Luis Velázquez
Veracruz.- Las tribus políticas intentan, como siempre, repartirse el pastel. En todos los partidos. En todos los pueblos. Y la población, como documenta el Coneval, la miseria y el hambre. 6 de cada 10 habitantes de Veracruz en la jodidez.
Y lo peor, un alcalde pasa y llega otro y todo, por lo general, sigue igual.
Nada ilustra el caso como, por ejemplo, San Andrés Tuxtla.
En un lado de la cancha, el presidente municipal, Manuel Rosendo Pelayo, pretendiendo heredar el poder edilicio a uno de los suyos, el secretario del Ayuntamiento.
Y en el otro, el diputado federal, Jorge Alejandro Carvallo Delfín (“El hijo más ruin que he tenido”), en alianza con Marina Garay viuda de Pérez, ex alcaldesa y ex diputada local y federal, cabildeando para imponer a su hijo Gustavo Pérez Garay, ex diputado local del PRI, ahora como candidato independiente.
Y con el único objetivo de dividir los votos de la población electoral, por lo pronto, Octavio Pérez Garay acelera a su primo hermano, Armando Pérez Sánchez, para buscar la candidatura de la alianza PAN y PRD a la alcaldía.
¡Ah!, pero Pérez Sánchez tiene un padrino de primer nivel. Se llama Germán Yunes Linares, hermano menor del gobernador de Veracruz, y cuya amistad alardea en el pueblo y ante las huestes azules y amarillas.
Ludópata, cliente asiduo en Las Vegas, Pérez Sánchez, sin una biografía social, sin trabajo popular en la zona rural e indígena, ni tampoco urbana, es primo hermano de Alejandra Pérez Godínez, de 17 años de edad, quien en el bulevar “5 de febrero”, en exceso de velocidad, a la una de la madrugada de un sábado anterior, atropellara y matara a Mauricio Moreno Prado, de 30 años, mesero que era en un restaurante.
Ellos son los Hernán Cortés del siglo XXI en San Andrés Tuxtla, buscando, dicen ellos, salvar a un pueblo en el abandono social por el alcalde Rosendo Pelayo, él mismito que con algunos de sus homólogos formara parte de la conspiración que tumbó a Felipe Amadeo Flores Espinoza del CDE del PRI.
BURDA PELEA POR EL PODER POLÍTICO
Muchos años costó a Rosendo Pelayo llegar a la presidencia municipal. Incluso, guardando un resentimiento y odio multiplicado en contra de Marina Garay, quien tanto lo humillara en el camino.
Ahora, uno y otro enfrentado por la sucesión en la silla embrujada del palacio tuxtleco.
Marina, por ejemplo, entronizada en el poder como si fuera la dueña del pueblo y su destino. Ella ya desempeñó todos los cargos públicos que nunca su esposo, QEPD, pudo alcanzar. Sería, digamos, la “doña Bárbara”.
Golosa del poder, y luego de que impusiera a su hijo como diputado local priista, cabildea con su socio y aliado, Jorge Carvallo, para que Gustavo Pérez Garay sea el candidato independiente triunfador en las urnas.
Ahora reniega del partido tricolor. Y más, luego de la doble derrota del 5 de junio cuando perdieran la gubernatura y la mayoría en el Palacio Legislativo.
Y más, luego del terrible descrédito del tricolor por culpa de Javier Duarte y una parte de los duartistas, entre quienes está Jorge Carvallo, el otro “señor de horca y cuchillo”, originario del estado de México, que desea ser.
Además, con toda la perversidad, porque aceleran a Armando Pérez Sánchez para la candidatura del PAN y PRD, en realidad como elemento distractor que le asegure el triunfo en las urnas.
Una simple y burda pelea desaforada por el poder municipal, sin mayor trascendencia social, más que el beneficio patrimonialista.
JUGADORES EN EL RING
En el otro lado de la cancha panista está el ingeniero Rafael Fararoni. Ya fue alcalde. Y como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, su obra social está fuera de duda, pues aumentó y mejoró los servicios públicos en todo el municipio.
Fue priista, pero decidió separarse del partido cuando en la campaña electoral por la gubernatura, el senador Héctor Yunes Landa candidato, las tribus locales y regionales lo marginaron, quizá porque entonces, Jorge Carvallo y sus aliados, los Pérez Garay, y también los Rosendo Pelayo, operaron con exclusión, dueños que se creían y sentían del trono imperial y faraónico.
Incluso, llamó en su oportunidad al búnker del senador y de igual manera, las puertas cerradas.
Entonces, se cobijó en el PAN y ahora busca la candidatura de la alianza PAN y PRD a la presidencia municipal.
El tiempo electoral del OPLE va caminando.
Y nada fácil sería que de pronto, el subsecretario de Desarrollo Agropecuario, el panista Germán Yescas, “mano que mece la cuna”, aparezca con su candidata, una mujer que ha sido lideresa local.
Pronto, sin embargo, se efectuarán las elecciones internas en cada partido, conscientes y seguros todos de que el 2018, cuando serán votados los candidatos a diputados locales y federales, a la senaduría, a la gubernatura y a la presidencia de la república, pasa por los comicios de alcaldes, síndicos y regidores.