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Estado de Sitio en Tierra Blanca; quedaron sin carnaval y arrodillados ante la inseguridad

El Piñero

 

Luis Velázquez Barandal

28 de marzo de 2019

ESCALERAS: Tierra Blanca (cinco jóvenes secuestrados por la policía y entregados a los malandros en el duartazgo) ya no es “la novia del sol”, sino la amante codiciada de los carteles y cartelitos.

El aviso lo dio el propio presidente municipal, militante del PAN, el día 22 de marzo. Entonces, publicó un comunicado cardíaco. Pedía a la población abstenerse de eventos públicos porque la inseguridad golpea y flagela.

De hecho y derecho, un virtual Estado de Sitio. Un Toque de Queda como lo planteara una diputada local, ex panista, ahora morenista. La parálisis de la vida pública. La inacción social. La población, ni modo, con su autoridad edilicia por delante, arrodillada ante los malandros.

 

PASAMANOS: El “aviso a la ciudadanía”, con el logotipo del Ayuntamiento, llamó primero “a la suspensión temporal de los eventos… de concentración masiva”, y luego, el anuncio de la cancelación del carnaval.

Más que la angustia social, el caos y la desesperación.

Un pueblo sometido a diferencia, por ejemplo, de Soledad Atzompa y el Valle de Uxpanapa, comunidades s sublevadas, incluso, hasta con su guardia comunitaria.

Y lo peor, en el comunicado, el alcalde evidenciando a la policía municipal y estatal.

El fracaso de la Fuerza Civil, a la que, y por cierto, los malandros emboscaran en Tierra Blanca y rafaguearan en Jáltipan.

Los malandros, los jefes máximos.

¡Ah!, pero en Xalapa, el alcalde de MORENA tuvo genial ocurrencia. Ante la inseguridad, dijo, solo queda “cuidarse unos a los otros”.

Aplausos. Aplausos.

 

CORREDORES: El comunicado se resumiría así: “el miedo al miedo”.

La autoridad, elegida para “salvaguardar el bienestar de la población”, doblegada ante las fuerzas del mal.

Los días y noches turbulentas, encima de la tranquilidad social.

Ha de preguntarse, entonces, cuántos municipios más en Veracruz de los 212 en total estarán igual que en Tierra Blanca?

Incluso, si hasta el fin de semana anterior se habían abstenido, quizá, ahora, se atrevan.

En Minatitlán, por ejemplo, el carnaval fue suspendido por tanta inseguridad.

Los presbíteros se la pasan aconsejando a los feligreses se abstengan de salir de noche.

Y ahora, el virtual Toque de Queda.

El alcalde, está claro, no puede.

Tampoco puede, la secretaría de Seguridad Pública.

Ni la Fiscalía.

Ahora, solo resta, digamos, confiar en la Guardia Nacional.

 

BALCONES: En medio de la guerra de declaraciones entre el góber y el fiscal, la derrota social de un pueblo.

Tierra Blanca, paso de migrantes. Nido de huachicoleros. Negociazo para los secuestradores y el cobro del piso. El reino de los malandros. Los malosos emboscando a la Fuerza Civil. La policía estatal secuestrando a 5 jóvenes de Playa Vicente y entregándolos a los carteles.

La vida cotidiana, la vida normal, truncada.

Allá, entonces, cada ciudadano si se expone con su asistencia a eventos públicos.

El cuerpo edilicio, quizá en acuerdo de Cabildo, ya lo advirtió.

Tierra Blanca, un tiradero de cadáveres, más que de animales (“Los abigeos solo están dejando las cabezas de mi ganado” dijo una diputada local de MORENA), un tiradero de cadáveres humanos.

Una derrota más para el gobierno de Veracruz.

Una victoria más para la delincuencia organizada y común.

Tierra Blanca, en retirada, diría un general del ejército vencido.

 

PASILLOS: Veracruz, en las tinieblas.

“Todos vamos en el funeral del silencio” (T. S. Eliot), pues hay muchos cadáveres por enterrar. Los que ya fueron. Los que son. Los que serán.

La población, cierto, anhela la tranquilidad y la paz. “La calma tan esperada”.

Pero “cada paso es peligroso” y “los monstruos nos acechan” en el desasosiego perpetuo.

En cada nuevo amanecer, la población se desayuna con más asesinatos, más secuestros, más desaparecidos, más atracos, más asaltos, más fosas clandestinas.

“Un cuento, diría el viejito del pueblo, de nunca acabar”.

 

VENTANAS: Hay en el comunicado del Ayuntamiento de Tierra Blanca con su Toque de Queda, demasiado, excesiva desesperación social.

En vez de luchar por otros caminos, con garra, digamos, como en Atzompa (6 malandros linchados) y el Valle de Uxpanapa (un hombre violento linchado), y Mariano Escobedo (advertencia de cortar las manos a los ladrones) y Maltrata (población amotinada ante la comandancia) y Coatzacoalcos (la sublevación civil), en el pueblo que fue “la novia del sol”, todos a replegarse.

De seguro, así es, o será, el tamaño de la frustración institucional y social.

El boxeador, tirado, noqueado, sin aliento, en el centro del ring.

Sísifo, en la novela de Albert Camus, va llegando a la cima con la piedra a la espalda y se le cae. Y como los dioses le han ordenado que la suba, otra vez. Y de nuevo se le cae y otra vez. Y otra vez se le cae y de nuevo el intento.

 

PUERTAS: Demasiado solo ha de sentirse y mirarse el presidente municipal para tomar una decisión así.

El alcalde en su laberinto, atrapado entre la espada y la espada.

De seguro tendrá muchas presiones hasta para concesionar la comandancia policiaca a los malosos, como ha sucedido en muchos pueblos del país.

Acaso también le habrán exigido obra pública para sus compañías constructoras.

Quizá hasta manos libres para cobrar el llamado derecho de piso en el pueblo y el municipio.

Solo falta como sucedía en los pueblos indígenas de Oaxaca en el siglo pasado que el alcalde renuncie y se ampare para evitar que sea llamado a seguir en el cargo.

 

CERRADURAS: Pero atrapado en la encrucijada, lo ha de meditar.

Primero, y por encima de todo, está su vida, pero más aún, la vida de su familia.

Y la familia del cuerpo edilicio.

Y ni se diga, del cuerpo policiaco.

Y de la población, en primerísimo lugar.

Habrá quizá el alcalde “pisado demasiados callos”, y por eso mismo, está como está.

El viaje al paraíso terrenal que significó o pudo haber significado la lucha electoral por el Ayuntamiento, convertido en un viaje terrorífico al infierno.

Es la política o es la vida, aun cuando para un político por encima de todo y de todos está “el bienestar de la población” como dice el comunicado.

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