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Estado agónico del PRD; Grandes líderes se han ido

Staff El Piñero

Luis Velázquez

 

Uno

El estado agónico del PRD en Veracruz se calibra por lo siguiente:

Un hijito de la diputada local, Jazmín Copete, candidato a la presidencia municipal de Santiago Tuxtla, con fama pública de un profundo conocedor de los antros en el pueblo, donde su señora madre ya fue alcaldesa.

Arturo Hérviz, ex líder estatal del PRD, ex diputado local y federal, ex senador de la república, ex padre putativo de Rogelio Franco Castán y fallido candidato a gobernador en el año 1998 ante Miguel Alemán Velasco a quien luego enseguida levantara la mano, candidato a presidente municipal de Ángel R. Cabada…, por segunda ocasión.

Freddy Ayala, compañero de pensión estudiantil en la facultad de Leyes de Érick Lagos (diputado federal) y Franco Castán (secretario General de Gobierno al servicio del Yunes azul), candidato a la alcaldía de Sayula de Alemán, pero nominado por el PAN.

El gurú amarillo, Guadalupe Acosta Naranjos, fue el vaso comunicante de Miguel Ángel Yunes Linares, para llegar al CEN del PRD.

Y Acosta Naranjos tiene un amigo entrañable, su operador político, Celso Pulido.

Y no obstante, Celso Pulido está desempleado, pues ni siquiera, vaya, de agente de Tránsito en el principal crucero de Xalapa le dieron, todo, porque Rogelio Franco, el dueño de la franquicia del PRD en Veracruz, lo vetó.

Además, Acosta es padrino de bodas de Celso Pulido, lo que empeora la relación entre las tribus, todo porque Franco trae la marca de “Los chuchos” en la frente.

A pesar de que Arturo Hérviz empujó a Rogelio Franco a las alturas, pues bajo su mecenazgo fue presidente del CDE y diputado local y federal, las líneas están cruzadas, y aun cuando cohabitan, el deslinde total.

Y es que mientras el secretario General de Gobierno ya anda levitando, Hérviz es más terrenal.

 

Dos

Tanto levita el segundo del palacio azul que hacia el interior de la cúpula del PRD tiene la fama pública de un golpeador de mujeres, la más cercana, digamos, a su vida.

Según las versiones, cada vez que la golpea, pues ella también desea tener su vida política propia, paga culpas por caras y que van de operaciones plásticas hasta camioneta nueva.

Por fortuna, en la SEGOB jarocha tiene presupuesto suficiente.

Incluso, un perredista dice:

“Yo no cambiaría un minuto de mi vida por un día en la vida de Rogelio”.

A lo anterior se agrega la disputa nacional por el control del partido.

Por ejemplo, la expulsión del senador Miguel Barbosa como el coordinador legislativo de su partido en el Congreso de la Unión por el único delito de expresar su simpatía por Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial.

Y de ñapa, la descobijada a la presidenta del CEN, Alejandra Barrales, con su departamentito de un millón de dólares en Miami, gracias, claro, a sus ahorritos cuando fue secretaria en el gabinete de Miguel Ángel Mancera, su antigua pareja.

Incluso, en la megalomanía, la ex azafata (posó en revista para caballeros) regresó antier al Senado para multiplicar su operación política.

Las figuras más notables, grandes líderes sociales aglutinados en el PRD, se han ido del PRD. Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Ricardo Monreal, entre tantos otros.

El PRD de Veracruz está, por tanto, a un paso de volverse un partido de regidurías y de agentes municipales.

Peor tantito: nada más indicativo y significativo que leer el semblante de las huestes perredistas que sin emoción social ni política se expresan de las candidaturas a los puestos edilicios.

Y más, si se considera que en el semblante deplorable que arrastran la carga ideológica se ha vuelto demasiado pesada.

El PRD se desmorona como un viejo dinosaurio y sólo el góber azul parece creer en ellos, pues los líderes tradicionales del PAN (Julen Rementería, Germán Yescas, Joaquín Guzmán Avilés, Pepe Mancha y Víctor Serralde) ni en cuenta.

Yunes, claro, se diría, los utiliza, de igual manera como suele usar a todos.

Tres

El colmo de la degradación política y social del PRD sería el siguiente:

Esteban Bautista, líder, digamos, en la sierra de Tatahuicapan, en el sur de Veracruz, era perredista.

Y renunció y pasó al PRI.

En el PRI organizaba comiditas tanto a Javier Duarte como a Fidel Herrera Beltrán en su tiempo de gobernadores.

La fama pública es que participó en la toma de la presa Yuribia, meses anteriores cuando el Yunes azul acusara que los instigadores eran de MORENA.

Ahora, Esteban Bautista renunció al PRI y se cobijó de nuevo en el PRD de Rogelio Franco, quien lo impuso de candidato a la alcaldía de Tatahuicapan.

Es el mismo caso en Zongolica de Juan Carlos Mezhua, quien era fidelista a morir, y ahora va de candidato del PRD a la presidencia municipal.

Así, el sol azteca está nominando a más fidelistas y duartistas a los Ayuntamientos que el mismo PRI de Renato Alarcón.

Cuatro

Si cuando Rogelio Franco llegó al PRD, Hérviz presidente, para hacer su servicio social, digamos que soñaba con un país justo, ahora, el bienestar social está pensado con sentido patrimonialista.

Su rancho ganadero y su restaurante de lujo en Xalapa.

Un PRD cuyos escombros se reducen a lo siguiente: ahora tiene 33 alcaldes y sólo cinco diputados locales en la LXIV Legislatura, cuando en contraparte en la primera elección en que participó MORENA logró trece, de los cuales uno, Sebastián Reyes, favorecido con “La tómbola”, prefirió desertar y cobijarse en la sombra del góber azul.

Más, mucho más curules ganó el PAN (diecisiete en total) que el PRD el año anterior.

La pelea en el PRD Veracruz es de Rogelio Franco para adueñarse de la franquicia y perpetuarse el mayor tiempo posible, con lo que habrá rebasado por completo a su gurú Arturo Hérviz.

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