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Una nueva investigación de la Universidad del Sur de Australia (UniSA) ha identificado el trastorno depresivo mayor (TDM) como la causa de al menos 20 enfermedades, lo que conducirá a mejores formas de detectar y controlar los padecimientos en personas con este trastorno.
“La depresión afecta a todos los aspectos de la vida de un individuo, pero la evidencia relacionada con los efectos causales en la salud es limitada.”, dice el estudio publicado en Molecular Psychiatry.
El trastorno depresivo mayor (TDM) se estableció como la causa genética de al menos 20 enfermedades distintas que hasta la fecha se creían inconexas, lo que proporciona información vital para ayudar a los profesionales médicos a detectar y controlar las altas tasas de enfermedades físicas en personas diagnosticadas con depresión, reveló el estudio.
Los resultados se obtuvieron gracias al uso de un análisis MR-PheWAS para detectar un vínculo causal entre la depresión y una variedad de enfermedades.
La implicación de la investigación
El estudio evaluó los factores de riesgo entre la depresión y 925 enfermedades y encontró una relación causal entre la depresión y una amplia gama de enfermedades, que incluyen:
- Asma
- Enfermedad coronaria
- Colesterol alto
- Esofagitis
- Gastroenteritis
- Infecciones por E. coli
- Trastornos del sistema urinario
- Y más…
El vínculo entre la depresión y las enfermedades resultantes de la depresión se ha investigado durante mucho tiempo. Sin embargo, este nuevo estudio es un gran avance y puede ayudar a mejorar la vida de millones de personas que sufren de depresión.
Según el investigador de UniSA, Anwar Mulugeta, comprender el vínculo entre la depresión y estas enfermedades que pueden derivarse de la depresión ayudará a tratarlas y a muchas personas en el proceso.
«Los datos muestran que las personas que viven con enfermedades mentales graves, como la depresión, tienen tasas mucho más altas de enfermedades físicas que las de la población general», dijo Mulugeta en un reporte.
El TDM afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo y al 5 por ciento de la población adulta en América Latina y el Caribe, según datos de la Organización Mundial de la Salud.