estado, lanzando saludos a todo aquel que le sonriera.