- La vida íntima… al desnudo
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: El escritor ruso, Alexander Pushkin, está considerado el padre de la literatura rusa moderna… Nacido en 1799, apenas vivió 38 años… Murió en 1837 en un duelo para rescatar su honor… Entre algunas de sus obras estelares están las novelas “Eugenio Onegin” y “El prisionero del Cáucaso”… A los quince años de edad publicó sus primeros poemas y también era articulista que escribía textos sobre literatura… La dinastía de los zares Romanov, trescientos años gobernando el país, se irritó por completo con sus poemas y debió exiliarse para salvar la vida… Otro zar, Nicolás Primero, lo prohijó porque estaba enamorado de su esposa, que era bellísima, y a la que cortejaba… Ella es vista como la culpable de su muerte cuando en 1837 retó a duelo a un militar francés de nombre D´Anthés, que también cortejaba a la señora… Pushkin, dicen los expertos, abrió el camino a la gran literatura rusa de los siglos XIX y XX… Tenía dos prioridades en la vida, las únicas para las que vivió… La primera, sus novelas y cuentos, y la segunda, coleccionar mujeres… Y, bueno, luego de la gloria literaria que alcanzara en el mundo resulta insólito, sorprende, que haya escrito y publicado un libro intitulado “Diario secreto, 1836/1837” y en donde cuenta sus experiencias y vivencias con las mujeres y que bien puede verse por las buenas conciencias y la gente VIP como un tratado pornográfico, pero que sólo consiste en llamar pan al pan y vino al vino… El libro fue sacado de contrabando de Rusia y publicado por vez primera en el extranjero… El Marqués de Sade quedaría en ridículo con el “Diario secreto” de Pushkin…
ROMPEOLAS: Pushkin cuenta que se inició en la admiración del cuerpo femenino a los tres años de edad, cuando un día miró desnuda a una de sus hermanas y maravillado sintió escalofríos… Dice que en muchas ocasiones solía hacer el sexo con cinco mujeres diferentes en un solo día… Su vida sexual inició en la escuela secundaria con las compañeras… Luego, con las trabajadoras domésticas de su casa y de las casas vecinas… Después, con las trabajadoras sexuales… Más tarde, con las señoras solteras, casadas y viudas… Y enseguida, y cuando estaba en la gloria literaria, pues además era reportero y publicaba en un diario, con las señoras de la alta sociedad rusa… Tuvo relaciones con un par de primas, quienes, incluso, eran tan felices con él que las dos le escribían la misma carta… Se casó con una mujer bellísima y sedujo a dos cuñadas… Más aún: su esposa aprobó que tuviera de amada amante a su hermana mayor, porque era preferible, decía la señora, a que anduviera con las prostitutas… Según Pushkin llegó a coleccionar más de doscientas mujeres en los 38 años de vida que viviera de manera intensa y frenética… Era tanta su obsesión por las mujeres que cuando pasaba un día o dos sin hacer el amor, andaba desesperado sin poder escribir un solo párrafo… Y cuando, de plano, únicamente le restaba en el sexo de las cortesanas la luz y el resplandor creativo regresaba en automático con ellas… En el “Diario secreto” cuenta al detalle su vida íntima con las mujeres rebasando por completo las enseñanzas del Kamasutra… El libro, claro, despierta la curiosidad porque fue una gloria de la literatura rusa y en un tiempo duro y difícil de la censura resultó insólita su publicación… Y más, porque los zares imponían su ley con el garrote y la macana y que debiera interpretarse como la cárcel en los campos de concentración, entre ellos, la famosa Siberia…
ASTILLEROS: Pushkin se trabó en un duelo a muerte con el militar francés que cortejaba a su esposa y quien, además, solía enviarle anónimos por debajo de la puerta de su casa, en uno de los cuales lo nombraba presidente de la sociedad de cornudos de Rusia… En el duelo, el militar disparó antes del tiempo marcado y lo hirió… El escritor murió en el hospital… El militar fue degradado y expulsado de Rusia, pues, además, era muy pagado de sí mismo, playboy que la vida favorecía… La esposa del escritor, Nataly, guardó luto durante dos años y después se casó… Nunca fue amante de aquel militar ni tampoco del zar Nicolás Primero, aun cuando sólo llegaron al flirteo y al manoseo, y así, le decía el zar a la señora, “ni tú engañas a tu marido ni yo a mi esposa”… Pushkin confiesa que solía estudiar “milimétricamente el lenguaje corporal de una mujer” para que ellas “respondieran dócilmente a su pasión”… En el tálamo, decía, “muchas mujeres llegan a semejarse diosas” y así han de tratarse, incluidas las cortesanas… Nunca León Tolstói (tan metido en las cosas de Dios y de salvar el alma) ni Fédor Dostoiesky (tan obsesionado con “La casa de los muertos”, su tiempo en la cárcel, y con Ana Karenina, la historia de la esposa de un político ruso que cae seducida por otro militar) se ocuparon como Pushkin de su vida sexual en un libro y que puede leerse como una introducción a la vida íntima…
