Luis Velázquez
06 de julio de 2019
UNO. Yunes, en la picota
El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, tiene a Miguel Ángel Yunes Linares en la cruz. Cada vez, le está clavando más estacas. Tanto que, por ejemplo, el panista ya lo llamó corrupto, acaso, para su descalificación.
Pero Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, sigue para adelante. Bragado. Firme. El último ramalazo, bombardeo nuclear, fue con trece denuncias penales por el presunto desvío de recursos públicos en el primer año de gobierno. 2017. Falta, claro, 2018.
La historia, decía Federico Engels, se repite. Pero se repite, le reviró Carlos Marx, unas veces como simple comedia, y otras, como tragedia.
Yunes, por ejemplo, rafagueó con todo a Javier Duarte, y por vez primera en la historia local, a la esposa de un gobernador, Karime Macías.
Además de los aprox. treinta duartistas presos, más los 68 policías todavía en el penal de Pacho Viejo acusados de desaparición forzada.
Ahora, el ORFIS ha tomado su R-15 para irse la yugular del gobernador de un bienio, los mismos años por cierto que Fernando Gutiérrez Barrios ejerciera el poder en Veracruz.
Don Fernando salió ileso. Limpio. Incluso, fue nombrado secretario de Gobernación.
Yunes, sin embargo, en la picota.
Si es una falacia, una patraña, ya se verá en los años que corren, pues por delante todavía hay 5 años y 5 meses para que el primer gobernador de izquierda, la izquierda de MORENA y AMLO, proceda.
DOS. “Los carniceros de hoy…”
¡Cuánta razón, caray, con la frase bíblica de que “los carniceros de hoy serán las reses del mañana”!.
Por lo pronto, la yunicidad bajo sospecha.
El monto del presunto desvío de recursos, año 2017, asciende, dice el ORFIS, a trescientos millones de pesos.
“Y están pendientes al menos seis querellas de entes estatales”.
Además, el manejo bajo sospecha de los recursos públicos de 88 presidentes municipales y quienes, dice el ORFIS, “no reportaron el manejo financiero del último año de su período constitucional”.
Y, claro, si los alcaldes habrían desviado recursos, entonces, la responsabilidad máxima es de la Comisión de Vigilancia del Congreso local, y en segundo término, del mismo ORFIS que, por lo pronto, está investigando para determinar el monto y proceder con la denuncia penal.
Más ahora, en el tiempo de AMLO con su feroz y lapidario combate a los políticos corruptos, pillos y ladrones.
Falta considerar las denuncias interpuestas por la Contralora Leslie Garibo por un monto, dijo, de unos cinco mil millones de pesos.
TRES. “El que escupe pa’arriba…”
Hay cositas inverosímiles de la vida pública que con todo constituyen una sorpresa.
Por ejemplo:
Yunes Linares se lanzó duro y tupido en contra de la corrupción de Javier Duarte, anexos y conexos.
Y ahora, cuando el ORFIS lo está acusando de lo mismo, caray, ¡que contradicciones tan extremosas!
El chistecito aquel de “¡Agarren al ladrón!” solo una mera coincidencia como era la leyenda en las películas de blanco y negro.
Yunes enfureció por las pillerías de Duarte y ahora el ORFIS por las (presuntas) pillerías de la yunicidad.
Más grave si se considera que faltan cositas por enlistar, como por ejemplo, las 31 obras inconclusas de la secretaría de Salud, “la mayoría de las cuales pagada en su totalidad mientras los avances reportados en su construcción van del 20 a 90 por ciento” (La Jornada Veracruz, 27 de junio).
Lo más canijo será que algún día trascendiera que en la era Cuitláhuac el primer semestre bastó para “ordeñar la vaca”, como todavía están sin aclarar el tráfico de influencias y el conflicto de intereses con los cargos públicos a los familiares, amigos y cuates, además de las compras de las patrullas policiacas, las ambulancias y las medicinas.