Luis Velázquez
29 de enero de 2018
UNO. Pasiones desbocadas en el PRI
La política es así:
En el partido tricolor fluyó que primero iba Juan Carlos Molina Palacios, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias de Veracruz, como candidato al Senado de la república.
Después, y que en nombre del tache a los políticos vulnerables, como les llama el delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Piña (lo intentaron matar en Colima como ex gobernador) entraba Oswaldo Cházaro, diputado federal.
Y de pronto, zas, brincó el profe Juan Nicolás Callejas Roldán, diputado local, hijo del profe Juan Nicolás Callejas Arroyo, dueños de la sección 32 del Snte.
La política, en caso de mantenerse la tendencia, experimentó un giro de más de 180 grados.
Molina Palacios, por ejemplo, tiene atrás un plus de movilización política sin precedente en el tiempo de la pluralidad que ahora se vive.
Además, y cuando el PRI es oposición en Veracruz y la llave de la secretaría de Finanzas y Planeación quedó cerrada, con capital económico suficiente para lo que sea necesario.
Y, no obstante, se le cayó.
También se le habría caído a Oswaldo Cházaro, quien fue líder de los ganaderos de la zona centro, y que al lado de los dos millones de campesinos suman menos.
Tal es el ajuste de fuerzas tribales en los partidos políticos.
El imborrable Jorge Uscanga Escobar, ex de todo, menos de gobernador, lo ha dicho siempre de la siguiente manera:
“En política te acuestas candidato y amaneces en la lona”.
Juan Maldonado Pereda, cuatro veces diputado federal, lo decía así: “En política nunca llega el más capaz sino el que más conviene”.
¿A quién, entonces, conviene Callejas Roldán, quien, todo indica, será, sería candidato con la candidatura senatorial?
¿Será, digamos, uno de los pagos del coordinador de la campaña de José Antonio Meade, Aurelio Nuño Mayer, por el apoyo sindical a la llamada reforma educativa?
DOS. El PRI está vivo, ajá
En medio de las pasiones desenfrenadas por adueñarse del poder político, Anilú Ingram Vallines, duartista de corazón, fidelista lejana o cercana que fue, la delegada federal de la secretaría de Desarrollo Social, vía MAO, tiempo aquel de la fortaleza celestial de la secretaría de Gobernación, llegó a sentirse y creerse candidata al Senado, mejor dicho, Senadora de la República.
Trepada en “los cuernos de la luna” en reuniones amicales con priistas alardeaba lo siguiente:
“Le voy a hablar a MAO”.
Y le hablaba.
Y el palacio de Bucareli le contestaba.
Y Anilú era feliz.
Entonces, brincó Elizabeth Morales, la delegada federal del ISSSTE, pero más aún de Lorena Martínez, dirigente del Movimiento Territorial, ex delegada del CEN del PRI que provocara la derrota del tricolor en más de ciento 150 presidencias municipales.
Y en el imaginario colectivo filtraron que las dos, Anilú y Elmo, serían candidatas al Senado.
Luego, la señora Sonia Sánchez, ex del gobernador Patricio Chirinos, levantó el puño y el músculo.
Y de pronto, zas, brincó María del Carmen Pinete Vargas, cobijada por un par de hermanos de Fidel Herrera Beltrán, el priista que nunca en su vida perdió ni un volado.
Y en la prensa publicaron la noticia de la siguiente manera:
“Plop. Tiran a Anilú. Declina y decide no registrarse como precandidata al Senado”, pues, dice la nota, “consideró que no existían condiciones para competir” (Notiver, Noemí Valdés).
En la recta final de cara al registro, las pasiones políticas descarriladas, cada parte midiendo fuerzas de espaldas, claro, lógico, al millón de indígenas y a los dos millones de campesinos y a los tres millones de obreros.
La rebatinga por el poder público.
Un politólogo diría que la política es así.
Un priista diría que las pasiones desbocadas reiteran que el PRI está vivo.
La moneda sigue dando vueltas y nadie sabe el lado en qué aterrizará.
TRES. Ni el polvo vieron a la Pinete
Anilú Ingram. Directora de Radio, diputada local, fallida candidata a diputada federal y delegada federal de la SEDESOL, todo, a la sombra y hechizo de Javier Duarte.
María del Carmen Pinete Vargas: presidenta municipal de Tantoyuca (la tierra del cacique panista, Joaquín “El chapo” Guzmán Avilés) en el sexenio de Miguel Alemán.
Diputada federal con Fidel Herrera Beltrán.
Secretaria General Adjunta del CDE del PRI.
Lideresa de la CNOP.
Maestría en Administración Pública.
Docente.
¿Habría llegado la Pinete al registro como precandidata del PRI vía Miguel Alemán Velasco o vía Fidel Herrera Beltrán o vía su pueblo Tantoyuca?
¿Habrían, entonces, derrotado Miguel Alemán y/o Fidel Herrera a Miguel Ángel Osorio Chong, fallido aspirante presidencial?
Pinete Vargas aplicó la leyenda marxista de “El topo”, el animalito que siempre opera desde el sótano de la tierra, y de pronto, zas, saca la nariz y olfatea la temperatura política y si es favorable brinca a la superficie y si los vientos son huracanados, entonces, vuelve a sumirse para continuar esperando.
Nadie la esperaba.
Nunca Anilú, Elizabeth Morales y Sonia Sánchez, entre otras, la miraron.
Fidel Herrera lo decía así:
“Ni el polvo me verán”.
CUATRO. En política se resucita…
Anilú construyó arriba, en la cúpula, en Los Pinos (¡Vaya abracito y besito con Enrique Peña Nieto!), pero nunca, jamás, aterrizó debajo de la mesa para construir y multiplicar, digamos, un liderazgo social.
A: Su pasado duartista la condena.
B: Apostó a una imagen mediática, lejos, demasiado lejos de una fortaleza popular.
C: Se tomaba la foto con los pobres “y los pobres entre los pobres”, pero la foto rapidita, de prisa, de pasadita.
D: ¿Cuánto habrá costado su operativo mediático (¿Con cargo al erario federal?) para construir su presunta candidatura al Senado?
¿Cuánto habrá costado su campaña como candidata a diputada federal y que perdiera?
¿Cuánto su campaña de candidata a diputada local y que ganara?
¿Habrán sido las dos últimas campañas citadas con cargo a los recursos estatales en el tiempo del imborrable Javier Duarte?
Hora quizá de regresar a “Amigas y confidentes” de Telever… si es que en Telever pudieran.
El reinado del carnaval hasta ahí llegó, por lo pronto.
En política, dice Jorge Uscanga, no hay mujeres ni hombres muertos.
Igual que en el relato bíblico se resucita.
Y como dice un personaje de Antón Chéjov, con frecuencia “la luz llega del rincón más oscuro”.
La lección política estaría, digamos, aprendida:
Sin un liderazgo social sólido y fuera de duda, hasta el más pintado queda descarrilado.
Y a veces, ni así, porque a Juan Carlos Molina Palacios lo dejaron en la recta final.
¡Pinche Javier Duarte… que sigue causando estragos!
En contraparte, Duarte, feliz, juega barajas con un chino con quien se entiende a base de señitas y risitas nerviosas y titubeantes.