Luis Velázquez
16 de noviembre de 2017
El sábado once de noviembre, Miguel Ángel Yunes Márquez se metió a Xalapa con su “Municipio exitoso”. Hubo, inminente candidato del PAN y PRD a la gubernatura, “cargada” significativa. Ninguna duda, entonces, de que busca que su padre le herede la silla embrujada del palacio, aquella que Eufemio Zapata, el hermano de Emiliano, confundiera con una silla de montar caballos, porque a todos enloquece.
Diputados, funcionarios, burócratas y hasta funcionarios del OPLE, en primera lista. Todos, con la mano extendida y tendida para el saludo, digamos, institucional, aquel que convocan los políticos para que el jefe máximo los vea.
Fue la entrada del primogénito (junior dirán otros) a Xalapa en la víspera del primer informe del gobierno del padre. Indicativa, porque allí fijó los lemas de la campaña electoral que de seguro enarbolará el año entrante.
Uno, dijo, “la inseguridad y que es problema nacional”, relacionada con la delincuencia organizada y la disputa de los territorios, con todo y que Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, sostiene que el pendiente es corresponsabilidad de la Federación, los Estados y los Municipios.
(Y más cuando en los últimos diez meses se han registrado mil ejecuciones según dice la ONG “Semáforo Delictivo”. Y quizá por eso mismo, en Coatepec el alcalde boqueño llegó con una escolta de unos doce elementos en vehículos de la secretaría de Seguridad Pública, considerando aquel asalto que sufriera en el norte de Veracruz cuando era coordinador del programa “Oportunidades” de la SEDESOL federal).
Dos, limpiar los cuerpos de seguridad y mejorar la inversión en tecnología y equipo.
Tres, la reconstrucción de la red carretera estatal.
Cuatro, orden financiero en la administración estatal.
TENSA Y CARDÍACA ESPERA
En su periplo en Xalapa y Coatepec, el primogénito estuvo acompañado de su esposa. Será, entonces, una característica para lo que vendrá el año siguiente.
En contraparte, ninguno de los senadores camina con sus parejas.
Tampoco, claro, el diputado federal, Cuitláhuac García, quien siempre anda solo, con su equipo político.
Así, se derivaría, el alcalde seguirá vendiendo su imagen, en tanto en la cancha priista apuestan “veinte y las malas” a que si la población terminó harta del duartazgo, tanto que ha descarrilado al PRI en tres elecciones seguidas (gobernador, Congreso y presidencias municipales), entonces, el nepotismo que late en la alianza PAN y PRD, también será, sería, una razón poderosa para el derrumbe.
Pero, bueno, para el primero de julio 2018, fecha de los comicios, faltan seis meses y catorce días, se conocerá la respuesta de la población electoral.
PANISTAS PLANCHADOS
El primogénito lleva diecisiete foros y de si han servido, como dice, para “reducir la curva de aprendizaje” de los alcaldes electos contándoles la historia de su “Municipio exitoso” está por saberse… el año entrante cuando estén trepados en el barco.
Incluso, en el carril tricolor festinan que a tales foros solo asisten “acarreados” y desempleados y funcionarios menores deseosos de una oportunidad en el futuro, abundando la ausencia de los ediles electos.
El caso es que podrán las elites rojas treparse en el periplo yunista del primogénito para la crítica, pero para nadie pasa inadvertido.
Y más, cuando las elites panistas (los Julen, los Chapitos, los Mancha, los Yescas, los Cambranis, los Serralde, los López Landero, los Chori-quesos, etcétera) han avalado por completo su candidatura a gobernador, pues a cambio fueron (y serán más) bendecidos con cargos públicos para ellos y sus huestes.
Por ejemplo, Julen Rementería tiene amarrada (y hasta por escrito, dicen sus amigos) la nominación al Senado.
Y Pepe Mancha tiene segura la reelección de su hijo putativo, He Man Sergio Hernández Hernández, a la diputación local.
Y la familia del “Chapito” ultra contra súper asegurada. Una hermana, en el Senado. Otro hermano, alcalde por entregar. Otro hermano, alcalde por tomar posesión. El mismo, soñando don la candidatura al Senado de la República.
Y de ñapa, los perredistas Rogelio Franco Castán, SEGOB, y Jazmín Copete, diputada local, acariciando la posibilidad de la curul senatorial.
El reparto del poder para que todos estén felices, pues el huracán Yunes Linares se adueñó del PAN con toda su experiencia priista y que significó la renuncia de un cuarteto de pilares como eran
Gerardo Buganza Salmerón, Juan Bueno Torio, Alejandro Vázquez Cuevas y Tomás Trueba Gracián, todos con más de veinte años de antigüedad azul.
Además, Víctor Serralde, el examigo de Pepe Mancha que tanto lo enriqueciera con los “Pisos Firmes” de Felipe Calderón Hinojosa, cuando Abel Cuevas era delegado federal y Yunes Márquez coordinador del Programa Oportunidades en Veracruz, achicado por completo, pues tuvo la temeridad de enfrentarse al gobernador Yunes en la contienda interna del año pasado por la candidatura.
DEJARSE COMER EL MANDADO…
La candidatura del primogénito a la gubernatura es una nominación un millón de veces anunciada. Tanto que en el carril panista y perredista y también en el priista y morenista y hasta en la cancha mediática nacional lo dan como un hecho.
Incluso, hasta la población.
Más aún, la oposición al PAN la ha tomado como parte del discurso político.
Y más cuando el OPLE, el organismo electoral, avalara que su periplo municipalista es válido y en ningún momento viola la ley.
El padre gobierna Veracruz. Y el año entrante, mejor dicho, desde ahora, enfrenta la más grande batalla política de su vida como es heredar el imperio faraónico al hijo. Y por añadidura, hará todo, absolutamente todo lo que esté a su alcance (capital político, capital electoral, capital social, capital económico, el aparato gubernamental a sus órdenes, etcétera) para amarrar la victoria.
Allá los senadores priistas y AMLO y Cuitláhuac García si se “dejan comer el mandado”, pues en una batalla se gana o se pierde de acuerdo con la habilidad y la experiencia y la estrategia del general en jefe.