Luis Velázquez
21 de octubre de 2017
Uno. Rocío Nahle, para gobernadora
Todo indica que los astros se están reacomodando. Y en el pasillo político ha trascendido que la candidata de MORENA a gobernadora de Veracruz sería la diputada federal, Norma Rocío Nahle García, la conciencia energética de Andrés Manuel López Obrador.
Si es así, entonces, la tendencia zodiacal se habrá invertido y Cuitláhuac García será el candidato a Senador de la República.
El karma dice, entre otras cositas, que será Nahle (1964, Río Grande, Zacatecas, ingeniero químico) por las razones siguientes:
A: entre Cuitláhuac y Nahle, la Nahle está más cerca de las neuronas de “El peje”.
B: en el círculo más cercano de AMLO hablan que el tabasqueño se inclina por Nahle para la gubernatura, con todo y que está impedida porque es originaria de Zacatecas, circunstancia geográfica que podría enmendarse si se recuerda, por ejemplo, que Plutarco Elías Calles impuso a un hijo, nacido en Sonora, como gobernador de Tamaulipas, y que de Adolfo López Mateos siempre se aseguró que era originario de Guatemala, a tal grado que el asunto llegó al Senado de la República.
Además, está la tendencia natural de AMLO por las mujeres. La profe Delfina Gómez, candidata a gobernadora en el estado de México, y Claudia Sheinbaum, candidata de MORENA a la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México.
Y si la diputada federal por el distrito de Coatzacoalcos fuera (tiene muchos años de vivir en el sur de Veracruz), entonces, en la cancha priista se han puesto a temblar, pues levantaría mayores expectativas en las urnas, por ser mujer, además.
La primera mujer candidata al trono imperial y faraónico en la historia política jarocha.
C: Nahle es más intensa y fogosa y con mayor formación política y con mayor activismo social y político que Cuitláhuac.
D: un hijo de Nahle es el asesor de Enrique Peña Nieto en el tema de las zonas económicas.
Así, el hijo sería un extraordinario vaso comunicante entre el huésped principal de Los Pinos y Nahle y quizá, acaso, hasta para llegar a López Obrador.
E: a estas alturas, Rocío Nahle tiene una imagen política más sólida que Cuitláhuac.
Y dada su condición femenina, y considerando que casi el 60 por ciento de la población de Veracruz son mujeres, y dada la situación en el estado con tantos feminicidios y secuestros y desapariciones y asesinatos de mujeres, Nahle encarnaría el dolor y el sufrimiento humano.
F: Y en un Veracruz con tanta corrupción política, Nahle significaría la gran posibilidad real, concreta y específica para moralizar la administración pública, a tono, incluso, con el discurso de honestidad y transparencia del tabasqueño.
Dos. Honestidad de Rocío Nahle
En la alianza PAN y PRD tienen la certeza de que Miguel Ángel Yunes Márquez será el candidato a la silla embrujada del palacio, pues la misma dinámica de la yunicidad lo convirtió en.
En el carril priista hay dos versiones sobre el nominado.
La primera, que si José Antonio Meade es candidato presidencial, entonces, en automático, su amigo entrañable, Pepe Yunes Zorrilla, será el abanderado en Veracruz.
Y la segunda, que sea quien sea el candidato priista a Los Pinos, Héctor Yunes Landa sigue apostando a que el candidato rojo sea elegido en base a la encuesta, de tal forma que la encuesta sustituya al gran dedazo elector.
Y en MORENA, y más allá de la famosa “Tómbola” democrática y de una encuesta, el gran elector de los candidatos a un puesto de elección popular será “El peje”.
Y “El pejecito”, todo indica, está más cerca de Nahle que de Cuitláhuac, con todo y el juego que AMLO le ha dado en uno que otro evento morenista, como cuando se efectuara el cónclave nacional y Cuitláhuac lo cerrara con un discurso.
Además, el año anterior, Cuitláhuac ya tuvo su oportunidad de oro y aun cuando obtuvo unos 800 mil votos en las urnas, ahora corresponde el turno a Nahle, y quien sería la única mujer candidata a la gubernatura ubicada en medio de dos hombres, Yunes Márquez y Pepe Yunes.
Y entre una mujer y dos hombres, la tendencia lógica y natural de la población electoral se iría con la mujer.
Y es que las mujeres son años luz de distancia de los hombres honestas “a prueba de bomba”, el pendiente número uno en la política tanto local como nacional, pues ha ubicado al país en los primeros lugares mundiales de corrupción pública.
Tres. El gran cambio que viene
Faltan, claro, muchos meses (que parecen una eternidad y al mismo tiempo se van como agua) para el destape formal de los candidatos a la gubernatura.
En MORENA, igual que en el PAN, PRD, PRI y PVEM, habrán de elegir a los suyos para los diputados locales y federales y senadores.
Y como todos contendrán el mismo día en las urnas, quizá la selección salga antes para los legisladores que para ocupar la jefatura del Poder Ejecutivo Estatal.
Y en tantos meses, digamos, de aquí al mes de febrero o marzo del año entrante, muchas cositas podrían ocurrir, como la versión de que Nahle está imposibilitada.
Con todo, hay tiempo suficiente para que cada aspirante logre sus amarres electorales, conscientes y seguros todos de que a estas alturas cada partido político ya tiene un número determinado de sufragios planchado (el llamado voto duro), y así solo queda ganar el llamado voto indeciso.
El politólogo Carlos Ronzón Verónica dice que la gran pelea se dará por la conquista de los indecisos, aquella población que, incluso, ya formada en la hilera para sufragar suele cambiar de candidato.
Tan es así que el maestro aventura un resultado electoral de tercios para cada uno de los aspirantes de MORENA, el PAN-PRD y el PRI, quedando “como moneda en el aire” el gran cambio que darían los indecisos.
Y si Rocío Nahle sale elegida por AMLO, entonces, con su condición de mujer arrasaría en las urnas y se convertiría en la primera mujer gobernando Veracruz, quizá con AMLO en Los Pinos.
Un gran cambio radical se estaría asomando en Veracruz y en el país