- La isla de Necker es un exclusivo y lujoso destino caribeño que garantiza privacidad, playas espectaculares y mucha comodidad.
EEUU.- Tras ocho años de mandato como presidente de Estados Unidos, Obama y su familia se recuperan de todas las emociones vividas pasando unos días en la exclusiva isla de Necker, situada en las Islas Vírgenes Británicas. Un maravilloso paraíso privado frente al mar Caribe que, por los precios, muy pocos pueden permitirse.
La isla, de 300.000 metros cuadrados, pertenece al millonario Richard Branson, quien la adquirió en 1979 y la convirtió en un refugio muy solicitado por ricos & famosos que buscan resguardar su intimidad.
Diseñada para ser, justamente, un refugio privado, lejos del estrés y de las tensiones de la vida cotidiana, la isla está rodeada de hermosas aguas turquesas, arrecifes de coral y bellas playas de arena. Un entorno ideal para practicar todo tipo de deportes acuáticos.
En lo alto de la isla se encuentra la casa principal o Great House que cuenta con ocho dormitorios dobles para los huéspedes y una gran suite de 140 metros cuadrados en la que el visitante puede sentir la brisa marina, o deslumbrarse con las preciosas vistas del mar Caribe desde cualquiera de sus rincones, incluido el jacuzzi al aire libre que se encuentra en una de sus terrazas- solarium. Esta casa tiene capacidad para 18 personas e incluye un espacio con juguetes para chicos, libros y videojuegos. Hay un cuarto extra con comodidades como para seis niños.
A esto se suman seis casas de estilo balinés (con capacidad para dos personas cada una), más Temple House y Love Temple, con lugar para otros dos huéspedes cada una.
La isla suele alquilarse entera por unos 80.000 dólares la noche (tiene capacidad como para alojar cómodamente hasta 34 adultos), aunque hay algunas semanas del año en las que se ofrece la posibilidad de alquilar por habitación: en marzo, por ejemplo, se puede conseguir desde 4.280 dólares la noche en una de las habitaciones dobles y hasta 6.900 dólares la Master Suite.
Las tarifas incluyen todas las comidas, internet, DJ para una noche, traslados al aeropuerto y un staff de 100 personas dedicados al bienestar de sus huéspedes.
Los Obama podrán bañarse en dos piscinas de agua dulce o en un jacuzzi en la playa, y por supuesto, tendrán a su disposición un montón de reposeras y hamacas para descansar en la arena. Y disfrutar de la fauna local, desde lemures y flamencos hasta tortugas gigantes, practicar deportes naúticos y descansar.
La Vanguardia y Clarín