Luis Velázquez
Veracruz.- Todo está listo. Cuestión de esperar. Renato Alarcón saldrá de la presidencia del CDE del PRI. Su relevo será, es ya, Américo Zúñiga Martínez. Y su tarea principal, resucitar al partido tricolor, uno de los más viejos del mundo, a la altura del partido oficial de Vietnam.
En la caja de Pandora del partido rojo, muchas, demasiadas y graves derrotas. La gubernatura y la mayoría en el Congreso el año anterior. Este año, de 212 presidencias municipales en disputa, apenas, apenitas ganó cuarenta. Y eso, porque iba en alianza con otros partidos, pues con el sólo sello del PRI únicamente ganaron tres alcaldías, dos de ellas, Comapa y Jilotepec, con mujeres de candidatas.
En los años 2000 y 2006, el PRI fue lanzado de Los Pinos. Dos panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón derrotaron al tricolor en las urnas. Pero en el año 2012 de nuevo el tricolor regresó.
Y si los astros se acomodan con vientos favorables, entonces, Américo, alcalde de Xalapa, diputado local y secretario de Trabajo y Previsión Social, bien puede lograr el milagro.
Y el milagro porque el año entrante con las cinco elecciones estarán entre la espada y la espada con el PAN del gobernador Yunes y la MORENA de Andrés Manuel López Obrador, el puntero en las encuestas presidenciales.
Será la hora de que el hijo honre al padre. El padre, el profesor Guillermo Zúñiga, con la misma hoja de servicios. Alcalde, diputado, dirigente priista, delegado de Educación y fundador de una universidad oficial, la UPAV.
UN PARTIDO EN CAÍDA LIBRE
Renato Alarcón, el presidente imaginario con más derrotas electorales en su biografía.
Miguel Ángel Yunes Linares, presidente del CDE del PRI en 1997, perdió ciento siete alcaldías. Alarcón, 172.
Récord Guinness de un partido que parece en caída libre. Dos ex gobernadores presos. Once duartistas en el penal de Pacho Viejo. Otros más, prófugos de la justicia. Otros, amparados. Otros, azorrillados, sumisos y sumidos.
Los vientos huracanados de la corrupción. La tentación del dinero fácil. El enriquecimiento ilícito, más que inexplicable. La filosofía sexenal de “Merezco abundancia”.
Y de ñapa, la deserción de unas cúpulas a otros partidos. Entre ellos, al PAN y a MORENA, la estrella de Belem nacida en Tabasco y titilando en el país. Pejemanía le llaman.
Américo Zúñiga necesitará su experiencia, talento y estrategia para resucitar un partido que estaría dando los últimos aletazos, con todo, incluso, con su voto duro.
Un voto duro, además, cuando los tiempos políticos y sociales han cambiado.
El voto corporativo, por ejemplo, de otros tiempos (los petroleros, los maestros, los cañeros, los burócratas, los tamseros, los ferrocarrileros, etcétera) quedaron en la historia.
Lo peor: si en el siglo pasado, el tricolor encarnaba la leyenda popular de las despensas, las gorras, las camisetas y los balones de futbol y basquetbol, ahora, por ejemplo, el PAN les ha arrebatado la fórmula social y la secretaria de Desarrollo Social de la yunicidad alardea que entregan trescientas mil canastas alimentarias (su nuevo nombre) y de aquí al primero de julio del año entrante, fecha de la elección, las doblarán.
Lejos estará Américo Zúñiga de sentir que será premiado con un nuevo cargo público.
Claro, significa una gran oportunidad para demostrar su inteligencia y experiencia, su vocación política, su dimensión de estadista.
HERMANOS PUTATIVOS
El alcalde de Xalapa mudará su escritorio al búnker del PRI. Y como siempre ocurre, con el sello de casa por delante.
Pertenece a la generación del senador Pepe Yunes Zorrilla. Los políticos políticos y los tecnócratas. Los nerds.
Además, con un historial familiar en la vida pública. El abuelo de Pepe, amigo cercano de Fernando López Arias. El padre de Pepe, don Pepe Yunes Suárez, amigo de los gobernadores desde Rafael Hernández Ochoa a la fecha, todos que se han sentado en la mesa principal del rancho “San Julián” en Perote. Y el padre de Américo, mil años de biografía política. Incluso, los padres de uno y otro, amigos, compadres, hermanos putativos.
Por eso, y salvo un tsunami estremecedor, Pepe Yunes será el candidato priista a gobernador de Veracruz, y a su lado, el hermano putativo, el amigo entrañable número uno, Américo Zúñiga.
Incluso, uno y otro con la misma filosofía política y social de mirar la realidad. El discurso de la civilidad, el discurso de la convivencia, el discurso de las coincidencias. Lejos, demasiado lejos, de las bravuconadas de la confrontación…que a nada lleva y sólo convulsiona y agita las aguas, de por sí huracanadas, por ejemplo, con tantos malandros.
RESUCITAN O DESCARRILAN AL PRI
Renato Alarcón ya cumplió un tiempo. Su amigo y protector, el diputado federal, Adolfo Mota, estará satisfecho, pues su antiguo tesorero en el CDE del PRI, alcanzó la presidencia. Tranquilo también estarán Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Gobernación, y el senador Emilio Gamboa Patrón, que como padrinos de Alarcón y Mota, cumplieron.
Pero la política, decía Juan Maldonado Pereda, QEPD, “es un tragadero de hombres”.
Y los vientos rojos han cambiado.
Pepe Yunes y Américo Zúñiga, más juntos que nunca en su vida pública, enfrentando la historia local.
Resucitan al tricolor o terminan de hundirlo, pues el año entrante la gran disputa girará alrededor de la elección de los diputados locales y federales, los senadores, la presidencia de la república y la gubernatura de seis años, donde enfrentarán a Cuitláhuac García, de MORENA, y a Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN y PRD, como adversarios.
En medio de ellos, el millón de indígenas, los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros, que igual que la población de clase media y alta sueña con el paraíso perdido, en manos ahora, y por desgracia, de los carteles y cartelitos y los ladrones de Frutsis.