Luis Velázquez
02 de junio de 2018
UNO. Nueve libros de Ricardo Ravelo
El reportero y escritor, Ricardo Ravelo Galo (originario de Carlos A. Carrillo, en la Cuenca del Papaloapan y residente en Austria) circula los dos tomos de su serie “Los incómodos”, historias de ex gobernadores pillos y ladrones.
Cada uno de los capítulos tiene el título como vaso comunicante, brújula por donde transita el lector. Por ejemplo.
Tomo I.
Tomás Yarrington, ex de Tamaulipas, el capo.
Eugenio Hernández Flores, ex de Tamaulipas, narco y negocios.
Javier Duarte, ex de Veracruz, el truculento (y que así llamaban a Richard Nixon en el tiempo de la guerra de Vietnam y el espionaje en el Watergate).
Roberto Borge, ex de Quintana Roo, política criminal.
Tomo II.
César Duarte, ex de Chihuahua, el saqueo atroz.
Los Moreira, Humberto y Rubén, ex de Coahuila, gobiernos de narcos.
Roberto Sandoval, ex de Nayarit, entre el narco y la riqueza impune.
Los dos tomos se leen, como dicen los estudiantes de la facultad de Filosofía y Letras, “de una sentada”.
Un día completo, acompañado de Ravelo en casa, con un cafecito y una canilla, encerrado, sin salir a la calle.
La historia de hoy. El día con día. Y con perspectiva social y política y económica en un país en el primer lugar de corrupción en América Latina y uno de los primeros en el mundo.
Lectura ágil y amena, salpicada de historias insólitas que al principio despiertan indignación y coraje, y en las páginas siguientes, repugnancia, y después, asco, los pasos del hartazgo social en que estamos atrapados y sin salida.
DOS. Los héroes de Peña Nieto
Los ocho exgobernadores, presos unos, prófugos otros, blindados los demás, desviaron recursos con sentido patrimonial cayendo en el enriquecimiento ilícito.
El colmo de los colmos: los ocho son o fueron priistas, pues algunos de ellos, como Javier Daurte (su historia causa repugnancia al historiador Enrique Krauze) fueron expulsados del tricolor.
¡Ah, sorpresas que da la vida!, la mayoría de ellos fueron puestos como el modelo nacional de la nueva generación política del PRI, ni más ni menos que por el presidente Enrique Peña Nieto.
Lo peor:
Ravelo Galo lo dice de la siguiente manera lacónica y contundente:
“Peña Nieto cerró los ojos ante el descaro de los ex gobernador Javier Duarte, César Duarte Jáquez, Roberto Borge y Roberto Sandoval Castañeda”, acusados, incluso, de presuntos vínculos con el narcotráfico.
Muchos meses, años incluso, después, en Veracruz, por ejemplo, la mitad de la población y la otra mitad está segura, segurísima, cierta, convencida de que si Javier Duarte y Karime Macías y los duartistas llegaron a tales extremos de corrupción se debió a la protección desde Los Pinos de Peña Nieto.
Bastaría referir la historia por todos conocida:
En el primer trimestre del año 2014, el Auditor Superior de la Federación (Juan Manuel Portal) interpuso la primera denuncia penal por desvío de recursos en contra de Duarte en la Procuraduría General de Justicia, PGR.
Y de acuerdo con la normatividad, reportó los hechos con las pruebas suficientes en la secretaría de Hacienda y Crédito, cuyo titular era Luis Videgaray Caso.
Y según la ley, Videgaray Caso debió, primero, congelar las participaciones federales y anexos y conexos a Duarte hasta en tanto aclarara los hechos.
Pero además, dar el visto bueno a la PGR para simple y llanamente, aplicar la ley.
Más todavía:
En el primer trimestre del año 2014, los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Fernando Yunes Márquez denunciaron los ilícitos y solicitaron la intervención oficial.
Nunca, jamás, fueron escuchados.
Duarte, todo indica, con la bendición superior, la más alta en la nomenclatura priista, siguió “ordeñando la vaca”.
Ahora, MORENA Y Cuitláhuac y unas que otras elites priistas defienden a Javier Duarte y Karime Macías.
Los dos libros de Ricardo Ravelo significan un testimonio escrito para que nadie, jamás, olvide el Veracruz corrupto de Duarte y Karime y compañía.
TRES. El resto del país está igual o peor
Los dos tomos de Ravelo resumen las históricas siniestras y sórdidas de 8 ex gobernadores.
Pero el resto del país está igual o peor.
Basta referir algunos hechos incontrovertibles:
A: México, en la peor desigualdad económica y social, educativa, de salud, de seguridad y de procuración de justicia.
B: 6 de cada 10 habitantes del país en la miseria, la pobreza y la jodidez.
C: Uno de cada 3 jefes de familia llevan el itacate y la torta a casa del changarro en la vía pública vendiendo fritangas y organizando tandas y subastando ropa usada en las calles de las colonias populares.
D: Con todo y Donald Trump, la migración a Estados Unidos está fuera de control dado el fracaso ominoso de la política económica y social.
E: Cada sexenio y cada cuatrienio en el caso de los presidentes municipales aparecen nuevos ricos y más fortunas familiares.
- Por lo general, los políticos corruptos se han ido en la impunidad, hasta ahora en que la corrupción escaló niveles insospechados y al gobierno de Peña Nieto solo quedó como única alternativa encarcelar a sus propios ex gobernadores, pensando que así salvarían del naufragio en que está al partido tricolor.
El manotazo, sin embargo, ha sido tardío. El daño electoral estaba causado.
CUATRO. Tiempo atroz
Ricardo Ravelo deja constancia del tiempo atroz que le ha tocado vivir. Congruente con sus ideas, principios y valores expresados durante 21 años en el semanario Proceso como corresponsal en Veracruz y reportero en la Ciudad de México de la fuente policiaca, seguridad nacional, justicia, narcotráfico y delincuencia organizada.
Ha publicado nueve libros. Y ganado, entre otros premios, el Rodolfo Walsh por su libro “Narcomex, historia e historias de una guerra” en la Semana Negra de Gijón, España, como el mejor libro de no ficción.
Ahora, ha quemado sus naves en el país y vive en Austria donde lleva nueva vida.
Se fue con un cargamento de oro con sus archivos periodísticos y oficiales y quizá esté tecleando el tercer tomo de la serie “Los incómodos”, pues la corrupción es un mal endémico que nunca, jamás, será reducido ni menos, mucho desaparecido, pues, y por lo pronto, el año entrante se cumplirán 500 años de corrupción ininterrumpida desde que Moctezuma II se bajó los pantalones ante el Quetzalcóatl sifilítico, Hernán Cortés, a quien enviara monedas de oro y veinte doncellas vírgenes a cambio de espejitos.