Luis Velázquez
Veracruz.- Ocho meses y seis después, la mitad de la población y la otra mitad ha escuchado la noticia esperada. El gobierno de Veracruz va por Karime Macías y su padre, Antonio Macías.
Pero además, por el resto de la familia que esté involucrada en el saqueo de las arcas oficiales.
Su parte, corresponderá a la Federación, pero la yunicidad tiene pruebas de que la esposa de Javier Duarte participó en la desviación de recursos estatales.
Nadie lo festina. Simple y llanamente, se trata de justicia. Nada de venganza. Nada de odios. Acaso, indignación crónica. La misma indignación crónica de una población agraviada porque todos ellos, los duartistas, en que también se incluye a funcionarios, miraron la secretaría de Finanzas y Planeación como la caja chica de una hacienda porfirista.
Y de ñapa, se excedieron en el uso y abuso del poder.
Y todavía peor, ellos alardeaban de que “merecían abundancia”.
Y en tanto, dejaron a Veracruz en el peor infierno de la vida.
6 de cada 10 habitantes en la pobreza, la miseria, la jodidez, el desempleo y la peor calidad educativa, de salud y de seguridad según lo ha proclamado el CONEVAL.
Un estado rico, pródigo en recursos naturales, con una población en la precariedad.
Lo dijo Salvador Díaz Mirón en el siglo pasado:
“Nadie tiene derecho a lo superfluo mientras otros carezcan de lo necesario”.
Pero a ellos, les valió.
Y todavía, se pitorreaban.
Convirtieron a Veracruz “en el cementerio de migrantes más largo y extenso del país”.
Y por vez primera en la historia local, con desaparecidos en una alianza sórdida y siniestra de policías y malandros y que llegaron a fosas clandestinas, hasta la incineración de cuerpos.
Cientos, miles de hogares enlutados que siguen llorando a un secuestrado, a un desaparecido, a un asesinado, mientras Karime Macías utilizaba el avión oficial para viajar a la Ciudad de México a la terapia plástica en su salón de belleza preferido.
Caballos para la equitación en su rancho “Las mesas” del Valle de Bravo y que tienen un hospital y una alberca para los animales, y “El faunito” de Fortín.
“El peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Por eso, el reconocimiento al gobierno de Veracruz porque se hará justicia, cuando, ha de reconocerse, tiene ya a siete duartistas en el penal de Pacho Viejo, más los que faltan.
Se excedieron, en un Veracruz con un millón de indígenas y dos millones de campesinos y tres millones de obreros.
NADA SALVARÁ A KARIME
El gobernador ofreció rueda de prensa el domingo en la noche. Fue lacónico.
Uno de los prestanombres de Duarte, su amigo de la infancia, Moisés Mansur Cisneyros, confesó la liga de Karime con el saqueo. Cierto, con los recursos federales, pero también con los estatales.
Y por tanto, y con las pruebas entregadas por Miguel Ángel Yunes Linares a la Procuraduría General de la República, PGR, tanto el gobierno central como el local irán por ella.
Ni un milagro la salvará.
Y más, por lo siguiente:
En el diario que la esposa de Duarte solía llevar (como el diario de Ana Frank, desde la infancia) cuenta su viaje sexenal.
Y diario íntimo al fin, detalla “los caminos torcidos de Dios” en que incurrieron en el saqueo.
Nombres de empresas fantasmas, tráfico de influencias, depósitos bancarios, cuentas en el extranjero, negocios concretos y específicos…, y que, pronto habrán de conocerse en el libro anunciado por las escritoras Isabel Arvide y Claudia Guerrero sobre las esposas de los
gobernadores del país, donde Karime lleva papel estelar, a partir, de entre otras cositas, de su diario que les fue facilitado, según el trascendido, por la Fiscalía.
NI PACTOS NI COMPASIÓN
En los días alternos a la captura de Dominga Xóchilt Tres, ex directora de Espacios Educativos, hubo quienes “se cortaron las venas” evidenciando su detención mientras Karime está feliz y campante, se afirma, en Londres.
Pero, bueno, ha de subrayarse que cada expediente judicial lleva su tiempo para integrarse con las pruebas suficientes y necesarias para evitar un resbalón.
Tan es así que poco a poco han ido cayendo al penal de Pacho Viejo tanto parte del gabinete legal como ampliado de Duarte, en tanto Duarte está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Además, la Fiscalía tiene 64 denuncias penales en contra de igual número de ex funcionarios del sexenio anterior que estarían documentándose para aplicarse en el momento jurídico, quizá político, y por tanto, “muchos serán los llamados” y muchos sujetos a un proceso penal, pues el saqueo fue tan incalculable como insólito, perturbador cuando hasta Karime y su padre y parte de su familia y la familia de Duarte participaron.
El mismo Yunes Linares se ha convertido en una especie de Agente del Ministerio Público, una especie de Fiscal, por tantos excesos cometidos.
Se insiste: en ningún momento es venganza. Los duartistas “se pusieron de pechito”, pues si otro fuera el gobernador, mucho se dudaría del castigo ejemplar que por ahora se está consumando.
Lo dijo el góber azul: no hay pactos, no hay compasión, no hay misericordia.
Hay justicia. Justicia, a secas.