Flor de Piña|Opinión
Oaxaca.- Conocí a Eviel Pérez Magaña en tiempos de pobreza. Atribuyo su carisma y suerte de influir en el ánimo de las personas al poder que lo favoreció con cargos públicos y que, por cierto, gracias a los cuales es dueño, presuntamente, de una fortuna que se traduce en cadenas comerciales, ranchos ganaderos, mansiones, constructoras.
Pero, tras ser parte de la mafia del poder, perdió humildad, sencillez; se volvió soberbio y mentiroso, embustero empedernido, burlón, bellaco o socarrón.
Por todo lo anterior, “mengaña” perdió varios cargos de elección popular, llámense presidencia municipal aquella que arrebató al insigne Alfredo Ahuja; y fue derrotado por el “Cara sucia” en la elección de la curul en la camara alta; además de perder la elección ante el inepto y corrupto Gabino Cue por la gubernatura.
Recordemos que Eviel fue alcalde gracias a las relaciones políticas con el gobierno estatal del PRI de la época, ese que le otorgó la primera gobernatura como presidente de Tuxtepec.