Luis Velázquez
26 de diciembre de 2017
Uno. Yunes Landa y Meade
Aun cuando Joaquín López Dóriga ya destapó, vía tuitazo, a Pepe Yunes Zorrilla como candidato priista a gobernador…, en las últimas semanas, el senador Héctor Yunes Landa se ha reunido en tres ocasiones con José Antonio Meade.
La primera, antes de su renuncia a la secretaría de Hacienda y Crédito Público.
La segunda, después de su renuncia.
Y la tercera, registrado como precandidato presidencial.
De acuerdo con las versiones, en una y otra, Yunes Landa se mostró ante Meade tal cual. Bragado, claridoso, fajador de cantina, peleador callejero.
Por ejemplo:
Desde la primera cita le dijo que en ningún momento era su favorito en la carrera presidencial, pues se la jugaba con Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.
Y cuando Yunes habló así a Meade, Meade sólo volteó a mirar a un testigo, común amigo de los dos, y el cabildero para facilitar la audiencia de Héctor y Meade.
En la primera cita también le dijo que estaba claro que Meade se la jugaba con Pepe Yunes para la candidatura a gobernador, pero que él únicamente reclamaba que la decisión fue tomada en base a la encuesta en el más puro ejercicio democrático que ahora pregona.
Y en base a la encuesta, que ha sido su carta en el juego de naipes que suele significar la disputa interna en los partidos políticos para dirimir una nominación.
Y Meade de nuevo volteó al testigo de piedra.
Dos. El bragado Héctor Yunes
En la audiencia también le dijo que su lealtad se debe a Manlio Fabio Beltrones Rivera, gobernador de Sonora, subsecretario de Gobernación con Fernando Gutiérrez Barrios en el Salinato, diputado federal y senador de la república, y el destapador de Ernesto Zedillo como candidato presidencial luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Y Meade, itamita radical, el grupo político más fuerte y poderoso en el Peñismo, teniendo a Luis Videgaray como el gurú y el tótem, miraba y seguía mirando al puente de plata entre ambos.
Luego de la primera audiencia y cuando Yunes Landa se había retirado, Meade dijo al cabildero aquel:
“Tenías razón. Héctor es muy claridoso”.
Sólo le faltó decir:
“Y frontal”.
Tres. “El cuarto de guerra” de Meade
El puente de plata entre Meade y Yunes Landa fue el señor Fernando Vázquez Rigada, quien el año anterior, y este también, es el asesor en comunicación y marketing político del senador Héctor Yunes.
Y es que Rigada y Meade fueron compañeros en el salón de clases de la preparatoria cursada en la Ciudad de México y en la facultad de Leyes de la UNAM.
Y ahora, Rigada forma parte del “cuarto de guerra” de Meade como precandidato presidencial, compartiendo honores, entre otros, con Vanesa Rubio, subsecretaria de Hacienda y Crédito Pública, el Oficial Mayor de Hacienda y el gobernador panista de Baja California.
Y como tal, fue el vaso comunicante de Yunes Landa y quienes siguen empujando la carreta para quedarse otra vez con la candidatura priista a gobernador.
Cuatro. Soñar es don humano
Héctor sigue jugando en la cancha. Y apuesta a quedarse con todo.
Por ejemplo, luego de su desavenencia con su ex compadre, Juan Carlos Molina Palacios, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias de Veracruz, y quien el año anterior le diera “hacha, calabaza y miel” en la campaña electoral, ha lanzado a un par de precandidatos al senado.
Primero, a Edmundo Martínez Zaleta, ex presidente del CDE del PRI, ex presidente municipal de Papantla, ex diputado federal y ex director de Tránsito con Agustín Acosta Lagunes.
Y después lanzó a la señora Sonia Sánchez, quien fue esposa del salinista Patricio Chirinos Calero, y ahora le empuja la carreta para amarrar la posibilidad.
Está reproduciendo la misma jugada, por ejemplo, que Ivonne Ortega, la ex gobernadora de Yucatán, quien se proclamara como candidata independiente a Los Pinos, segura de que estaba “en chino”, pero consciente de que tirando a la luna sería la que más lejos llegara.
Y llegó porque dejó en la recta final al senador Emilio Gamboa Patrón deseoso de imponer a su hijo, diputado federal, como candidato a gobernador, pues Ivonne quedó con la nominación de su favorito en la alianza con su otro heredero, Rolando Zapata, el gobernador en funciones.
Yunes Landa está fildeando por todas las rebanadas del pastel, mientras que López Dóriga ya dio como un hecho que Pepe Yunes fue palomeado en Los Pinos y por Meade.
Cinco. El sobrino ya se registró…
Unos hectorizados dicen que la sucesión priista en Veracruz está enrreatada.
Y por eso mismo, ha tardado.
Otros, sin embargo, observan que cada candidatura va saliendo de acuerdo con su tiempo y ritmo.
Digamos, con perspicacia, hay humo blanco para las más nominaciones fáciles, allí donde la disciplina partidista se ha privilegiado, como el caso de Tabasco, donde también quedara en la recta final el hijo de Roberto Madrazo Pintado y fue ungida Georgina Trujillo Zentella, ex alcaldesa de Villahermosa, ex senadora de la república, ex diputada federal y ex presidenta del CDE del PRI.
Pero, bueno, con todo y que a Manlio Fabio Beltrones ya salpicaron con el caso de un protegido metido en negocios ilícitos en Sonora, Yunes Landa sigue barbechando el surco.
Y más ahora cuando su sobrino, el panista Miguel Ángel Yunes Márquez se registrara como precandidato del PAN a la gubernatura el sábado 23 de diciembre, listo para iniciar la precampaña electoral el tres de enero, es decir, la próxima semana.
El tiempo está encima y en el PRI siguen fermentando las pasiones desaforadas