Luis Velázquez | Escenarios
24 de julio de 2021
UNO. Enseñar a pescar
En su nuevo libro, Yoga, el cronista, escritor y cineasta francés Emmanuel Carrére escribe una frase bíblica, memorable, recordable y citable. Dice: “¿Quieres alimentar a alguien un día? Dale un pescado. ¿Quieres alimentarle toda la vida? Enséñale a pescar”.
La frasecita embona con los programas sociales de cada elite gobernante encaramada en la presidencia de la república y que cada nuevo chamán cambia de nombre a modo.
DOS. Hasta los ricos cobran…
Los pobres y la gente en la miseria, los jodidos, incluso, hasta los ricos y pudientes que también se forman en la hilera para cobrar cada bimestre la ayudadita, están, estarán muy agradecidos con AMLO, porque ahora le toca repartir los centavitos.
Ninis, chicos que ni estudian ni trabajan, madres solteras, personas de la sexta, séptima y octava década y campesinos sembrando árboles, extendiendo la mano para el apoyo y que, trascendió, será aumentado en unos centavitos más.
Pero con todo, por ejemplo, 2 mil 500 pesos cada dos meses para los ancianos, es un paliativo, un mejoral, una pastillita sublingual.
Les dan, pues, un pescado. En ningún momento, los enseñan a pescar.
TRES. Dignidad laboral
Y enseñar a pescar significa ofrecer la oportunidad superior de un empleo. Un empleo digno y estable, pagado con justicia laboral, sin caer en los espantosos y ruines salarios de hambre.
Además, un empleo con las prestaciones económicas, médicas y sociales contempladas en la Ley Federal del Trabajo.
Cada sexenio, sin embargo, la vida es así. Desde el poder presidencial y gubernamental en cada entidad federativa, programitas sociales para los jodidos.
En tanto, la oferta de empleos en las zonas urbanas, suburbanas, campesinas e indígenas, en caída libre hacia el fondo del precipicio, en el rincón más arrinconado del infierno.
CUATRO. 150 mil empleos perdidos
El desempleo es el peor jinete del Apocalipsis cabalgando en el país.
La mitad de la población y la otra mitad urgida de una fuente de trabajo digna.
Por eso, la migración a Estados Unidos y la migración de los pueblos indígenas a las ciudades sigue, imparable, soñando cada parte con el paraíso terrenal.
Bastaría referir que en el primer año del COVID en Veracruz fueron despedidas ciento cincuenta mil personas según documenta el economista de la Universidad Veracruzana, Hilario Barcelata, ex director del Instituto de Pensiones.
CINCO. Talones de Aquiles
Desempleo e inseguridad son los talones de Aquiles para las tribus guinda y marrón de Veracruz.
Si el góber de la 4T lograra con hechos revertir la escalada de violencia entraría al reino de los cielos, igual, igualito que en su momento Fernando Gutiérrez Barrios pacificara Veracruz en 40 días y acabara con “La Sonora Matancera”, los carteles de entonces.
Y si con un milagro alentara con resultados la creación de empleos en las ciudades y los pueblos rurales, entonces, caray, hasta podría seguir la huella de Guadalupe Victoria, Antonio López de Santa Anna, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines de pasar de la gubernatura a la presidencia de la república.
Antes de que el gallito cantara tres veces, sería encartado por AMLO en la lista de los presidenciables, igual que Rocío Nahle, Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma y Juan Ramón de la Fuente.
SEIS. Tabla redentora
Aplausos, muchos aplausos, para los programitas sociales. Pero la filosofía social y económica y política ha de transfigurarse en los hombres y mujeres del poder y con poder.
Más que seguir regalando pescaditos, enseñar a pescar a la población constituye la tabla redentora.