Luis Velázquez
04 de noviembre de 2017
Uno. Asesinada de nueve puñaladas
En Atzalan, en la comunidad Pedernales, un hombre mató a su esposa de nueve puñaladas.
De entrada, recuerda cuando en el duartazgo un joven de 22 años, de oficio mesero, originario de Huatusco, mató a una chica en un hotel de Córdoba con 40 puñaladas.
La versión del secretario de Seguridad Pública de que los feminicidios en Veracruz se deben a la violencia intrafamiliar toma fuerza.
En el caso (27 de octubre, 2017) la esposa asesinada, Maribel Romero García, de 42 años de edad, discutió con su pareja.
Y de pronto, zas, la pareja se exaltó, perdió el control (genes son genes, vísceras son vísceras, machismo puro) y primero la golpeó y luego tomó un cuchillo y se le fue encima.
Los gritos, gritos de la muerte, llamaron al vecindario y, por fortuna, lo detuvieron. Efraín “N”, de 47 años, quedó preso.
Pero al mismo tiempo se trata de un caso aislado en la numeralia de la muerte, como quizá, también podría considerarse el asalto a un negocio en la plaza comercial “El dorado”, ubicada en Boca del Río, en que los malandros se llevaron de tecnología MacStore un botín de casi un millón de pesos.
Dos. Ejecutadas abuela y nieta
El miércoles 1 de diciembre, en la víspera del día de los muertos mayores, en Las Choapas, corrió de nuevo la sangre y la muerte.
Una abuela, de 52 años de edad, Ángela de los Santos González, y su nieta Karina, de 12 años, y que vendían flores, albaca y especies de cocina en la calle, atendían su negocito en una calle.
De pronto, se apareció un cuarteto de malandros quienes, todo indica, deseaban ultrajar a las dos.
Primero, se fueron encima de ellas. Después, cuando se opusieron, dispararon a quemarropa. Y los cuerpos quedaron tirados en el bulevar Antonio M. Quirasco, esquina Miguel Hidalgo de la colonia Roma.
Fue el mismo día cuando en un municipio vecino, Agua Dulce, secuestraron a dos mujeres, madre e hija, y se las llevaron.
Y el mismo día que en el municipio de Emiliano Zapata, conurbado con Xalapa, otra mujer fue asesinada de un disparo en la cabeza y el cadáver hallado cerca del 63/o Batallón de Infantería.
Por eso acaso en Coatzacoalcos están prendidos los focos rojos y azules y amarillos y naranjas y parte de la población sólo sueña con el éxodo.
Al momento, han migrado profesores de escuelas primarias, académicos de la Universidad Veracruzana y médicos, pues la vida cotidiana se ha vuelto un infierno con las llamas de la violencia azotando al más alto decibel.
Las mujeres, con el peor destino social.
Tres. Estrangulada una mesera
Tezonapa siempre ha sido un municipio violento. En el siglo pasado fue el centro de operaciones, en la ruta de Omealca a Tezonapa, del pistolero Toribio Gargallo, “El toro”, quien tenía pozos artesianos de agua dados de baja como cementerio particular.
Además, los cadáveres eran tirados (igual, igualito que hoy) en medio de los cañaverales.
La madrugada del jueves 26 de octubre otra mujer asesinada. Era mesera. La golpearon. La violaron. La torturaron. Y la estrangularon con un mecate. Colonia “La herradura”.
Los vecinos escucharon los gritos desaforados, gritos de la muerte, de María del Carmen Barojas. Pero nadie en el amanecer quiso escuchar.
Datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio:
2014 en Veracruz: 74 mujeres asesinadas.
2015: 99 feminicidios.
2016: 142.
2017: 146 mujeres ejecutadas sólo en el primer semestre.
Focos rojos en los crímenes de la población femenina: Xalapa, Veracruz, Papantla, Poza Rica, Martínez de la Torre, Misantla, Córdoba y Orizaba.
Posibles culpables: parejas sentimentales, compañeros de trabajo y la delincuencia organizada.
Cuatro. “Más cornadas da el hambre”
La última película sobre los feminicidios se llama “cuando la luna hace ruido”. Es una producción de México y Colombia. Director, Deiler Arzuaga, y guionista, Alejandro Román Bahena. Fue exhibida ayer en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes.
México, igual que Colombia, y viceversa. “La muerte tiene permiso” para asesinar a mujeres.
Allá igual que aquí (y también en Veracruz) la máxima autoridad “se lava las manos” y repite como estribillo que la mayor parte de feminicidios se debe a la violencia intrafamiliar.
Pero…
Pero de ser así, todo queda en el enunciado mediático, porque si así es (digamos, sin aceptar), entonces, el tema es un asunto de Estado, donde la llamada “célula básica de la sociedad” como es la familia ha fracasado por completo, sin que los políticos se ocupen del asunto con toda la profundidad que merece.
Por ejemplo, en Veracruz hay una Alerta de Género sólo en once de los 212 municipios, y ni así el índice de asesinatos de mujeres ha disminuido.
La vida cotidiana para las mujeres se ha recrudecido. Días sombríos y huracanados, con todo y que, por ejemplo, hay quienes, igual que en el duartazgo, hay en el lado oficial quienes intentan desacreditar a los muertos en ligas con los malandros… para justificar el principio de Peter de la secretaría de Seguridad Pública con la inseguridad y de la Fiscalía con la impunidad.
En todo caso, y sólo de ser así, la pobreza y la miseria y el hambre suelen dar muchas, demasiadas cornadas.