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Expediente 2017: La pareja gubernamental

El Piñero

 

Luis Velázquez

31 de octubre de 2017

Ninguna pareja política tan envidiada y envidiable como Karime Macías y Javier Duarte. Ahora sí, como dice el proverbio popular de “Los tres mosqueteros”, “uno para el otro y el otro para todos”. En el carril político, por ejemplo, se habla del “uno y el dos”. Ellos, iguales. Igualitos.

Por ejemplo:

En el diario privado de Karime (quizá “Diario secreto” como el título de un libro del escritor ruso, Alejandro Pushkin), en poder de la Procuraduría General de la República, PGR, para dar seguimiento a las denuncias penales levantadas por la Fiscalía azul, hay una frase que revela la dualidad entre ambos.

La frase expresa el acuerdo conyugal en el viaje sexenal, como dijera Fidel Herrera Beltrán, “en la plenitud del pinche poder” y cuyo acuerdo fue el siguiente:

En los negocios de uno a diez millones de pesos que les cayeran… cada quien hacía y deshacía, sin necesidad de consultarlo con el otro.

“Manos libres”, pues. Libertad. Y libertad absoluta.

Pero en los negocios de diez millones de pesos para adelante, la pareja gubernamental debía hablar para, digamos, decidir juntos.

Nada, entonces, de que a “Chuchita la bolseaban”.

Así, “al pie de la letra” operaron durante casi 6 años ininterrumpidos, dueños del día y de la noche, dueños del erario federal y estatal, dueños del destino común.

Y sin rendir cuentas a nadie. Ni al ORFIS, que estaba a sus órdenes.

 

JEFA MÁXIMA

 

Los duartistas retratan a Karime de la siguiente manera:

Hacia afuera, en la relación con los demás, un dulce. Pero hacia adentro del gabinete legal y ampliado, mano dura, “impecable e implacable” como describiera Javier Duarte a Luis Ángel Bravo Contreras, su Fiscal impuesto para 9 años y a quien poco le duró el gusto, aun cuando tiempo de sobra existió para su megalomanía, soberbia y desfachatez.

Tal cual, las versiones es que la señora residente en Londres solicitante de asilo político al Reino Unido actuaba como la jefa máxima, estableciendo su voluntad en todo como si fuera, más que la agenda pública, su agenda privada.

Es más, hay quienes afirman que ella estaba atrás de todos los negocios, como dice el clásico, “habidos y por haber”.

Ella decidía, por ejemplo, el destino del dinero público, en mansiones, departamentos, edificios, ranchos, caballos, lanchas, viajes, empresas fantasmas, etcétera, etcétera.

En tanto, Duarte se reducía a desgobernar Veracruz y “a dar vuelo a la hilacha” en las mieles del poder.

Una cofradía, sus guardias pretorianos (Érick Lagos, Jorge Carvallo, Alberto Silva, Adolfo Mota, Tarek Abdalá y Édgar Spinoso) se adueñaron de sus neuronas, de su corazón, de su hígado y de su sexo.

Y también, claro, hacían y deshacían.

Karime, entregada por completo a los negocios y a repartir cargos públicos entre ocho familiares, además, de a su padre, el gran litigante del sur de Veracruz y a quien todos los priistas le rendían culto.

 

EXILIO DORADO

 

El repudio a Karime Macías se calibra de la siguiente manera:

En Londres vive con parte de la familia, en que incluye a sus hijos (uno de ellos ya fue inscrito en una escuela privada en la ciudad más cara del mundo), pero también a primas y tíos, casi casi como Porfirio Díaz y Carmela Romero exiliados en París al triunfo de la revolución maderista.

Un día, en medio de aquellas mañanas frías, Karime creyó el cuento de que era una perseguida política y tocó puertas para solicitar asilo en el Reino Unido argumentando saberse todas las canciones y las vidas de los cuatro Beatles.

Días después, algunos mexicanos residentes en la Gran Bretaña expresaron en la plataforma Change.org el repudio connacional a Karime y en unas horas había ocho mil firmas en contra pidiendo a Theresa May que por ninguna razón o pretexto la cobijara y protegiera como una perseguida política.

 

REPUDIADA EN EL MUNDO

 

Una encuesta azul es categórica:

Si con Javier Duarte el hartazgo llegó al vómito, ahora la mayoría de la población jarocha repudia por completo a Karime con más, mucha más intensidad… por tantos abusos y excesos cometidos como esposa en el ejercicio del poder.

Y la yunicidad sigue aportando pruebas a la denuncia penal en su contra en la Procuraduría General de la República, PGR, para proceder de acuerdo con la ley, simple y llanamente, según la ley, más allá de la cacareada “cacería de brujas” en que los duartistas han caído declarándose, pobrecitos, ángeles de la pureza.

 

EL MAL KARMA LA PERSIGUE

 

Es más:

Hasta donde se sabe si se sabe bien, el asunto ya llegó a Los Pinos.

Con todo y pruebas documentadas, papelitos notariales, copias de cheques, movimientos bancarios, relación de empresas fantasmas, fechas de operaciones, prestanombres con sus datos.

Y ante el Sistema Nacional Anticorrupción…

Y ante los diecisiete ex gobernadores (del PRI, PAN y PRD) acusados de pillos y ladrones…

Y de cara a la elección del presidente de la república, 9 gobernadores, 500 diputados federales y 128 senadores de la república el año entrante (más los diputados locales)…, en el más alto nivel han decidido, simple y llanamente, que la ley se aplique.

Igual que en el caso de Javier Duarte en que Miguel Ángel Yunes Linares cabildeó lo suficiente en la PGR y Los Pinos para proceder, el góber azul actuará con Karime Macías, la mujer sureña que en su diario íntimo escribiera cincuenta veces que merecía abundancia.

Se le olvidó que “Dios castiga sin palo y sin cuarta” y que el mal karma suele multiplicarse en un montón de generaciones.

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