Luis Velázquez
Veracruz, México.- Indira Rosales San Román, secretaria de Desarrollo Social, es la Ainara, la Dominga Xóchilt, la Anilú y la Corintia de la yunicidad.
El mundo azul gira a su alrededor. Igual que a la vocera Gina Domínguez, presa en el penal de Pacho Viejo, le llaman la vice-gobernadora.
Y si la frivolidad es parte de la naturaleza humana… la encarna a plenitud.
Mesiánica, digamos utópica, ombligo del mundo, en la comparecencia en la LXIV Legislatura, dijo que con repartir una despensa semanal sueña con acabar con la pobreza.
¡Vaya desafío y temeridad!, Carlos Marx y Federico Engels, Lenin y Trostky, Emiliano Zapata y Francisco I. Madero, Ricardo Flores Magón y Filomeno Mata, fracasaron en el intento.
También, claro, Jesús, que soñó con la dignidad humana para los pobres del mundo, teniendo a los pescadores como sus elegidos.
Frívola, se presentó en el Congreso sin un auxiliar a su lado, quizá mostrando su capacidad nemotécnica y habilidad política para replicar a los diputados incrédulos y agnósticos.
Pero al mismo tiempo, llevó al Congreso al personal burocrático de la Sedesol para el aplauso.
Soberbia, “únicamente respondió lo que quiso” reseñó el periodista Jair García, de La Jornada Veracruz.
DESCUARTIZAR EL DUARTAZGO
A tono con el tiempo azul que corre de descuartizar el duartazgo, inculpó al sexenio anterior de la pobreza y la miseria, pues “otra situación sería” con “los 40 mil millones de pesos que no aparecen, utilizados (por cierto, dijo) para dar abundancia a una familia (“Merezco abundancia” escribió Karime Macías).
Evasiva, omitió detallar los nombres de los proveedores de las despensas “o el costo unitario de cada una” que integran el programa “Veracruz comienza contigo” y que sirve, entre otras cositas, y más, mucho más que para paliar el hambre, para construir el proyecto político familiar de los Kennedy de Boca del Río.
Y tan es así que por lo pronto y según el dato oficial están entregando 300 mil despensas de norte a sur y de este a oeste que significan, de entrada, 300 mil votos amarrados para las 5 elecciones del año 2018.
Igual que Poncio Pilatos, “se lavó las manos” y “tiró la pelota” al DIF diciendo que el reparto de las despensas está a cargo del DIF, pero, oh paradojas de la vida, la SEDESOL “firmó un convenio para que sea la dependencia a su cargo la que ejerza el control de la entrega de las canastas alimentarias”.
Una dependencia, entonces, subvenciona el pago con cargo a su presupuesto, y la otra, SEDESOL, fiscaliza imprimiendo un sentido político electoral al hecho social.
TODOS LUCRAN CON LA POBREZA
Sus antecesores en la SEDESOL fueron también faraónicos. Utópicos, digamos. Mesiánicos, mejor dicho.
El priista Alberto Silva Ramos, por ejemplo, aseguró que sacaría de la pobreza a dos millones de habitantes de Veracruz… y hacia el final de los días solo, quizá, a su familia.
El priista Jorge Carvallo Delfín viajó a la sierra de Zongolica y se tomó la foto besando en la frente a una indígena y la publicitó…, con cargo al erario.
El priista Marcelo Montiel Montiel de plano marcó su distancia y dijo que “los pobres son pobres porque quieren”.
Indira Rosales, por el contrario, tiró más lodo al duartazgo y redescubrió a Pitágoras y rebasó a Einstein, diciendo que con los 40 mil millones de pesos “que no aparecen abatiría por completo el rezago.
Ajá.
Seis de cada 10 habitantes de Veracruz están atrapados y sin salida en la pobreza, la miseria y la jodidez dice el CONEVAL.
Y medio millón de paisanos sólo hacen dos comidas al día de tan jodidos que están.
¡Ah!, pero con un “Veracruz comienza contigo” “en la opacidad, precios inflados de apoyos y renta de camionetas a empresas foráneas”, la pobreza será achicada “antes de que el gallo cante tres veces”.
“LA VIDA ES BELLA”
Algunos diputados del PRI cuestionaron a la secretaria.
Ella, desafiante y altiva, reviró diciendo, oh mesianismo puro, oh raza cósmica de José Vasconcelos, oh raza aria de Adolf Hitler, oh “dictadura del proletariado” de Marx, oh comunas de
Tomás Moro, “el hombre nuevo” del Che Guevara, que “aunque les parezca difícil por primera vez hay orden en la entrega de apoyos sociales”.
Se insiste: por vez primera en la historia social de Veracruz.
Entonces, y a tono con la filosofía política de Elizabeth Morales, ELMO (“Usted no está solo”) la diputada María Josefina Gamboa Torales fue incapaz (crónica de Jair García) de controlar su enojo y se fue a la yugular de sus colegas, digamos, como aquel de que “va mi espada en prenda”.
De paso, avasalló con la delegada federal de Sedesol, la Barbie Anilú Ingram, porque ella, igual que Indira, también reparte despensas y los priistas callan.
¡Ay, los pobres! con su destino social condenados “a carne de cañón” para que los políticos “lucren con la miseria” como dice el clásico.
Un millón de indígenas, dos millones de campesinos y tres millones de obreros de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, felices, digamos, de que mientras siguen esperando un empleo digno, pagado con justicia laboral, estable y con las prestaciones establecidas en la Ley Federal del Trabajo, el secretario de Desarrollo Económico, el galán Alejandro Zairick, sólo conozca el campo de golf como dijo el líder de la UGOCP, Luis Gómez Garay.
“Yo invito a que se pregunte a los campesinos si han crecido sus ingresos, sus cosechas y su economía familiar” dijo el sucesor de Margarito Montes Parra asesinado con 14 familiares y amigos en Sonora.
Tal cual, entre Indira y Zairick están creando un mundo nuevo, un bello día, el día de la dignidad humana, el día de la redención social, la primera, soñando que con las despensitas acabará con la pobreza, y el segundo, jugando golf, que además de los Frutsis, también era el deporte fino y exquisito de Javier Duarte.