Redacción EL PIÑERO
Tuxtepec, Oaxaca.- En Ojo de Agua, un ejido de Tuxtepec, Oaxaca, sucedió lo inimaginable: una niña de quince años de edad fue secuestrada, asesinada y carbonizada.
Este caso no solo despertó la indignación de ese pequeño pueblo que alberga apenas 450 habitantes. También azuzó el miedo, el pánico. Y la desconfianza social, se quebró.
Ana Azucena se dirigía a su escuela, era su primer día de clases, pero en el trayecto, junto con otros compañeros, fue intervenida a balazos por un grupo de varones armados.
Aunque corrió para intentar evadir a los infractores, estos la lograron atraparla en un predio limonar. Después, ya no se supo más de ella.
Para Don José Gregorio Galán del Campo, agente municipal, su pueblo siempre ha manifestado plena tranquilidad, pero desde ahora, la zozobra se apoderó del ánimo de sus paisanos.
Fue el pasado sábado -26 de enero- cuando se perdió todo rastro de Ana. Tuvieron que pasar unas horas para que una voz varonil se comunicara con su familia y decirle que la tenía secuestrada, que necesitaba una fuerte suma de dinero a cambio de su libertad.
De acuerdo a informes policíacos, la negociación se fraguó en tres llamadas, pero en la última, los captores le indicaron a la familia que ya no querían el dinero. Y el hermetismo apretó los nervios hasta ser ahogados con la noticia de que había sido encontrada, muerta, carbonizada.
Ana nació y creció en los Estados Unidos, pero regresó al pueblo de sus padres con la finalidad de vivir con sus abuelos. No tenía ni 20 días de haber llegado y su primer objetivo era continuar sus estudios, los cuales quedaron truncados, cegados por la cruda violencia que tiene secuestrada al país.
Este viernes –02 de febrero– la Fiscalía General del Estado anunció que dos varones fueron detenidos como probables responsables del crimen. Santiago E.S., y Emilio E.S habrían participado en el secuestro y muerte de la menor. Ambos eran sus vecinos y, al enterarse de su llegada, habrían planeado su plagio para obtener dinero de su papá, radicado en la unión americana.
Para quienes residen y conocen el pulso social de esa comunidad, ubicada a unos 60 kilómetros de la cabecera municipal de Tuxtepec, el ambiente ya no será el mismo, el legado de terror se impregnó de tal manera que la confianza que existía se desvaneció.
Yo viví en Ojo de Agua y no pasaba eso y porque ahorita hicieron eso..y este, ahora con que confianza va uno a caminar a la carretera, como antes, a la carretera, como íbamos y veníamos.