Luis Velázquez
Veracruz.- Miguel Ángel Yunes Linares vive en tenaz combustión. Su estilo personal de ejercer el poder y hacer política es huracanado. Como él mismo ha sido siempre. Pero luego del saqueo de Javier Duarte y los suyos, es la única manera de gobernar. “Ni perdón ni compasión” ha proclamado. Sólo justicia. Justicia, a secas.
Y más luego de la rueda de prensa dominical en que recordó el 30 de abril del año 2016, cuando interpuso una denuncia penal en contra de Duarte y diez familiares más por despojo.
Y todavía más cuando el Fiscal de entonces, Luis Ángel Bravo Contreras, nunca le dio curso.
Y es que la mitad de la población de Veracruz y la otra mitad está encabritada con todos los duartistas pillos y ladrones.
Pero más, mucho más, con la familia de Javier Duarte y Karime Macías y su familia.
Todos, dejó claro el domingo 6 en la tarde, “metieron la mano al cajón”.
Y por eso mismo, Yunes está encarnando y reproduciendo el coraje social que clama y proclama, más que venganza, justicia.
Primero, que devuelvan todo lo robado.
Segundo, que sean encarcelados y sujetos a un proceso penal.
Y tercero, que se refundan en la prisión.
La población está ardida. Incluso, hasta los mismos priistas (se ignora si porque los dejaron fuera) están molestos.
Ellos mismo lo confiesan: Duarte y los suyos “se pasaron de tueste”.
Caray, Karime, dijo Yunes, “parte de la trama de corrupción” según confesara su prestanombre, Moisés Mansur Cisneyros.
Y lo peor, desde que Duarte era subsecretario de Finanzas y Planeación, en que, habrá de recordarse, estaba por encima del titular, Rafael Murillo Pérez, él mismo tesorero general del Estado cuando Rafael Hernández Ochoa gobernara Veracruz, 1974/1980, y que convertido en figura de paja prefirió renunciar y dejar que Duarte, con Fidel Herrera Beltrán, hicieran y deshicieran con el recurso público.
EL GRAN DESPOJO
El gobernador recordó la lista de la familia sagrada del sexenio anterior que descarriló con el tesoro público cuando hace dieciséis meses interpuso la denuncia penal:
Una. Karime Macías, “cómplice muy relevante” en el saqueo.
Dos. María Virgina Jazmín Tubillas Letayf, suegra de Duarte.
Tres. Córsica Tubilla Tetayf, familiar de Karime.
Cuatro. Mónica Ghian Macías Tubillas, familiar de Karime.
Cinco. Córsica Alejandra Ramírez Tubilla, familiar de Karime.
Seis. José Armando Ramírez Tubilla, familiar de Karime.
Siete. Lucía Tetayf Barroso, familiar de Karime.
Ocho. Jorge Fernando Ramírez Tubilla, familiar de Karime.
Nueve. Oscar Millet Aguilar Galindo, cuñado de Javier Duarte, casado con uno de sus hermanos y quienes viven en España.
Diez. Antonio Macías, padre de Karime.
Todos ellos, dice el gobernador, saquearon el erario. Saquearon Veracruz. “Ordeñaron la vaca”. Se enriquecieron. Y se enriquecieron de manera asquerosa.
Y asquerosa, porque era dinero obtenido con el pago del impuesto de todos y cada uno de los contribuyentes del territorio jarocho.
Además, claro, de los recursos federales.
Y además, de los prestanombres, y los colaboradores y los aparentes empresarios, socios, aliados y cómplices.
Por eso, la población está molesta. Irritada, a tal grado que nadie aceptaría el perdón y la compasión para ellos.
Y por eso mismo, porque en ningún momento se ha dado por vencido, la tenacidad y la tozudez de Yunes Linares para aplicar la ley y aplicar la justicia.
Tan es así, y como lo revelara, que la Fiscalía ya giró órdenes de aprehensión en contra de Juan Antonio Nemi Dib, ex secretario particular de Karime Macías en el DIF, ex secretario particular de Duarte y secretario de Salud.
Y de Carlos Aguirre Morales, tesorero de SEFIPLAN con Fidel Herrera y subsecretario y secretario de SEFIPLAN con Duarte.
Y ha solicitado el desafuero, por ahora, de un par de diputados federales. Alberto Silva Ramos, ex vocero duartista y ex secretario de Desarrollo Social y ex presidente del CDE del PRI, y Tarek Abdalá, el poderosísimo tesorero de SEFIPLAN, a quien Karime llama “mi hermano”.
CON LA LEY POR DELANTE
Yunes tiene a su lado un arma devastadora como fue la corrupción duartista.
Pero además del conocimiento puntilloso del derecho y de los vericuetos de la justicia penal, su firmeza y dureza para aplicar la ley, con todo, incluso, que en una parte de la cancha priista, mejor dicho, el carril duartista, sostengan que la PGR, Procuraduría General de Justicia, va de gane, porque tiene guardaditas unas denuncias penales en contra del gobernador.
Pero más allá de los ex abruptos, el caso es concreto y lacónico. Yunes sigue para adelante y enfrenta, sin duda, a las elites tricolores que estarán presionando para que le baje, soñando quizá con la misericordia.
Nada, sin embargo, lo detiene. El saqueo fue exorbitante. Y a estas alturas, tendrá la simpatía y el reconocimiento de todos.
Más aún, y en su haber: con justa razón, el góber azul se ha radicalizado en su lucha frontal, sin medias tintas, sin rodeos, sin tregua, contra la reciente corrupción política en Veracruz.
Su rostro adusto, más adusto que en otras ocasiones, lo dice todo. Y aun cuando existan quienes se estén agriando cada día, la población sólo estará satisfecha cuando todos ellos devuelvan el dinero saqueado y terminen en la cárcel, pues los duartistas se creyeron intocables, invencibles, impecables, implacables.
Yunes heredó un campo minado con latrocinios. Y ahora le corresponde seguir metiendo orden. Con firmeza y la ley por delante.