Por Juan Carlos Díaz Carranza
Desde muy pequeño observo una pintura que viste uno de los muros de la casa de mis padres al que le tienen especial aprecio, lo identifico como un “Zárate”. Nos ha acompañado siempre de forma referencial. Con el tiempo he entendido que esa obra es preciada por su precisión estética y el prestigio de su autor.
Busqué al maestro Luis Zárate para internarme en el mundo de la pintura y porque en estos tiempos tan complicados en los que abundan distractores y extremas posiciones políticas, se valora la visión de las pocas personas que hablan haciendo. Y sí, son nuestros pintores quienes se han caracterizado por alzar la voz y enseñarnos cómo querer a Oaxaca. Tal vez por eso no solo son motivo de presunción por su valía artística, también los son por su enorme compromiso social.
Oaxaca, Oax. En una de las calles que apenas sale del primer cuadro de la ciudad, está su casa. Nos abre acompañado de su mascota, un perro que entre sus nerviosos ladridos y vertiginosos movimientos termina por inquietarme de ser atacado. Cruzo a prisa su fresco patio embellecido con la hojarasca en el suelo hasta llegar a su taller. Ahí, en paz, el maestro nos da un breve tour y nos muestra los procesos de sus creaciones. Un lugar de trabajo en el que entiendo que la creatividad autodidacta de este pintor requiere un espacio tan bien pensado para trabajar.
El maestro Zárate nació en 1951 en Santa Catarina Cuanana, Oaxaca. Su formación la realizó en la Escuela Nacional Superior de Artes en París y en Altelier 17. Es uno de los pintores oaxaqueños más destacados del país. Con gran reconocimiento internacional, y que ha participado en más de cincuenta exposiciones colectivas en España, Alemania, Bulgaria, Noruega, Francia, Italia, Mónaco, Singapur, Estados Unidos, Perú y Puerto Rico.
Sus manos nunca han perdido contacto con la obra, está más activo que nunca y nos comparte.
- Maestro me llama la atención que usted como otros pintores usa su segundo apellido (materno), ¿A qué se debe?
R: Yo creo que es el sonido, usamos el apellido que más funciona, el sonido que más se le queda a la gente. Por ejemplo: tenemos a Picasso que es Ruiz Picasso, a Tamayo que es Arellanes Tamayo y el mismo maestro Toledo es López Toledo, en fin, yo pero es muy común.
- Maestro, de acuerdo a las corrientes de expresión de la pintura ¿En dónde podemos ubicar su obra?
R: La mía más bien es una desorientación. Porque yo navego entre cosas figurativas cercanas a cierto realismo, a veces un poco expresionista y a veces viajo en el abstracto. También digamos que son como formas de la misma cosa, pero generalmente se me identifica como una figuración sin ser narrativa, es solamente una cosa expresiva que es lo que busco.
- ¿Qué importancia tiene el dibujo en su obra?
Yo toda la vida he hecho dibujo, es como una estructura que tengo muy difícil de separar de la pintura. Pintura y dibujo tienen que ser la misma cosa aunque el dibujo puede considerarse un lenguaje aparte, autónomo.
- ¿Qué obras de la literatura han influenciado la pintura que hace?
Es muy importante esta extraña relación que hay entre literatura y pintura, porque hay un quehacer fundamental que tenemos los pintores de estar leyendo de todo, no solo literatura. De joven me gustaba leer algunos autores latinoamericanos, soviéticos, angloamericanos. Después fui ampliando mis lecturas, pero es común que uno se sienta identificado con Borges, Márquez, Vargas Llosa y algunos brasileños también.
- ¿Qué los hace diferentes a los pintores oaxaqueños de otros, que les ha ganado tanto reconocimiento internacional?
Hay hilos conductores y lazos que establecemos los artistas, seguramente en la fuerza de Tamayo y Toledo ejercieron influencia sobre otros. Pero yo tengo la certeza que existe una relación muy fuerte entre el arte popular y el arte en general. Hay ciertos indicios de una explicación, por ejemplo, uno ve en algunos textiles oaxaqueños no solo la fuerza si no el diseño y la capacidad de abstracción que tienen esas personas. Hay niños que hacen trabajos textiles abstractos donde utilizan números y manejan coordenadas antes que saber leer. La explicación que encuentro es que hay una gran diversidad natural en nuestro estado que corresponde a la diversidad cultural, esta misma tiene que ver con la génesis de todos estos artistas, plásticos, músicos, entre otros.
