Luis Velázquez/ Malecón del Paseo
29 de julio de 2019
EMBARCADERO: Antes de alcanzar el estrellato, muchos escritores pasaron por el camino al Gólgota… Por ejemplo, Truman Capote, uno de los creadores del llamado periodismo literario, su gran reportaje “A sangre fría”, trabajó a los 17 años de edad en la revista The New Yorker recortando periódicos para integrar el archivo de los días y los años… También, seleccionaba tiras cómicas… Hijo de una madre alcohólica y de un padre huidizo, Capote creció con unas tías quienes le procuraron exigente educación literaria y cuando a los veinte años de edad, aprox., apareció con su primer libro, “Otras voces, otros ámbitos” fue una revelación…
ROMPEOLAS: Juan Rulfo, quien con una novela, Pedro Páramo, y un libro de cuentos, El llano en llamas, entró a la gloria y a la inmortalidad literaria, antes de volverse escritor reconocido, anduvo vendiendo llantas para automóviles de pueblo en pueblo, siempre, y por fortuna, cargando una cámara fotográfica para retratar el México urbano, suburbano y rural… Después, y durante dos años trabajó de burócrata en la Comisión del Papaloapan, con sede en Ciudad Alemán, Veracruz, desaparecida desde hace muchos años…
ASTILLEROS: Martín Luis Guzmán, el novelista y cronista de la Revolución al lado de Pancho Villa, primero fue secretario particular de “El centauro del norte” y desde donde se nutrió con experiencias insólitas para escribir novelas y textos periodísticos… Antes de volverse el gran cronista de las exclusivas en el periódico Excélsior y novelista, Luis Spota fue presidente de la Comisión Nacional de Boxeo… Antes de ganar el Premio Pulitzer y el Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway fue reportero de la fuente policiaca y su vida giraba alrededor de la comandancia, el cuartel de bomberos y la estación del tren por donde circulaba el mayor número de noticias de sangre…
ESCOLLERAS: Antes, mucho antes de convertirse en un escritor adorado y amado, Jack London fue aventurero, buscador de oro en las minas del viejo oeste norteamericano, cazador de tiburones y boxeador… Antes de volverse el biógrafo de su propia vida, vida incandescente, prosa intensa y frenética, avasallante, letras y palabras como un volcán en erupción, José Vasconcelos escribía discursos políticos y fue funcionario público… Y entró a la historia, más, mucho más como escritor…
PLAZOLETA: Antes de volverse un cantautor y componer canciones exitosas, el Beatle George Harrison, el más joven de los 4 (John Lennon, Paul Cartney y Rigo Star) solo leía y cantaba con admiración las canciones escritas por Lennon y Cartner… Un día se picó “el amor propio” y escribió las primeras y los dos Beatles se las rechazaron… Callado, discreto, hombre introspectivo, Harrison siguió componiendo y un día descubrió cientos de canciones en su archivo y se fue con un amigo y las grabaron y lanzaron varios discos ante la sorpresa (y el respeto) de los otros Beatles…
PALMERAS: Antes, mucho antes de volverse la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda (1904/1957), también Nobel, regaló a Gabriela Mistral (1889/1957) los libros de Antón Chéjov, León Tolstoi y Fedor Dostowieski, considerados los tres grandes de su tiempo… De Neruda, por cierto, se ignora si le apasionaba más escribir poemas, coleccionar los quince mil caracoles levantados en todas las playas del mundo o escribir odas a José Stalin, el asesino de escritores y periodistas… Una de sus frases favoritas era la siguiente: Nada tan hermoso como perder el tiempo con los amigos con un café con leche, pero sin azúcar, porque entonces, decía, el café sabe a azúcar…