Calentar los alimentos en hornos de microondas es segura y mantienen su valor nutritivo que calentarla en un horno normal, de acuerdo con la OMS.
La diferencia con los alimentos que calentamos o cocinamos en el microondas es que la energía del electrodoméstico entra profundamente al alimento para que el calor sea conducido por todo éste reduciendo el tiempo total de cocción.
Mucho tiempo se creyó que la comida que era calentada en los hornos de microondas podrían ser radiactivos, sin embargo, esto es mentira ya que ninguna energía de microondas sigue en los alimentos una vez que el horno es apagado.
Los hornos de microondas trabajan con frecuencias de 2450 megahertz en un rango de energía de 500 a mil 100 vatios. Cuando es encendido, las microondas se esparcen por todo el aparato y son propagadas en todas las direcciones por medio de un ventilador.
Las moléculas de agua vibran cuando absorben la energía que emana el horno y la fricción entre éstas dan el calentamiento capaz de cocinar la comida.
Las microondas son reflejadas por las partes de metal de la cavidad del horno y absorbidas por el alimento. Existe una plataforma giratoria dentro del electrodoméstico que ayuda a que la comida se caliente de manera igualitaria.
Ahora bien, la tasa de calentamiento depende del índice de energía de cada horno y del contenido de agua, densidad y cantidad de alimento que se calienta, pues la energía de los microondas no entra bien en piezas gruesas de comida y puede que no se cuezan por completo.
Si no todas las partes de la comida están bien cocidas puede generar un riesgo a la salud, ya que no es seguro que hayan muerto todos los microorganismos que pueden ser potencialmente peligrosos para los seres humanos.
Con información de El Botiquín