Luis Velázquez
05 de marzo de 2019
UNO. Nuevo líder en MORENA
Hugo Lino Martínez es el nuevo líder de MORENA en Veracruz. Los zapatos de Manuel Huerta Ladrón de Guevara (MORENA arrasando con las presidencias municipales, entre ellas, Coatzacoalcos, Minatitlán, Xalapa y Poza Rica, y MORENA avasallando el primero de julio del año anterior) le quedan muy grandes.
En sus pies, los zapatos del súper delegado federal, amigo de AMLO, su antiguo colaborador en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, parecerían zapatos de payaso en el circo del pueblo.
Pero, bueno, el dedo de Dios lo eligió y las tribus han de disciplinarse ahora cuando el barco morenista apenas zarpó en el país y en Veracruz hace o pareciera estar haciendo agua.
Allí, sus grandes desafíos partidistas, entre otros, el siguiente:
La fractura en la LXV Legislatura con la renuncia a la bancada legislativa de los diputados José Magdaleno Rosales, el nuevo jefe, Jéssica Ramírez Cisneros y Augusto Nahúm Álvarez Pollico.
Más el diputado del PT, Érik Iván López Aguilar, y quienes, vaya presión, volvieron al redil, pero sin que las heridas políticas cicatrizaran.
Más el diputado del PES, Gonzalo Guízar Valladares.
Lino Martínez zurce fino y con habilidad o el río seguirá desbordándose.
DOS. Desencanto social de MORENA
Tres meses después, la imagen estatal de que el nuevo sexenio, sexenio de izquierda, llegó a su principio de Peter en el combate a la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra.
El desencanto social está fuera de duda.
Y es que, además, si hay buen gobierno, el partido político se fortalece. Y si hay un gobernador con mal karma, el partido político resbala.
Y más, si se considera que en el año 2021 habrá elección de los 212 presidentes municipales, más diputados locales y federales.
Y el triunfo en las urnas ha de trabajarse con tiempo anticipado.
Al momento, por ejemplo, hay secretarios del gabinete legal y ampliado de quienes nada se sabe.
Quizá vivan en el limbo político.
Acaso vivan en gerundio, planeando lo que algún día podrían aterrizar.
Y más, cuando MORENA en Veracruz quedó con todo el aparato gubernamental como son la jefatura del Poder Legislativo, la mayoría en la LXV Legislatura, más de cuarenta alcaldías, más los diputados federales y los senadores.
Tarea mayúscula repetir la hazaña electoral en dos años.
TRES. AMLO o el regreso opositor
AMLO ha centrado su política en el combate a la corrupción y la pobreza.
Pero en Veracruz, las coordenadas soplan por otro lado y en la tarea de gobernar ha de embonarse el altiplano con la periferia.
Caso Soledad Atzompa. El pueblo, linchando a seis malandros y quemándolos vivos, hartos de la incertidumbre en el diario vivir.
Caso Actopan. La Fuerza Civil, atropellando los derechos humanos de siete paisanos nacionalizados norteamericanos.
Caso Coatzacoalcos. El pueblo, sublevado por tanta inseguridad.
Caso Orizaba. Un pueblo rebelado a los feminicidios.
Caso Mariano Escobedo. Un pueblo avisando que malandro que detengan… será linchado, como en Atzompa.
Es el clamor social. El testimonio de lo que un pueblo es capaz. Y si hay un Atzompa, igual como decía Ernesto El Che Guevara de Vietnam, muchos Atzompas.
Además, de la más espantosa desigualdad económica, social, educativa, de salud, de seguridad y de justicia y desarrollo humano.
La única estrategia para ser leal a AMLO, el presidente, es honrando la palabra con hechos y acciones.
Hugo Lino Martínez, a prueba en un momento canijo de la cólera social. Es AMLO o es el fascismo. Es MORENA o el regreso del PAN o del PRI… si resucitara, claro.