Luis Velázquez
Veracruz.- Hay en la Yunicidad un fuego amigo en contra de la diputada local, Marijose Gamboa Torales.
Por ejemplo:
83 reporteros de norte a sur y de este a oeste de Veracruz publicaron una cartita denunciando la ley mordaza del Fiscal, Jorge Winckler, además de diaristas consentidos a quienes abastece, digamos, de noticias privilegiadas y exclusivas.
Y lo peor, argumentando que se reserva información en nombre del nuevo sistema penal.
Entonces, el Fiscal reaccionó de la siguiente manera: inculpó a la diputada de la autoría intelectual y de haber puesto al ejército reporteril en su contra.
Así nomás…”quesque” porque el día amaneció nublado y lloviendo en Xalapa.
Peor aún: el Fiscal, sin ningún asomo de mesura y prudencia, agarró a tuitazos, tipo Donald Trump, a la legisladora.
Incluso, más allá de lo peor: con frecuencia, el Fiscal, tan dado a tales cosas, y según versiones, enciende al góber azul en su contra.
Y en tanto él mismo se declara ángel de la pureza, culpa a los demás, entre ellos, a la diputada, de sus errores, fallas y pifias, entre ellas, y por ejemplo, la libertad condicional para el ex director del Seguro Popular, Leonel Bustos, acusado del presunto desvío de más de dos mil millones.
Y aun cuando todavía, y por ahora, hay civilidad entre el Fiscal y la diputada, sin que nadie se ahogue en un vaso, el fuego amigo ha seguido, amenazando con un desenlace terrible.
Está claro que la diputada tiene una fuerza social y popular fuera de duda en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Además, claro, de que Javier Duarte la convirtió en un símbolo de la lucha y la resistencia, pues fue su única prisionera política en seis años, sin contar, por ejemplo, el caso de la rara y extraña desaparición de “El oaxaco”, y de paso, el asesinato de los 19 reporteros y los tres más desaparecidos.
Pero de ahí a que la diputada tenga toda la fuerza del mundo para poner a más de 80 reporteros en contra del Fiscal, caray, se trata de una exageración.
LA PUNTA DEL ICEBERG
Pareciera que el Fiscal es apenas, apenitas, la punta del iceberg en contra de la legisladora, y cuyas diferencias fueron descubiertas a partir de que Luis Ángel Bravo Contreras fue doblado y arrodillado, perdonado y enviado a su casa con toda la tranquilidad del mundo cuando la diputada lo tenía en su lista para llevarse a juicio político en el Congreso.
Por ejemplo, el coordinador de la bancada panista en el Congreso, Sergio Hernández, la quitó de la Coordinación Política, y lo peor, con el autoritarismo del mundo, sin ninguna explicación.
El revire que ya se está dando en contra de la iniciativa de ley para crear los mototaxis en las regiones indígenas y campesinas y obreras de Veracruz que presten servicio de transporte a los humildes, los pobres y los jodidos y que tanto escozor despertara en lo que la misma diputada llamó “la mafia de transportistas”.
El aislamiento a la que la llevaron a la hora de elegir a los miembros de la llamada Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, CEAPP.
Y el caso último que “puso de puntas” a los diputados locales del PAN cuando descubrieron que la diputada tiene una lista de más de cuarenta panistas del CDE como “aviadores” en la LXIV Legislatura y quienes cobran salarios que oscilan entre los 5 mil a 20, 25 mil pesos mensuales, y que “aviadores” al fin, nadie conoce, y que habrían sido impuestos por el presidente estatal, el tuxpeño Pepe Mancha.
Incluso, si uno y otro hecho se concatenan, todo indicaría que el fuego amigo ha alcanzado su máxima dimensión con miras, entre otras cositas, hasta “congelarla” por completo, y de pronto, zas, el golpe maestro de desaforarla.
Tan es así que los hijos del góber azul están ocupados y preocupados, pues ella es amiga de los dos, con quienes primero, antes que nadie, compartiera sueños y utopías.
LA YUNICIDAD LA ESTÁ CERCANDO
Salvo excepciones, está probado que los políticos tienen intereses y sólo son sus amigos aquellos que mudan en socios, aliados y cómplices.
Además, en igualdad de circunstancias, fuerza y peso. Peso político. Peso social. Peso económico.
Marco Tulio Cicerón, que mudó de césar en escritor y filósofo, lo decía con claridad: los políticos utilizan a los demás y luego les excluyen con desdén.
La diputada, por ejemplo, tiene un nombre y un crédito y un capital político y popular fuera de serie.
Y como ella padece indignación crónica, la misma enfermedad de Ricardo Flores Magón, Filomeno Mata, Francisco Zarco, Ignacio Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano, entonces, y en nombre de sus principios, valores, ideas, ideales, sueños y utopías, “se muere en la raya”.
Y más, porque como joven es una mujer intensa que vive cada día con impetuosidad volcánica, como si fuera el último respiro.
Y por añadidura, se resiste a creer que la política es negociación, con acuerdos y pactos en lo oscurito, traicionando los ideales, cierto, pero al mismo tiempo, el sentido social.
La Yunicidad la está cercando… que nada fácil será teniendo el poder y el poder absoluto.
Por eso, nada más ilustrativo que la historia para esperar con expectación la decisión que tome la diputada.
Por ejemplo, Dalila cortó el pelo a Sansón, pero le creció y recobró su fuerza.
Salomé tuvo la cabeza de Juan Bautista que le diera Herodes para felicidad de su madre, que lo odiaba, pero a cambio debió vender su cuerpo.
Judas aceptó las treinta monedas y luego, mortificado y arrepentido, se ahorcó.
David, con apenas una honda y una piedra, derrumbó de una pedrada al gigante Goliat y lo mató.
Victoriano Huerta asesinó a Francisco I. Madero y a José María Pino Suárez, pero la maldición lo persiguió y murió de cirrosis.
Tal cual, Maryjose Gamboa oscila entre la dignidad y la disciplina, a la que otros llaman con toda su crudeza sumisión.