- El camino a la comunidad Los Pinos, un lodazal
- Una patrulla para 50 mil habitantes
- Ante ausencia policial, empresario desarmó a joven que puso en riesgo la vida de alumnos de la “Justo Sierra”.
- Trampa mortal enfrente de la “Justo Sierra”
PIÑATAZO/El Piñero
Loma Bonita, Oax.- Cuentan algunos habitantes de esta ciudad que “el títere” Nahín Morales ha vociferado, exasperado, ante el cúmulo de reclamos que le han formulado comunidades y colonias, “ya me tienen hasta la madre”.
Y es que, el fútil, inútil, corrupto y “enano mental” del edil no da una: ahí están las consecuencias de Felipe Reyes de haber impuesto a un improvisado al frente de la presidencia municipal. Un sujeto rapaz, ansioso y codicioso del erario, quien, una vez que llegó al trono, cuentas las malas lenguas, lo primero que hizo fue transar con constructoras para engordar, dicen, su cuenta bancaria y abundar una flotilla de vehículos que ahora luce pomposamente enfrente de su domicilio de la avenida México.
El avaricioso político de pacotilla, cómo es del conocimiento público, se agenció una camioneta nueva para su servicio, una más para su esposa y vehículos para sus hijos. Los regidores, siguiendo sus pasos, lo emularon con carros últimos modelos, al grado que hasta la funeraria del “asno” Raúl Castro Debernardi estrena carroza, además de su familia luce automóviles de lujo.
El “rata de dos patas”, metido a presidente municipal, gracias al cacique mayor y guía moral del PRD, no puede con el paquete y no da la cara a los reclamos sociales. Por ejemplos: se negó a atender la inconformidad de los habitantes de San Miguel Obispo en su legítima protesta por la destrucción que les hizo Ferrosur en su nueva carretera que los conecta con la carretera federal.
Se rehusó en atender el deficiente servicio que Banamex proporciona a las personas de la tercera edad, quienes padecen un calvario a la hora de cobrar su 65 y más. Los ancianos sufren el viacrucis de 24 horas para hacer fila en la calle y en espera de que el déspota personal bancario los atienda cuando se les pega la gana.
Otro asunto: la comunidad de Los Pinos, ubicada en las inmediaciones de los ranchos de don Horacio Mociño y Los Musa, viven un infierno, toda vez que su camino es un lodazal. Y el nefasto “Títere”, cansado de los reclamos de la población, dijo que “ya lo tienen hasta la madre”, palabras más, palabras menos.
Ante la galopante inseguridad, un incidente más: un joven que caminaba sobre la calle Morelos, entre México y 16 de Septiembre, provisto de un filoso cuchillo, puso en riesgo la integridad física de los niños que salían de clases de la escuela “Justo Sierra”. Afortunadamente la sangre no llegó al río, gracias a que un conocido empresario lo desarmó.
Tras la alerta policíaca, la única patrulla que funciona para más de 50 mil habitantes, se presentó 20 minutos después. Así las cosas: no hay patrullas y el personal policial continúa siendo insuficiente para prevenir el alto índice de hechos delictuosos que flagela a toda la municipalidad piñera.
Una incuria más. Veamos: el inexperto personal de Obras Públicas municipales rompió el concreto de la calle Morelos a la altura de la escuela primaria “Justo Sierra”, con el inminente peligro que se inunde y se convierta y trampa mortal para automovilistas y peatones.
Es un llamado a tiempo para que se subsane ese problema y se evite con ello una tragedia que más tarde lamentemos.
