Luis Velázquez
El artículo semanal del senador Héctor Yunes Landa es incendiario. Fuego puro. Dinamita limpia. Botón nuclear.
Se lanza (otra vez) en contra de su exprimo, Miguel Ángel Yunes Linares.
Y luego de su lectura, caray, resulta insólito adivinar (ni el chamán, vaya) el futuro que viene. Choque de trenes. Dinosaurio contra dinosaurio.
Y más, porque y dado su temperamento, fajador callejero, peleador de cantina, el Yunes azul nunca, jamás, quedará callado. Se vengará, pues.
El texto fue publicado a principio de semana. Y un lector curioso lo resumiría de la siguiente manera (que válido sea, nomás para calibrar la temperatura política y social en que andamos, pero también la sanguínea familiar).
Dice Héctor Yunes sobre Miguel Ángel Yunes:
Es un político autoritario que ha llevado en seis meses “su gobierno a la decadencia”.
Ya “perdió la noción del tiempo” y lastima a Veracruz”.
Está frustrado. Y por eso, impone su voluntad.
Ha roto “el orden jurídico, social y político” del territorio jarocho.
Olvidada su función social… está sometiendo a todos.
“Rompió el equilibrio de poderes” y tiene “amenazado con cárcel a más de trescientos exduartistas”.
Su bienio es un gobierno en la ilegalidad, sin transparencia.
Y en ningún momento ha informado el destino del dinero oficial.
Tampoco del préstamo millonario.
Ni menos, y en base al vómito negro, el dinero que algunos duartistas le han devuelto.
Es un político esquizofrénico y monárquico y que por si fuera poco está enloquecido ante un AMLO que está creciendo en Veracruz.
Y por eso mismo atacó a huevazos a “El peje” en Huatusco, con el mismo estilo (a través de otros) cuando enviara a los homosexuales a una cena en Xalapa en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, entonces candidato presidencial, y otros gays a un desayuno en Veracruz.
Es un operador ilegal que actúa “con la pérdida absoluta de la legitimidad”.
El senador descubre en el Fiscal su rostro real. Le llama “Maduro Wínckler” en referencia a Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela que tiene al pueblo en el caos total, con más de cincuenta muertos a partir de la insurrección en su contra.
Todavía peor: califica al Fiscal de Winckleriano (casi casi Hitleriano) ante la aprehensión de Pascual Lagunes Ochoa, líder sindical de TAMSA.
Héctor Yunes termina su artículo asegurando que Yunes Linares “es peor en todos los sentidos a Javier Duarte”.
UN TEXTO REFLEXIONADO
El artículo es el texto semanal que el senador escribe y publica cada lunes.
Se trata, entonces, de un texto escrito en la soledad, madre del análisis y la reflexión crítica, y también, del deslinde entre los hombres.
Es un texto que en ningún momento nació de una entrevista callejera, al vapor, sino por el contrario, significa que durante una semana, mínimo, lo estuvo pensando y repensando.
No es, vaya, un texto salido del hígado ni tampoco del corazón ni del alma en el resentimiento, sino un contenido hijo de las neuronas. La mente fría. El corazón frío. El alma fría. Con pasión, claro.
Y por eso mismo, su trascendencia. Y las reacciones que habrán generado y/o estarán a punto de fermentar.
Desde luego, expresa la misma postura que el senador ha mantenido desde el año anterior, pero de igual manera, se trata del artículo más iracundo y más feroz en contra del gobernador.
“Va mi espada en prenda y voy por ella” diría aquel.
TAMBORES DE GUERRA RECRUDECIDA
A primera vista, se pensaría que los tambores de guerra resuenan más que nunca anunciando tempestades huracanadas.
Y más, si se considera que hacia el año entrante, Yunes Linares lanzará a su hijo mayor de candidato a gobernador de Veracruz para seis años, una justa electoral donde Héctor Yunes también se ha anotado.
Otra vez, los ex primos enfrentados. Y ahora, el tío con el sobrino, en una batalla excepcional en que la familia y la sangre valen. Son letra muerta. Y/o quizá por eso mismo, la batalla será más enconada.
Y más, si se recuerda que el año anterior, Yunes Linares derrotó a Yunes Landa en las urnas y sería terrible, catastrófico que Yunes Márquez también descarrilara en las urnas al senador.
Claro, la filosofía política y social con que el senador se expresa del gobernador tiene su origen en “el choque de trenes” del año 2016 y que, como se recordará, llegó a la familia, pues los Yunes azules se metieron con el padre y los hermanos del Yunes rojo y hasta los hijos de Yunes Linares sacaron boleto.
Es más, las familias se dividieron y tomaron cada una partido. Una hermana de Miguel Ángel, por ejemplo, en la cancha de Héctor.
Lástima. La pasión política por encima del afecto y el respeto familiar.
Peor tantito, porque, bueno, ojalá estemos equivocados, pero la tensión puede desbordarse, pues el camino al infierno está minado de rencor y odio fuera de serie.
Se entendería que la política es el origen. Pero ninguna duda hay de que existen razones más profundas. Familiares, incluso. Explosivas. Y ahí que el Dios de cada uno los proteja.
Y es que a la luz de la vida resulta inverosímil odiar tanto, porque tanto odio cualquier corazón y cualquier alma envejece y se pudre.
Claro, Yunes Linares ha odiado durante más de veinte años a Fidel Herrera y ya sabe el camino.