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Expediente 2017: Guerra entre las élites políticas de Veracruz

El Piñero

Luis Velázquez

Veracruz: 02 de agosto de 2017.-Hay una guerra curiosa entre las elites políticas de Veracruz. Unos y otros se llaman ángeles de la pureza. En medio de ellos, aleteando como “cocuyo en la oscuridad” la llamada “Honestidad Valiente” de “El peje”.

Soy honesto, dice Gabriel Deantes Ramos, quien en el duartazgo confesara que su padre le heredó treinta millones de pesos, y ahora, dice que en realidad es dinerito de su cuñada, la actriz María Elena Saldaña, “La güereja”.

Soy honesto, dice Alberto Silva Ramos, el primo de Deantes, diputado federal, acusado de un desvío de mil 500 millones de pesos y a quien la primera vocera duartista, María Georgina Domínguez Colio, inculpó de los trastupijes.

Y todavía de ñapa advierte, echado pa’lante, que “no tengo miedo”.

Soy honesto, clama Vicente Benítez, “El señor de las maletas voladoras”, “El profe de las tangas”, “El príncipe de Costa Rica”, argumentando que la denuncia en su contra por desvío de recursos es vieja en la Procuraduría General de la República.

Soy honesto, insiste el diputado federal, Tarek Abdala, a quien Karime llamaba “mi hermano”, acusado del desvío de 26 mil millones de pesos.

Soy honesta, dice Gina Domínguez, acusada, incluso, de manejar empresas fantasmas, y lo más canijo, de su propiedad.

Soy honesto, dice Arturo Bermúdez Zurita, el ex secretario de Seguridad Pública que cabildea llevar el proceso penal en prisión domiciliaria.

Soy honesto, dice Mauricio Audirac Murillo, el secretario de Finanzas y Planeación, que desde el penal, se afirma, ha enlodado a Tarek Abdalá como el operador financiero de Duarte.

Y en contraparte, la yunicidad acusando a todos ellos, más los que faltan, de la más espantosa e insólita corrupción política de que se tenga memoria en la historia del priismo, pues ni siquiera, vaya, estarían a la altura de Álvaro Obregón y Miguel Alemán Valdés, señalados de los ex presidentes de la república con el mayor número de tastupijes.

 

DEMONIOS Y ÁNGELES

 

Guerra, al fin.

Los buenos contra los malos. Todos los políticos del sexenio anterior, pillos y ladrones. Todos nosotros, los del bienio azul, ángeles de la pureza.

Lo dijo Enrique Peña Nieto, a propósito de cuando ya iban diecisiete gobernadores acusados de corrupción:

“Nadie puede tirar hoy la primera piedra”.

Y no obstante, desde Veracruz (también desde Chihuahua con Javier Corral y Nuevo León con Jaime “El bronco” Rodríguez, por ejemplo) han tirado la primera piedra, sin esconder la mano.

Más aún: el góber azul levantó la mano para funcionar como testigo de cargo en contra de Javier Duarte en el proceso penal que le lleva la Procuraduría General de la República, PGR.

Es la guerra total. Y en medio de la rebatinga, la gran disputa por ganar en las urnas las diputaciones locales y federales, las senadurías, la gubernatura y la presidencia de la república el año entrante.

El peor mundo se lo llevan “los pobres entre los pobres”. El millón de indígenas, los dos millones de campesinos, los tres millones de obreros. 6 de cada 10 habitantes de Veracruz en la miseria, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la baja calidad educativa, de salud y de seguridad. Y de ñapa, la impunidad.

Todo lo anterior, el grave pendiente social, le vale un cacahuate tanto a los duartistas como a los yunistas.

Tan es así que mientras un veracruzano, Mariano López Cano, de Papantla, de 26 años, murió asfixiado en el tráiler de la muerte en Texas, los diputados locales votaron con 47 votos de los 50 por la reelección para así mantenerse en el Congreso durante cuatro periodos consecutivos más.

Y lo peor, nunca, jamás, caminó ni prosperó la denuncia de la diputada Cinthya Lobato Calderón en contra del coordinador de la bancada panista, He Man Sergio Hernández Hernández, de que gasta el erario “en borracheras, drogas, mujeres y orgías”.

 

IMPECABLE E IMPLACABLE

 

Resulta insólito que los duartistas presos y libres se declaren puros, absolutamente puros de cuando manejaron el dinero público sin lupas de por medio (el más famoso, Érick Lagos Hernández, para la tarea política y electoral), cuando la yunicidad los tiene tan en la mira que la Fiscalía se conoce en la versión popular como la Fiscalía del resentimiento, el odio y la venganza.

Y tan del rencor… que con frecuencia pareciera que el Fiscal sólo tiene un objetivo, como es seguir rascando presuntos ilícitos de Fidel Herrera Beltrán en su sexenio y en la mitad del sexenio de Javier Duarte.

Se trata, entonces, de una guerra a muerte entre los buenos y los malos.

Claro, el góber azul tiene “el chirrión en la mano”, y como dice un priista, “el jefe manda”.

Y por eso mismo, se muestra como un político impecable e implacable que como Jesús en el templo lucha por lanzar a los fariseos y mercenarios para limpiar el palacio, pues él mismo encarna “la honestidad valiente”.

Por vez primera en Veracruz, y luego de 74 gobernadores priistas y ligados al priismo, es decir, al partido en el poder, un ex priista transfigurado en la pureza se empeña, ajá, en gobernar y ejercer el poder con la más absoluta integridad que trae en la sangre, genes y vísceras de moral pública “a prueba de bomba”.

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