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Expediente 2017: El hombre del momento

El Piñero

 

Luis Velázquez

06 de noviembre de 2017

El senador Pepe Yunes Zorrilla (PYZ) es el hombre del momento. Luego del duartazgo en el carril priista, nadie como él para resucitar el cadáver tricolor. Es el candidato a gobernador, o de lo contrario, el ex partido invencible en Veracruz (y en el país) tocará fondo. Quizá, estará atrapado y sin salida.

Pocas élites, sin embargo, apuestan a PYZ. De entrada, su homólogo Héctor Yunes Landa apuesta a quedarse otra vez con la nominación a la silla embrujada rafagueando a diestra y siniestra al góber azul, creyendo que así, peleador callejero, fajador de cantina, la población electoral lo prefiere.

Pero al mismo tiempo, se trata de una estrategia que de tan vieja y manoseada poco efecto surte.

Y más, cuando la población necesita tranquilidad que lleve a la convivencia pacífica y a la paz interior.

Y nadie como PYZ. Hombre mesurado, paciente y reflexivo, apostando siempre a la prudencia política y social.

Las neuronas aplicadas al ejercicio del poder en vez del hígado, el corazón y hasta el sexo.

Y es que cuando un político gobierna con los guantes puestos, como actúa Héctor Yunes, en vez de consensar, el pueblo se desangra.

PYZ, por el contrario, vive para sumar, sin rencores, odios y venganzas.

 

FORMACIÓN FAMILIAR DE PEPE YUNES

 

El hecho de que PYZ sea un político mesurado, en ningún momento significa debilidad, sino prudencia en el pensar, prudencia en el decir, prudencia en el actuar.

Fue educado así. Y tal cual vive.

Era presidente municipal de Perote, parece, a los 26 años, más o menos. Un día, la sangre le borboteó ante un paisano iracundo. Y aun cuando expuso sus razones edilicias, el paisano enfureció. Y lo desafió.

Y PYZ “le entró a los toros”. ¡Vaya madriza!

Pero en casa, el padre, don Pepe Yunes Suárez, le habló claro y le dijo:

“Tú eres alcalde y estás obligado al diálogo, sin que la pasión te gane, porque a ningún lado se llega. Y aquí, en esta casa, yo me encargo de los madrazos”.

Y desde entonces, PYZ moderó más, mucho más su carácter, su temperamento, su forma de hacer política y desde luego, su manera de relacionarse con los demás.

“Pero de que Pepe es bragado, ninguna duda hay. ¡No lo conocen!” dijo una vez su padre.

 

PRUDENCIA POLÍTICA

 

El senador peroteño fue presidente del CDE del PRI, Fidel Herrera Beltrán gobernador.

Entonces, el fogoso ni asistió a su toma de posesión ni tampoco nunca, jamás, visitó el edificio del partido rojo.

Sabía PYZ que el aplauso nunca llega solo. Estaba consciente de que otros formaban parte del equipo número uno y dos y tres y cuatro y etcétera del “tío”.

Y sin embargo, actuó con prudencia política. Supo sortear el tiempo adverso. Y cumplió su periodo partidista.

Y cuando migrara a la Ciudad de México para ocupar un cargo partidista al lado de su amiga, Beatriz Paredes Rangel, y Fidel Herrera le ofreciera un puesto en su gabinete legal y ampliado, con firmeza y respeto, marcando la raya y la distancia, PYZ dio las gracias y siguió empujando la carreta en otros confines.

 

MESURA Y DIÁLOGO

 

Muchos priistas desearían un Pepe Yunes peleador callejero, con los guantes puestos, que bombardeara a los demás con la guadaña afilada.

Pero…, primero, su idiosincracia es otra y su formación humana también.

Segundo, Veracruz está demasiado fracturado para seguir ahondando las diferencias.

Y tercero, la población está harta de que las cúpulas políticas anden del chongo cuando el reclamo social está en dejar atrás las divisiones.

Y más, en un Veracruz donde 6 de cada 10 habitantes, dice el CONEVAL, están en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la migración y la baja, pésima calidad educativa, en salud, en seguridad y en justicia.

Cierto, el estilo suave, sereno y terso de PYZ le ha granjeado críticas.

Pero en las horas turbulentas y revolcadas que vivimos y padecemos desde hace varios años, sólo con su temple puede reconstruirse el tejido social tan desintegrado en el territorio jarocho.

Más que la confrontación, la mesura. Más que la voz altisonante, la voz prudente. Más que el lenguaje violento (“Vamos a madrear a los que nos enfrenten” de Héctor Yunes), la paciencia y el diálogo.

Confiar, pues, en las posibilidades del ser humano para ser mejores todos.

 

LOS DESPOJOS DEL PRI

 

PYZ es el único hombre que puede unir a todos.

Por ejemplo, en un Veracruz y un país flagelado por la espantosa corrupción, él es un político cien por ciento honesto.

Nadie lo ha señalado de tráfico de influencias, negocios lícitos o ilícitos, desvíos de recursos, empresas fantasmas, barbies privilegiadas y asociación delictuosa, por ejemplo.

Además, confiando (y honrando) en la palabra, el año anterior declinó con firmeza por Héctor Yunes para la candidatura priista.

Fue, entonces, un hombre generoso, y en la vida sólo es generoso el hombre con una fortaleza interior.

Hay 500 diputados federales y 128 senadores de la república. Y Pepe Yunes es uno de los pocos, excepcionales legisladores que además de crear y recrear y actualizar leyes, es un gestor social.

Al momento, por ejemplo, más de 4 mil millones de pesos entregados a los presidentes municipales y a los productores organizados.

Más aún: todos los recursos depositados por la secretaría de Hacienda y Crédito Público en forma directa a las cuentas bancarias de cada sector social beneficiado y lo que expresa la honradez más canija en medio de la corrupción política.

PYZ es el candidato priista a gobernador o el partido tricolor se precipitará al fondo del abismo.

Y más, porque las heridas sociales sólo pueden ser restañadas por un hombre prudente, sereno y mesurado.

Y todavía, decente. Cien por ciento decente, incapaz de “meter las manos al cajón” en un país donde nueve de cada 10 políticos huelen a corrupción.

Pepe Yunes es el único político que puede levantar los despojos del PRI en Veracruz.

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