Luis Velázquez
Veracruz.- El gobernador está en una posición inmemorable para enaltecer el destino común de Veracruz.
Es jefe máximo en una entidad federativa codiciada por los grupos políticos de cara a la elección presidencial del año entrante. Le llaman la tercera reserva electoral del país, luego del estado de México y la Ciudad de México.
Forma parte de la CONAGO, Conferencia Nacional de Gobernadores para, incluso, establecer la agenda política y mediática.
Tiene mayor experiencia que el presidente del CEN del PAN, Ricardo Anaya, quien a su lado es un imberbe.
Es amigo de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, desde el tiempo de Jesús Murillo Karam, gobernador de Hidalgo, y uno de los precandidatos a Los Pinos el año entrante, y también es amigo de la profe Elba Esther Gordillo, la primera presa política de Enrique Peña Nieto.
Fue director general del ISSSTE en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, cuya esposa, Margarita Zavala, es precandidata presidencial para el año entrante.
Fue, quizá todavía es, amigo del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, ligados ambos por Elba Esther, el otro aspirante presidencial del PAN.
Jugando en los tres carriles anteriores, si salen candidatos y ganan en las urnas, sería llamado al gabinete federal en una posición inmejorable.
Como nunca antes un ex mandatario tiene en dos de sus hijos a políticos de la nueva generación, uno, candidato del PAN a la presidencia municipal jarocha, y otro, listo para la candidatura a gobernador el año entrante.
El buen karma que arrastra le ha permitido conjuntar en Veracruz, el Veracruz turbulento y revolcado, a la Gendarmería, la Policía Militar, la Policía Naval, los marinos y los soldados para combatir a los carteles y cartelitos.
Su vibra positiva llega hasta Carlos Salinas de Gortari, el ex presidente de la república más activo.
EL TIEMPO DEL ESPLENDOR
Su lucha contra la corrupción de Javier Duarte se ha convertido en bandera del CEN del PRI, cuyo presidente, Enrique Ochoa Reza, lo declaró el político más corrupto de todos los tiempos, además de asesino.
Llegó al trono imperial y faraónico luego de muchos años de experiencia y fogueo en las grandes ligas.
Y lo mejor, conservando a sus amigos, digamos, desde el sexenio de Rafael Hernández Ochoa y de Carlos Salinas en el terreno federal, y nada mejor en la vida que gobernar y ejercer el poder con los amigos, cuya lealtad se ha probado y comprobado en las horas difíciles, el tiempo, digamos, de las vacas flacas, porque en las gordas todo es fácil en la vida.
A tono con sus genes y vísceras, su antecesor y parte de su gabinete legal y ampliado “se le pusieron de pechito” con tantos y excesivos trastupijes, y así, se ha reposicionado en el altiplano.
Y al mismo tiempo, oh paradoja, marcando la agenda pública.
Tan es así que, por ejemplo, en el momento oportuno “tiró su espada en prenda” en contra del secretario de Hacienda y Crédito Público, el presidenciable José Antonio Meade.
En tanto su cacería de duartistas prosigue y tiene en el penal de Pacho Viejo a un ex gobernador (Flavino Ríos Alvarado, enviado a su casa en prisión domiciliaria) y a un trío de ex secretarios (Mauricio Audirac Murillo, Arturo Bermúdez Zurita y Francisco Valencia).
Además de al legendario y mítico dirigente fundador de los 400 Pueblos, César del Ángel, él mismito que Luis Echeverría Álvarez enviara al penal de Lecumberri por la masacre de copreros en Acapulco.
En la prensa defeña, que le importa mucho más que la local pues así se posiciona en la Ciudad de México, sede de los poderes centrales, tiene aliados que incluso le dan hasta portada y ocho columnas, además de entrevistas en la televisión, que tanto impactan.
DEMASIADO PRONTO LLEGÓ EL DESENCANTO
Está el góber azul a la altura de los políticos del altiplano, entre ellos, y por ejemplo, Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Enrique Jackson, Miguel Ángel Mancera, Eruviel Ávila, Felipe Calderón, etcétera.
Y por tanto, tiene todo para enaltecer el destino común de Veracruz, donde según el CONEVAL seis de cada diez habitantes están atrapados y sin salida en la pobreza, la miseria y la jodidez.
Y todavía de ñapa, en un tsunami de inseguridad derivado de la rebatinga de los carteles por la jugosa plaza Veracruz.
Los días y los meses han transcurrido (cuatro y doce días) y Javier Duarte sigue prófugo, cuando él mismo en campaña electoral del año anterior repitiera hasta el cansancio que cuatro meses le bastarían para encarcelar a su antecesor.
Y en contraparte, ninguna obra social ha iniciado, y por el contrario, igual que en el duartazgo con la madriza a los viejitos pensionados, la madriza a los indígenas de Soledad Atzompa en Xalapa, quienes siguen reclamando obra y servicios públicos.
El paraíso que fue Veracruz convertido en el infierno.
Muchas, demasiadas expectativas levantó el góber azul en la jornada cívica del año anterior cuando en las urnas lanzara al PRI del palacio y lo derrotara en el Congreso.
Pero el desencanto social llegó demasiado temprano…
