Por: Luis Velázquez
Veracruz, México.- El senador Héctor Yunes Landa ha vuelto a tirar la red. Encantador de serpientes, despotrica contra todo. Y de hecho y derecho, nada deja sin cabeza. Parece un triturador. Fajador callejero, una vez se erige el mesías, el hombre soñado. Diógenes con su lámpara queda chiquito.
Dice, por ejemplo, que el PRI, su partido, está desgastado. Pero también el PAN. Y el PRD “a punto de la extinción”. Y MORENA “enfrenta problemas de honestidad y ahora se identifica como símbolo de la corrupción”.
¡Ah, caray!
Se entiende su bombardeo a los otros partidos políticos, dos de los cuales, el PAN y el PRD, con el 4 por ciento de la votación que bastante significó en la hora de las urnas, pues lanzaron al tricolor del palacio de gobierno el año anterior y de paso también le arrebataron la mayoría en el Congreso.
Pero…crear y recrear una vez más al PRI como “un partido desgastado” cuando sueña con la candidatura a gobernador (otra vez) el año entrante son palabras mayores.
Claro, ninguna duda existe de la versión callejera y la fama pública. Si el senador pierde la elección interna para la nominación, entonces, se irá por otro partido. Incluso, lanzado por Movimiento Ciudadano, el partido de su amigo Dante Delgado Rannauro, con su Alianza Generacional y alguno que otro por ahí, digamos, que pudiera sumarse. El AVE… de rapiña, por ejemplo.
Y si de pronto le aparecieran trabas está claro: irá de candidato independiente, pues tal es la obsesión. Y más, mucho más cuando su primo lo derrotara en las urnas. Y más, cuando uno de sus sobrinos se perfila como el inminente candidato del PAN y PRD el año entrante.
Y es que, de plano, son heridas (políticas) de muerte. Intenso y volcánico como es hasta pudiera suicidarse si de pronto, zas, su sobrino, el alcalde de Boca del Río, fuera el candidato y ganara el 2018.
Además, el hecho de pincelar un PRI “desgastado”…, recuerda el proverbio ranchero de que para que los robles reverdezcan han de pasar varios años. Y con frecuencia, ni así retoñan. Mensaje subliminal y polisémico que está enviando. El tricolor, en el páramo.
CHIVO EN CRISTALERÍA…
Una vez más, Héctor Yunes repite su estribillo:
“Si Pepe Yunes está mejor posicionado que yo…, no dudaré en sumarme a su proyecto”.
Ajá.
Pero, al mismo tiempo, advierte, categórico y lacónico:
“Pero yo seré el candidato. Estoy en la preferencia de los priistas”.
¡Vaya juego verbal! ¡Vaya cantinflazo! Lo mismito que en el año 2016.
Es más, habría de recordar que si en el 2016 Yunes Landa fue candidato se debe única y exclusivamente a que Pepe Yunes declinó por él, digamos, en un pacto de caballeros y parientes de sangre (que han deseado por el apellido) y que luego de su derrota ha venido ultrajando bajo el argumento de que como perdió en las urnas… otra vez irá.
Una circunstancia está fuera de duda: la leyenda urbana de que está “en la preferencia de los priistas” está por verse.
Y más, en un político como él desaforado y desatado, mesiánico y populista, el mesías soñado y el mesías que fuera derrotado, “haiga sido como haiga sido”.
Más todavía: el año anterior, las pasiones internas en el PRI (Javier Duarte contra Héctor Yunes y Héctor contra Pepe Yunes, además, claro, de la corrupción duartista) terminaron en la derrota electoral.
Ahora, partido de oposición en Veracruz, el tricolor necesita más que nunca la unidad partidista.
Y si desde ahora de nuevo el senador Héctor Yunes retoma su viejo y conocido discurso de que es “el niño de dieces” predestinado porque es el mejor, él mismo debilita, mejor dicho, desgasta al PRI más, mucho más de lo que está.
Su inteligencia lo reduce a “un chivo en cristalería”, y sin cordura, prudencia ni mesura política, como el caso de lanzar una entrevista exclusiva para decir que irá por la gubernatura cuando apenas, apenitas, las campañas de los candidatos a presidentes
municipales tienen ocho días y el profeta rojo asegura que el tricolor solo ganaría entre unas treinta o cuarenta alcaldías, todas de las chiquitas.
EL SENADOR ALUCINA…
El acelere del senador podría, digamos, tener una razón de fondo: igual que Joaquín “El chapo” Guzmán, internado en una cárcel de Nueva York, está teniendo alucinaciones. Mirando “moros con tranchetes”.
Su declaración al “Diario de Xalapa” expresa su nerviosismo. Una mezcla de cuartelazo y madruguete juntos.
Y más, porque está claro que la elección del candidato priista a gobernador solo está entre él y el senador Pepe Yunes, pues algunos diputados federales de Veracruz que soñaran el año anterior están fritos. Su jefe, Javier Duarte, los descarriló por completo. Además de que algunos están en la mira de la Auditoría Superior de la Federación, la Procuraduría General de la República y la Fiscalía del góber azul.
Y por eso mismo, hay prudencia y prudencia con unidad “a prueba de bomba” o la derrota el año entrante será inminente.
El acelere mediático solo ha reiterado, por un lado, la obsesión de Héctor Yunes, casi casi patológica, y por el otro, la desesperación. Todo indica que los astros se están poniendo en contra.