- Maestro es muy fuerte la participación social de nuestros artistas, en especial ustedes los pintores ¿A qué se debe?
Efectivamente en Oaxaca los pintores tenemos una gran conexión con la sociedad, no podemos dejar de actuar y ejercer lo que llamamos “tequio”. Es curioso que los pintores nos hemos metido en muchas cosas y en muchos problemas. Por ejemplo, hace como 30 años quisimos peatonalizar la ciudad, cerrar algunas calles y ver cómo se viviría teniendo una zona del centro sin coches. También hace muchos años impulsamos la incursión de los chefs, solo había excelentes cocineras y cocineros empíricos, pero los pintores que estábamos fuera de México comenzamos a regresar a Oaxaca, ilustrados con la experiencia de otro tipo de vida, nos dimos cuenta que había que hacer algo y, empezamos por editar un libro de pintura y gastronomía para hacer entender su enorme valor. Me da gusto saber que hoy ya está inscrita como un patrimonio de la humanidad. Ese esfuerzo lo encaminamos con Rodolfo Morales, Francisco Toledo, Sergio Hernández, y otros.
Es una realidad que la gente piensa que nosotros podemos resolver los problemas, lo que es un hecho es que nos hemos metido en temas como el rescate de Santo Domingo, que es un gran logro ciudadano muy importante, y otras batallas que no hemos ganado.
- ¿Considera un deber moral que el artista tenga conexión con los problemas que como sociedad tenemos?
Yo creo simplemente que observamos los grandes descuidos, grandes abandonos históricos, que no se han atendido. Desde hace más de 30 años que me vine vivir a Oaxaca veo con tristeza que estamos exactamente igual, o ligeramente peor. Cuando yo regresé, la áreas verdes de la ciudad, la periferia, está convertida en colonias y colonias. La sobrepoblación nos está aniquilando y seguimos exportando gente al extranjero porque el México rural está en el abandono. Y ¿Por qué sale la gente de los pueblos? Porque no hay condiciones de vivir ahí de forma apropiada.
Es entonces, cuando percibes todos estos temas como ciudadano y como artista y, forzosamente te metes, porque además la gente imagina que podemos resolver ciertas cosas, y sí podemos, pero a nivel de gestión, de concientizar, de pedir, en fin. Sí hay formas en las qué se puede ayudar.
- Maestro, ¿Qué es lo que más le preocupa de la situación que vive Oaxaca?
Son muchos los problemas que veo, principalmente la corrupción y la impunidad. Si no hacemos que la gente sea productiva, forzosamente vamos a generar malestar. La falta de empleo genera dolor, la mala educación, y eso genera problemas. También es muy fácil echarle la culpa de todo al gobierno y yo creo que todos debemos poner de nuestra parte y ser más conscientes, más ciudadanos, más exigentes con nosotros mismos, más serios en las peticiones que formulamos a las autoridades. No podemos seguir creando más asociaciones civiles para bloquear calles y pedir dinero, porque no estamos llegando a nada absolutamente. Solamente estamos tratando de resolver un problema agravándolo y no es la solución.
Otra cosa que yo veo es el abandono, el descuido, el saqueo es espantoso, no es posible que haya impunidad. El dinero del pueblo es sagrado.
- ¿Qué opinión merecen las nuevas expresiones de artistas particularmente en Oaxaca?
El arte se ha ampliado de una forma extraordinaria, ya no es solo hacer cuadros o imágenes con tintas o grabados, hoy el arte es una idea, haces ideas y utilizas la técnica que quieras aunque no sean convencionales. Hay jóvenes muy propositivos que son buenos artistas, lo veo en el MACO. Ahí uno de mis quehaceres es atender a los jóvenes artistas, revisar sus proyectos y orientarlos en lo que se pueda. También de ellos se aprende.
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