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Escenarios: Libro de Dante Delgado

El Piñero

 

Luis Velázquez

Veracruz.-03 de julio de 2017

Uno. Libro de Dante Delgado

 

Igual que Francisco I. Madero, quien escribió su libro clásico “La sucesión presidencial” en la cárcel…

Igual que Antonio Gramsci, que escribió “Los cuadernos de la cárcel”, desde la cárcel…

Igual que Adolf Hitler (¡perdón por la cita!) que escribió su único libro, “Mi lucha”, en la cárcel…

Igual que Pancho Villa que aprendió a escribir y leer en la cárcel, porque apenas, apenitas a los catorce años de edad sólo escribía su nombre copiándolo como si fuera un dibujito infantil… Dante Alfonso Delgado Rannauro escribió un libro durante su estadía en el penal de Pacho Viejo.

Nunca el libro ha sido publicado. Tampoco se conoce su nombre.

Se sabe, por ejemplo, que en el libro incluía su vida política, una relatoría sobre los motivos políticos del presidente Ernesto Zedillo para ordenar a Patricio Chirinos su detención y encarcelamiento, luego de su renuncia como Procurador Agrario por las diferencias en el tratamiento social y político en el caso del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN.

Y también se sabe que consideró un capítulo sobre la ponzoña con que fue tratado en el penal por Patricio Chirinos Calero y Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador y secretario General de Gobierno, quienes tres años después de iniciado el sexenio, oh paradoja, descubrieron que tenía, ajá, delitos que perseguir.

Y, claro, los días y las noches en su estancia penitenciaria en que fue sometido a una tortura sicológica atroz y cruel.

Quince meses privado de su libertad (“No estuve preso, fui secuestrado en prisión”, dijo entonces), detenido el 17 de diciembre de 1996, tres días después falleció su padre en un hospital de la Ciudad de México.

Y Yunes Linares, dueño y amo del poder político, pero más aún, dueño del hígado, el corazón y las neuronas de Chirinos, le ofreció la posibilidad de asistir al sepelio, pero… esposado de pies y manos, arrastrando una cadena y custodiado por elementos policiacos y elementos judiciales.

Aquella historia al detalle de igual manera está en el libro aquel.

 

Dos. Ni un rastro del libro

 

En aquel entonces, Dante Delgado tenía dos amigos que la hacían de sus secretarios particulares.

Uno, Guillermo Herrera Mendoza, quien años después se apartaría de su partido, Convergencia Democrática, y dos, el biólogo Alfredo Tress, su familiar, quien varios años después también renunciara a su partido y formara, bajo la protección de Fidel Herrera, su mecenas, el Ave.

El libro fue dictado, archivado o guardado en la computadora por Alfredo Tress.

Incluso, él mismo reveló la existencia del libro, y aun cuando se le solicitara una copia para su publicación, siempre alentó la esperanza, con muchas, demasiadas evasivas.

Años más tarde, Alfredo Tress rompería con Dante Delgado, luego de que lo ungiera líder estatal de Convergencia y diputado local, y cuando de pronto, zas, soñó con la dirigencia nacional y Dante la inclinó por otro militante, se emberrinchó y se fue…, como algunas trabajadoras domésticas, “al cuarto para las doce y sin decir adiós”.

Sabrá el chamán el destino del libro. Quizá Tress Morales lo conserva como un secreto de Estado para tiempos mejores, pues nadie pensaría, por ejemplo, que lo habría negociado (y perdón por el exceso).

Quizá, claro, y toda vez que Dante es un político generoso con sus amigos más cercanos, habría perdonado a Tress, y de paso, rescatado el libro y lo tenga como un libro incunable, digamos, sólo para el consumo familiar para que nadie olvide las partes oscuras, siniestras y sórdidas de la política.

 

Tres. Frente Opositor 2018

 

El 17 de noviembre de 1995, Dante Delgado renunció a Ernesto Zedillo, siempre se afirmó, en una junta plenaria del gabinete legal y ampliado, donde le dijo, entre otras cositas, que necesitaba reorientar el rumbo sexenal y de entrada renunciar a todos, dando como prueba su renuncia misma.

Por eso quizá, y congruente con su biografía, ahora Dante habla del cabildeo para integrar un Frente Opositor de cara a la elección presidencial del año entrante y dice que para que “tenga éxito los candidatos internos (de cada partido) deben renunciar”.

Es decir, simple y llanamente, dimitir todos y cada uno de los aspirantes que por ahora han levantado la mano y que suman seis en el PRI (una mujer y cinco hombres), siete en el PAN (una mujer y seis hombres), uno en MORENA (un hombre) y tres en el PRD (todos hombres), más, aparte, claro, la mujer indígena candidata del EZLN.

Y tal… está en chino.

Dijo Dante a El País (Luis Pablo Beauregard, primero de julio del año que corre:

“Las instituciones deben ser sacudidas y la única forma es un cambio de régimen. Se tiene que construir con una visión colectiva. No puede ser una visión individual”.

Una candidatura ciudadana e independiente, pues.

El próximo tres de agosto, Dante y su Movimiento Ciudadano tomarán una decisión sobre el futuro político.

Pero hasta donde ha expresado, Dante está más cerca de Cuauhtémoc Cárdenas con su proyecto “Por México hoy”, una plataforma política de izquierdas.

Y por ahora, con todo y que alguna vez fueron entrañables, está lejos de AMLO, “en duda, mejor dicho”.

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