Veracruz.- 51 días después, la Yunicidad se ha reducido a una simple alternancia de grupos políticos.
Justicia, claro, en la acción social y en el discurso mediático, ante los insólitos trastupijes de Javier Duarte, el prófugo desde hace 96 días.
Pero también, en la percepción ciudadana el ánimo y la sensación de una venganza, una revancha, un ajuste de cuentas.
“Quítate porque ya llegué” dirán los burócratas que son despedidos, porque huelen al duartazgo, incluso, al fidelazgo.
Justa, digamos, “la cacería de ‘aviadores”, porque cada quincena cobraban sin trabajar, y mucho quizá posible que desde hace doce años.
Pero de pronto pareciera que el cónsul de Enrique Peña Nieto en Barcelona dejó un manual de procedimientos para ser, actuar y operar en la Yunicidad.
Por ejemplo, el mismo populismo. El mismo operativo mediático. La misma venta de esperanzas. La oferta repetitiva de “más de lo mismo”.
Lo peor, sin embargo, es la polarización en que estamos atrapados y sin salida.
Todos los anteriores, los duartistas, son unos pillos. Todos nosotros, impolutos.
Lucha frenética y sin cuartel del PAN y lo que resta del PRD, un cascarón, en contra del PRI.
Y de paso, en contra de MORENA, el partido de Andrés Manuel López Obrador que significará la competencia electoral para el mes de junio con las presidencias municipales y el año entrante con la gran disputa por la gubernatura.
Más todavía: si Fidel Herrera sueña con que su hijo, el diputado federal, sea candidato del PVEM y de los otros partidos que se pueda a la gubernatura en el año 2018, en la Yunicidad un hijo, el senador, se ha destapado para la alcaldía jarocha, y el otro hijo, el edil, listo para el 2018.
Un escenario ideal para la confrontación política.
En contraparte, el millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros, en la pobreza, la miseria y la jodidez como ha documentado el CONEVAL.
Ni una acción al momento para alfabetizar a los 600 mil habitantes de Veracruz que no saben leer ni escribir.
Y lo peor, nadie a quien le importe el grave pendiente social.
Y menos, cuando antes, el titular rehabilitaba y readaptaba presos, uno de los cuales, Joaquín “El chapo” Guzmán se le fugó, y ahora es el ideólogo de la política educativa, a la altura de Enrique Rébsamen, Enrique Laubscher y José Vasconcelos.
EFECTIVISMO POLÍTICO
El pendiente social número uno de Veracruz es la justicia para los miles de desaparecidos que según el Fiscal son más de cinco mil solo en el duartazgo.
Y no obstante, el Fiscal convertido en un camarógrafo, en un retratista de lo inmediato, tomando selfies al jefe máximo.
Y al mismo tiempo, el discurso mesiánico.
Yo enfrento a los maleantes.
Yo tengo pantalones.
Yo doy el banderazo de salida a los tráileres con medicinas.
En realidad, el efectivismo político para seguir impactando el corazón, el hígado y las neuronas de la población en contra del prófugo de la justicia.
El 3de3 en el gabinete legal y ampliado, reducido a la nada, pues todos tomaron posesión, empujan la carreta, despiden personal, nombran a los suyos, pero sin rendir cuentas, tan básica, digamos, para la ética política.
El góber fogoso reencarnado: un Poder Legislativo y Judicial, a sus órdenes, señor.
Y una prensa sumisa, feliz con las 8 columnas de cada día en contra del duartazgo, a quienes antes, y durante seis años, y debido al billete fácil, le tiraban incienso.
Un ranchero diría que antes estábamos mejor, pues en el caso actual fueron levantadas demasiadas expectativas.
UNAS RAYAS AL TIGRE…
El gobierno azul ha rafagueado a Duarte y Fidel, hijo y padre putativo.
De igual manera a uno que otro duartista, comenzando por su prestanombre, Moisés Mansur Cisneyros, pero sin tocar, y por alguna razón será, a Franky García y Jaime Porres.
También a José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público.
La orden de aprehensión del ex Fiscal en contra de Arturo Bermúdez Zurita y Gabriel Deantes Ramos, incumplida al momento.
Dato indicativo y significativo:
En ningún momento ha tocado al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ni menos, mucho menos, quizá por su pasado priista de 26 años, a Enrique Peña Nieto, a pesar, incluso, de que el mundillo político asegura que encubrió a Javier Duarte desde un principio.
Un perredista diría que la Yunicidad se ha detenido en el merengue político, es decir, en la superficie, como el mismo hecho de un cooptado secretario General de Gobierno, a quien como líder del cascarón azteca le ofrecieron equis número de cargos, pero sin nada de operación y efectividad política en su hoja de servicios.
Y lo peor, el revire y el autoritarismo en varias cositas.
Una: la marcha atrás a la desconcentración de la UPAV, ordenada al titular de la SEV, luego de la marchita de unos profesores y estudiantes.
Otra: el revire a la iniciativa de ley para crear los mototaxis en las regiones indígenas y rurales para evitar la irritación de los transportistas.
Otra: la congeladora para la iniciativa de ley que multaría, incluso con la amenaza de la clausura, a las empresas que se nieguen a contratar a discapacitados, cuando en Veracruz hay 750 personas en tales circunstancias.
Otra más: la imposición al Congreso de los miembros de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas y que tanta ámpula ha despertado, incluso, en contra del secretario de Desarrollo Agropecuario, el cacique de Tantoyuca, por imponer a su reportero.
Otra más: la imposición del Fiscal para los desaparecidos, un abogado, dicen, de excelencia académica, pero sin experiencia.