Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.– El polvo se alzaba como un velo en la colonia Omar Lara, recién estrenada, mientras los burros y ponis galopaban al compás de los gritos del pueblo.
Omar Lara Palma, presidente electo de esta ciudad piñera, dejó atrás la formalidad para disfrutar con su gente.
Acompañado por su esposa Verónica Hernández y su círculo más cercano, se sumergió en la marea de carcajadas y aplausos que marcaban la Gran Carrera Navideña de Burritos y Ponis.
Era un carnaval improvisado donde lo tradicional se entrelazaba con el bullicio de un futuro prometedor. Carretoneros, vecinos y hasta niños compitieron hombro a hombro. En cada tramo de la pista, los nombres de los participantes retumbaban como himnos: “¡Vamos, Paloma!”, “¡Dale, Rufina!”, “¡Corre, Canela!”.
Los ganadores se llevaron premios en efectivo, pero la verdadera recompensa fue el espíritu de comunidad que impregnó el evento.
“Gracias, Loma Bonita, por demostrar que juntos podemos lograr grandes cosas”, escribió Omar en sus redes sociales, entre bendiciones y promesas de futuros encuentros.
Aquella tarde, en el polvo y bajo el sol, Loma Bonita vibró con una autenticidad que ni los premios ni las redes pueden encapsular.