Luis Velázquez
Veracruz.- Andrés Manuel López Obrador, AMLO, ha publicado un nuevo libro. Se llama “Oye, Trump”. Toca un asunto clave para el país. El tema de los migrantes. Once millones de mexicanos, la mayoría sin papeles, en Estados Unidos. 800 mil dreamers, los jóvenes soñadores, de los cuales 623 mil son paisanos (una parte, jarochos) amenazados con la extradición.
“El peje” estuvo en EU. Luego, fue a Europa. Pero antes, en Los Angeles, presentó su libro. La escritora Elena Poniatowska y el columnista de La Jornada, Pedro Miguel, fueron los moderadores.
Y en el libro plantea, entre otros aspectos vitales, las propuestas y las acciones que lanzaría en caso de ganar la presidencia de la república el año entrante. Y más ahora cuando se mantiene como favorito en la encuesta, incluso, de Los Pinos de Enrique Peña Nieto. Y cuando además, el PAN, el PRD y el Movimiento Ciudadano integraron su llamado frente amplio por el país, con el único objetivo de frenar al tabasqueño.
El tema resulta espinoso y ríspido de por sí, pues la mitad de la población sueña con migrar a EU ante el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre, y tan es así que por lo pronto, un millón de jarochos están en el país vecino.
Y más, si se considera la migración de América Central (Guatemala, Honduras, Salvador y Nicaragua) a EU, pasando por Veracruz, donde se topan con el infierno mismo.
Poniatowska lo dijo así en Los Angeles:
“Por desgracia, hombres, mujeres y niños salen de su parcela, su maizal, su sembradío, su techo, por culpa del mal gobierno mexicano”.
Y mal gobierno, porque tanto a nivel federal y estatal (en Veracruz, ni una sola fuente de empleo han creado en el llamado “gobierno del cambio” iniciado hace nueve meses y 13 días), la política económica y social ha fracasado.
Aquí, en el territorio jarocho, sólo ha servido, digamos, para el lucimiento de las titulares de la SEDESOL. Pocahontas Indira Rosales vestida de indita echando tortillas en la sierra de Zongolica y Heidi Anilú Ingram vestida con pantaloncito negro apretado y con botas dando de comer a las ovejas en un ranchito por la región de Coatepec.
En tanto, vigente la numeralia de la miseria del CONEVAL: seis de cada 10 habitantes en la pobreza y la jodidez.
Por eso, resulta interesante el libro de AMLO, “Oye, Trump”, cuando, y por ejemplo, hasta el Ku Klux Klan, el temible grupo terrorista en la negritud norteamericana, ha sido resucitado (además de grupos neonazis) para lanzarlos contra los migrantes.
POLÍTICA MIGRANTE DE AMLO
En el libro plantea una nueva estrategia diplomática para atender y proteger a los ilegales. Entre ellas, las siguientes:
Una. “En poco tiempo, los 50 consulados de México en Estados Unidos se ocuparán por completo de la defensa de nuestros paisanos”.
Dos. “Los consulados se convertirán en auténticas procuradoras”.
Tres. “Los cónsules serán seleccionados con mucho rigor y tendrán rango de embajadores”.
Cuatro. “Los cónsules deberán ser igual de honestos y profesionales tanto el de Los Angeles como el embajador de México en Francia”.
Cinco. Habrá “una relación bilateral con EU fincada en la cooperación para el desarrollo”.
Sexto. “Defenderemos a los migrantes, pero al mismo tiempo, aplicaremos una política económica para generar empleos y garantizar a los mexicanos trabajo y bienestar en su lugar de origen, con sus familias, sus costumbres y su cultura”. (La Jornada, Elena Poniatowska, 3 de septiembre, 2017)
Desde luego, la política diplomática de “El peje” es más amplia, pero ha deseado resumirse en los puntos anteriores, porque de entrada muestra una diferencia sustancial con el Peñismo y el par de sexenios panistas.
EL ÚNICO GRAN LÍDER SOCIAL
AMLO tiene más, mucho más de la batalla electoral ganada de cara a la sucesión presidencial del año entrante.
Incluso, tanto el PRI como el PAN y su aliado el PRD están dando “palos de ahogado”, porque unos y otros están enfrascados en una pelea estelar (caso el Congreso de la Unión con el Fiscal de 9 años), cuando en todo caso el temible enemigo y adversario a vencer es MORENA y el tabasqueño.
Por eso, mientras aquí “se rasgan las vestiduras” por el nombramiento de un Fiscal independiente (¿autónomo para quiénes?), López Obrador camina por el mundo y con efectividad.
Incluso, uno de los presidentes que lo recibió lo llamó de plano “presidente de México”.
Durante doce años ha recorrido el país, siempre, de manera invariable, puebleando, el terreno donde el tricolor sólo llega en tiempo electoral regalando despensas para, digamos, ganar voluntades, y acercándose a los sindicatos atrás del voto corporativo.
Ahora, puebleó en Estados Unidos con los migrantes, y lo que resulta estratégico, porque todos ellos tienen, como es lógico y natural, familias numerosas en México, y quienes bien podrían incidir para una tendencia del voto.
Ningún precandidato priista (José Antonio Meade y Miguel Ángel Osorio Chong), ni panista (Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya), ni perredista (Miguel Ángel Mancera) tiene el arraigado liderazgo social como AMLO.
Pero además, una fama pública de una honestidad intachable “a prueba de bomba”.
En un país tan jodido y agraviado, “El peje” es la única posibilidad de un cambio de sistema político, económico y social que sólo ha dejado pobreza y hambre, con sus gobiernos priistas y panistas.