Luis Velázquez
16 de diciembre de 2017
“Sabedlo (que escribió Salvador Díaz Mirón), príncipes y vasallos”, “no es el dinero el que mueve a mis hijos” que diría la señora Leticia Márquez, esposa del gobernador Yunes.
En un país corrupto, campeón mundial en el pillaje y latrocinio, Veracruz, estado puntero de norte a sur y de este a oeste gracias a Javier Duarte y a una parte de los duartistas, ellos, los hermanos Yunes Márquez fueron educados para “servir a la gente, y no servirse”.
Y por tanto, en el Ayuntamiento de Veracruz habrá, a partir del primero de enero 2018 y durante cuatro años consecutivos, el ejercicio político apegado, sin precedente, a la transparencia y la rendición de cuentas, girando alrededor de la honestidad, la honradez “a prueba de bomba”.
Así fue, digamos, ha sido, es, en Boca del Río, donde el primogénito ha dicho al mundo que a Veracruz le esperan seis años en que la población coronará su búsqueda frenética, búsqueda absoluta de la humanidad total, alcanzando la felicidad.
Todos han sido felices en Boca. Todos lo serán cuando el hijo mayor gobierne Veracruz, Dios mediante que dijera el PES de AMLO y también doña Leticia, quien ha anticipado la profecía asegurando que sus hijos gobernarán la tierra jarocha.
Y lo harán, sabedlo todos, sin que el dinero y el dinero fácil los mueva.
“Han trabajado muy duro. Y desde abajo. Y es la única manera en que se pueden obtener las cosas”.
Cuidado, entonces, si las elites políticas gravitando en el PAN y PRD, quizá también en el Movimiento Ciudadano que nominaría su candidato al primogénito, esperan que de ganar en las urnas la gubernatura “ordeñen la vaca” y/o “metan la mano al cajón”, como tanto festinaba Gerardo Buganza Salmerón en el tiempo oscuro y sórdido de Javier Duarte cuando fuera dos veces secretario General de Gobierno y secretario de Infraestructura y Obra Pública.
Palabra de Dios.
QUE NADIE PASE DE TUESTE…
Ya lo saben, pues.
Igual que en el Medio Oriente donde las mujeres infieles son lapidadas…
Y en donde a los ladrones cortan las manos…
Y en donde los traidores son decapitados…, aquí, en el Golfo de México, sus padres han enseñado a los hermanos Yunes Márquez a ser humildes y al mismo tiempo, a cultivar todos los días y noches la honestidad en la administración pública.
¡Ay, entonces, de quienes trepados en la ola azul del poder político se corrompan!
¡Ay de quienes temerarios y audaces intenten “pasarse de tueste”!
¡Ay, porque si el gobernador tiene y ha tenido a once duartistas presos en el penal de Pacho Viejo, Fernando en el Ayuntamiento jarocho y Miguel Ángel en la silla embrujada del palacio de Xalapa también encarcelarán a los pillos y ladrones!
Y es que Veracruz, como tampoco el país, aguantan más latrocinios a la sombra del poder efímero.
Más, cuando, por ejemplo, los tres precandidatos a Los Pinos (José Antonio Meade, PRI; Ricardo Anaya, PAN, PRD y MC, y Andrés Manuel López Obrador, MORENA) se “cortan las venas” declarándose enemigos inquebrantables de los políticos pillos.
Los tres, inmolándose en la plaza pública como políticos honestos.
Los tres, acusándose de ladrones.
Y allá ellos con su destino político.
Pero aquí, en Veracruz, si los hermanos Yunes Márquez “iniciaron sus carreras desde abajo” como dice su señora madre, y si “la política la traen en las venas”, y si “están ávidos de demostrar” a la población que trabajan mucho, antes que la rendición de cuentas, antes que la transparencia, está la integridad como eje rector de sus vidas.
Lo ha dicho “El peje” con su “república amorosa”:
Si el presidente de la república es honesto, los funcionarios del gabinete legal y ampliado están obligados a ser iguales.
Y si Fernando Yunes será alcalde a partir del primero de enero, entonces, honestidad con honestidad se paga.
Y si Miguel Ángel Yunes junior gobernará Veracruz los próximos seis años, nada, entonces, de corrupción, ni siquiera, vaya, de frivolidad y soberbia política, y que también es otra forma de la deshonestidad.
¡TENGAMOS FE! ¡FE INDESTRUCTIBLE!
La población de Veracruz, como del país, se muestra incrédula, y con justa razón, cuando se habla de la honradez política.
Resulta difícil creer en la utopía.
¡Mendigo Moctezuma II que envió oro y veinte doncellas a Hernán Cortés cuando desembarcara en las playas de Chalchihuecan e inaugurara la era de los políticos corruptos!
¡Desgraciado Plutarco Elías Calles que impuso como presidente de la república a su cuate Abelardo L. Rodríguez, dueño de prostíbulos en la parte norte del país!
¡Pinche José López Portillo que encarceló a siete políticos echeverristas… que por corruptos, entre ellos, a un par de jarochos, Félix Barra García (Reforma Agraria) y Eugenio Méndez Docurro (Comunicaciones y Transportes!
Pero, bueno, como cada 6 años la esperanza social es renovada en el país con cada presidente de la república y gobernador que llega a la silla embrujada del palacio, tengamos fe en el tiempo anunciado por los Yunes Márquez.
Más, mucho más, sin embargo, porque con su integridad “amarrarán las manos” de sus equipos políticos (cada uno con el suyo) y nadie, absolutamente nadie, saqueará las arcas oficiales.
De políticos corruptos, como intitulara el poeta Javier Sicilia a uno de sus libros, “¡Ya estamos hasta la madre!”.
¡Tengamos fe! ¡Fe indestructible!
El millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros de Veracruz se los agradecerán, porque todos podrán soñar con el bienestar social.
¡Hosanna, hosanna!
¡Y que sirvan igual para todos!