Luis Velázquez
22 de mayo de 2018
UNO. Duartistas prófugos
Ante los ojos del mundo yunista, los siguientes duartistas se les pelaron:
A: El último, Luis Ángel Bravo Contreras, ex Fiscal, acusado de desaparición forzada. Y el colmo, desaparición de cadáveres.
B: El penúltimo, José Nabor Nava Olguín, ex secretario de Seguridad Pública, acusado de desaparición forzada.
C: Carlos Aguirre Morales, ex subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación, acusado de desvío de recursos públicos.
D: Según las versiones, Antonio Gómez Pelegrín, ex secretario de Finanzas y Planeación, acusado de desvío de recursos públicos.
Y E: Ramón Ferrari Pardiño, ex secretario de Desarrollo Agropecuario, señalado de desvío de recursos oficiales.
Antes, mucho antes de que la noticia fuera filtrada a una parte limitada de los medios, el quinteto de funcionarios había agarrado camino.
Se les fugaron.
O se esfumaron.
Sabrá el chamán.
Ellos, como los treinta y tres duartistas presos en el penal de Pacho Viejo entre políticos, jefes policiacos y policías, integran la camada incómoda para el gobernador Yunes.
DOS. “Más sabe el diablo por diablo”
Con todo y méritos académicos, talento sorpresivo, inteligencia incandescente, al Fiscal Jorge Wínckler le faltó la experiencia y las mañas y el conocimiento de la naturaleza humana de Felipe Amadeo Flores Espinoza, quien fue Agente del Ministerio Público, director de la Policía Judicial, director de Seguridad Pública y secretario General de Gobierno, antes, mucho antes de procurador de Justicia del duartismo.
Por ejemplo:
Trascendido que la entonces presidenta municipal de Alvarado, Sara Luz Herrera Cano, fue señalada como autora intelectual del asesinato de su secretario particular, sepultado, incluso, en el patio de su casa, llena de fuero como estaba, Flores Espinoza le puso una guardia policiaca antes de concluir el tiempo constitucional y la seguía “a sol y sombra”, día y noche.
Y un minuto después de entregar la estafeta como alcaldesa, ya en la calle, camino, parece, a una fiestecita con los amigos, la policía judicial de Felipe Amadeo la apañó.
Antes, mucho antes, de fugarse.
O desaparecer.
En el caso, el quinteto de duartistas se le pelaron a Jorge Wínckler.
La inteligencia de su asesor estrella, Marco Even, tan lleno de méritos académicos, quedó estrellada.
TRES. El gran escape
El gran escape del quinteto de duartistas tiene relevancia por lo siguiente:
Bravo Contreras. Una cosita es desaparecer personas y otra, como en su caso, cadáveres.
Y más, porque se trata “de un delito de lesa humanidad”, que nunca prescribe.
Y más, porque el gobernador Yunes es el único en el país, incluido Los Pinos, con resultados en la lucha para enaltecer los derechos humanos.
Ningún otro mandatario tiene políticos presos por desaparición forzada.
Nava Olguín. Fue subsecretario y secretario de Seguridad con Duarte, pero también, secretario en el Fidelismo, y nada tan obsesivo en Miguel Ángel Yunes Linares como seguir la pista a Fidel Herrera Beltrán.
Carlos Aguirre y Gómez Pelegrín: El desvío de recursos público, parte del insólito saqueo al erario. México, en el primer lugar de corrupción política en América Latina y uno de los primeros en el mundo.
Ramón Ferrari: En 1997, tiempo del Chirinismo, aliado con otras elites priistas se lanzó contra Yunes Linares como presidente del CDE del PRI y le provocaron la derrota en 107 presidencias municipales.
Peor aún si se considera el siguiente dato:
Desde el trono rojo, Yunes tenía segura, amarrada, la candidatura a gobernador, y entre todos, Ferrari Pardiño en el complot, lo descarrilaron.
Y Yunes, ni perdona ni olvida. Por el contrario, suele vengarse, tarde o temprano.
Por eso, el descuido de la Fiscalía trasciende y pega sobremanera en la yunicidad.
CUATRO. Cada amanecer un nuevo comienzo
Ahora, ni hablar, el bienio azul (le quedan seis meses y 9 días de vigencia) ofrece 5 millones de recompensa por datos que lleven a la captura de Bravo Contreras y un millón de pesos por la cabeza de Nava Olguín.
Hay tiempo, claro.
Por ejemplo:
Un policía, apodado “El potro”, famoso en el carril de seguridad pública porque se ha vuelto un cazador de duartistas, pues ha detenido a la mayor parte de los presos en el penal de Pacho Viejo, fue encargado del operativo contra Bravo Contreras.
Y según trasciende, trae un ejército de cincuenta policías (los más expertos) siguiéndole los pasos.
Ya se conocerá el resultado.
Pero será terrible para la yunicidad que el bienio termine y el quinteto de duartistas siga prófugo de la justicia.
Jorge Wínckler, en el tobogán.
Se encumbra o se hunde.
Y aun cuando de acuerdo con las versiones ha dado resultados, en política, como en la vida, cada amanecer es un nuevo comienzo.
Y lo que ayer, antier, antes, se hizo, sirve apenas, apenitas, como referencia, pues cada día es iniciar de cero.
Y más ahora cuando en la cancha electoral se debate el llamado “Efecto Duarte”.
En la cancha priista, por ejemplo, cacarean que el “Efecto Duarte” ya perdió su efecto luego de 17 meses, casi 18, de yunicidad.
Pero en el carril panista (caso Miguel Ángel Yunes Márquez en el primer debate del OPLE), el “Efecto Duarte” fue utilizado “a tiro por viaje”.
Cinco duartistas están prófugos luego de usufructuar el paraíso terrenal en el sexenio anterior.
De la gloria al infierno.
El gran escape como parte de la pesadilla atroz.