Luis Velázquez
28 de diciembre de 2017
Pepe Yunes Zorrilla es el (pre)candidato del PRI a la silla embrujada del palacio principal de gobierno de Xalapa. El ritual tricolor se ha cumplido. El senador Héctor Yunes Landa se disciplina. Institucional. Firme. Pepe, tuiteó, es buen candidato y será mejor gobernador.
De aquel tiempo, en el Chirinismo, cuando fuera presidente municipal de Perote, a la fecha, muchos años han caminado. Y de entonces al momento actual, una característica lo identifica por completo.
Su honestidad “a prueba de bomba”.
Hijo de un hombre pudiente, don Pepe Yunes Suárez, amigo de los gobernadores desde Rafael Murillo Vidal, siempre rechazó las invitaciones en turno para un cargo de elección popular y/o de confianza. Pero quiso realizarse en su hijo que entre otras cositas, ha sido diputado local y federal, presidente del CDE del PRI y senador de la república, y ha paseado su honradez en todos lados.
Ningún negocio lícito o ilícito, ni tampoco empresas fantasmas, ni menos alianzas vergonzosas o bajo sospecha con los amigos, ni mucho menos, canonjías para las barbies, lo identifican.
Una vida ejemplar en el estercolero de la vida pública que ha convertido al país en puntero de la corrupción, no en América Latina, tampoco en alguno de los cinco continentes, sino en el mundo.
Nunca nadie, absolutamente nadie, lo ha acusado de corrupción. Tampoco de tráfico de influencias. Ni de “ordeñar la vaca” ni de “meter las manos al cajón”.
Por eso, su integridad constituye la mejor garantía política, social, moral y ética para dignificar el destino común de Veracruz, habitado por ocho millones de habitantes, de los cuales un millón son indígenas y dos millones campesinos y tres millones obreros, atrapados seis de cada 10 en la pobreza, la miseria, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre.
POLÍTICO RESPETUOSO Y DECENTE
Pepe Yunes uno de los pocos, excepcionales, políticos cien por ciento respetuoso de todos, y con todos, sin excepción.
Y por añadidura, ultra contra súper decente.
Jamás, un improperio. Nunca, una intriga. Jamás, habla mal de nadie. Nunca cae en la provocación del chismerío. Menos, le abrigan el resentimiento ni el odio. Menos, mucho menos, la venganza.
Siempre, y en todas las circunstancias, apostando a la civilidad y a la negociación y a los acuerdos, y a caminar juntos para entre todos empujar la carreta.
Político mesurado y moderado, y lo que en todos los tiempos significa una excepción.
Ceremonioso, además. Digamos, en todo caso, tomando en serio y muy en serio las horas del día y las horas de la noche en que convive con los demás. Dando a sus palabras y acciones la más alta investidura del respeto a los más elementales derechos humanos.
Seguir siempre para adelante. Sin escuchar a los lados el cántico seductor de las sirenas.
Y en ningún momento, porque sea débil. Al contrario, es así porque su fortaleza espiritual de adentro le permite la consistencia temperamental y emocional y sentimental hacia afuera.
“El hombre que se detiene en lo humano, dice el libro bíblico de los Corintios, nunca tiene espacio y tiempo para lo espiritual”.
Por eso, su firmeza como ser humano y que tanto se necesita en el ejercicio del poder para ser justo y que es, como se decía en la antigua Grecia, el más alto desafío del ser humano.
SERENO Y MESURADO
Un día, cuando era presidente municipal de Perote, tuvo roces con una persona. Y poco a poco le fue agotando la paciencia y la prudencia hasta que, digamos, resultó inevitable una gresca.
Entonces, su padre, don Pepe, le dijo con firmeza:
“Tú eres político y has de conciliar, siempre, a partir del diálogo. Y la mesura. Y si los madrazos son necesarios, entonces, para eso estoy aquí”.
Tal cual, Yunes Zorrilla fue educado y reeducado. Habituado a mirar la vida y más la vida pública desde otra perspectiva.
Con firmeza, firmeza moral, firmeza ética, firmeza social, enfrentó a Javier Duarte y evidenció su política económica y financiera y su política de seguridad, entre otros aspectos.
Como senador de la república cabildeó recursos federales por más de cuatro mil (cinco mil, parece) millones de pesos de la secretaría de Hacienda y Crédito para los presidentes municipales y los productores organizados.
Y en todos los casos fueron entregados en forma directa a los beneficiados, sin intermediarios, vía el depósito bancario.
Y Duarte y los suyos en la secretaría de Finanzas y Planeación, se encabritaron y se le fueron a la yugular y lo congelaron en todo y con todo.
Y no obstante, Pepe Yunes se mantuvo sereno y mesurado, sin entrar en la polémica, sin comprar pleito, sin ponerse los guantes, porque en todo caso, el objetivo social era otro, en ningún momento fajarse como peleador callejero, pues, y por lo regular, nada se gana, más que la confrontación estéril.
TODO SEA POR VERACRUZ
El humo blanco ha salido de los partidos políticos.
El candidato de MORENA es el profesor y diputado federal, Cuitláhuac García Jiménez, quien contendrá por segunda ocasión, derrotado como fuera el año anterior por Miguel Ángel Yunes Linares.
El candidato del PAN es el licenciado Miguel Ángel Yunes Márquez, dos veces presidente municipal de Boca del Río, diputado federal y coordinador del programa “Oportunidades” de la SEDESOL felipista.
Y el candidato del PRI es Pepe Yunes Zorrilla, el itamita que fuera compañero, entre otros, de José Antonio Meade, el candidato presidencial, Luis Videgaray, y Mikel Arriola, candidato tricolor a jefe de Gobierno en la Ciudad de México.
Todo sea por el bienestar social de los pobres “y los pobres entre los pobres” de Veracruz.