Luis Velázquez
Veracruz.- Las siguientes son algunas razones por las cuales la doctora Sara Ladrón será reelegida como rectora de la Universidad Veracruzana, UV, cuatro años más, según la mirada del politólogo Ramón Benítez:
1) Tiene el control de la mayoría de la Junta de Gobierno de la UV. De los nueve notables que eran hace cuatro años, en el tiempo de Ladrón de Guevara siete fueron renovados. Y los siete con su sello personal. Y más, cuando ella misma ha dicho que “los periodos largos dan estabilidad a la UV”. Tanto que, por ejemplo, hace cuatro años, el doctor Víctor Arredondo Alvarez (por cierto, secretario de Educación con Fidel Herrera Beltrán) quiso elegirse por un periodo más. Pero ni hablar, el mundo académico se le fue encima.
2) Tiene, además, el control de las instituciones académicas de la máxima casa de estudios. Desde el gabinete legal y ampliado hasta los directores de las más de cincuenta facultades en los campus de norte a sur y de este a oeste de Veracruz. Cada uno, mirado, sentido y percibido como sus fans y promotores. Así, y entre otras cositas, la paz y la tranquilidad en la UV y que tanto cuenta, y como dijera Enrique Peña Nieto, cuenta mucho. Más ahora, de cara a la elección de gobernador el año entrante en que el primogénito del gobernador será candidato al trono imperial y faraónico.
3) “En la plenitud del pinche poder” usufructúa de manera absoluta el respaldo y la simpatía de Miguel Ángel Yunes Linares. El último mensaje fue en la LXIV Legislatura cuando aprobaran, oh paradoja, que la UV pueda interponer iniciativas de ley en el Congreso. Claro, ha de recordarse que la Constitución permite a cualquier ciudadano presentar, incluso de manera individual, una iniciativa de ley… que otra cosa, claro, es que camine. Con todo, el góber azul le habría dado “atole con el dedo” a la rectora. Pero en el imaginario social ha quedado la química entre ellos. Y más, por lo siguiente: hoy, la rectora necesita el voto moral y político de Yunes. El año entrante, Yunes la necesitará para el proyecto político familiar. Y más, porque todos los panistas con posibilidades de ganar la candidatura a jefe del Poder Ejecutivo… están planchados. Y el hijo mayor tiene allanado y libre el camino. Ni un sismo político cambiaría el destino de la historia local.
FAVOR CON FAVOR SE PAGA
4) El Congreso local la mira con simpatía. El día cuando le otorgaron la autonomía política cuarenta y cuatro diputados le dieron el visto bueno. Ninguna abstención. Los otros seis, entre ellos, el panista Tito Delfín, el perredista (derrocado) Sergio Rodríguez y la priista Regina Vázquez Saut, simple y sencillamente, faltaron. Se hicieron, digamos, “ojos de hormiga”. Además, ha de recordarse que el Congreso también aprobó la autonomía financiera, con todo y que será efectiva hasta el año 2026, es decir, cuando Sara Ladrón hasta jubilada esté.
5) La rectora tiene buenos vasos comunicantes y química con la ANUIES, que aglutina a las universidades públicas del país. Quizá, claro, el voto de la ANUIES estaría vetado en la Junta de Gobierno. Pero al mismo tiempo, mucho gana la rectora con el simple hecho de la simpatía natural. “Mucho ayuda… el que no estorba” dice el proverbio popular.
6) Ella fue la punta de lanza en contra de la corrupción de Javier Duarte. La rectora se fue a la calle a encabezar, dijo, un movimiento pacífico. Levantó la escopeta política y se fue al Congreso de la Unión. Cabildeó con la ANUIES. Desprestigió por todos lados a Duarte por la retención del subsidio federal y estatal. Ahora, hecho indicativo y significativo, a partir del reino de yunilandia, ninguna palabra en contra, a pesar de que tampoco ha abonado un solo centavo a la deuda tradicional. En todo caso, favor con favor se paga y se cobra.
EN POLÍTICA LLEGA EL QUE MÁS CONVIENE
7) De acuerdo con la conseja popular, “todas las casas se abren desde adentro” como decía el político Ángel Leodegario Gutiérrez. Y en esa tónica, Ladrón de Guevara tiene la llave maestra para tender sus redes a diestra y siniestra.
8) Según las versiones, pactó con el secretario General del FESAPAUV, Enrique Levet Gorozpe, y que aglutina a los siete mil académicos de la UV. Incluso, en el sindicato se asegura que la orden de Levet ya fue dada: todos los súbditos a favor de la rectora para la reelección. Levet, claro, se afianzará más, mucho más, en los próximos cuatro años para seguir perpetuándose en el poder. Es “Don Perpetuo” del Rius jarocho que sabe de pactos y acuerdos en lo oscurito, como cuando quitó el nombre de San Cenobio al pueblo y lo rebautizó con el nombre de “San Cenobio de Fidel Herrera Beltrán”, pues el góber fogoso necesitaba estar a la altura, digamos, de “Alto Lucero de Gutiérrez Barrios”.
El día último de agosto vencerá el plazo para que la Junta de Gobierno lance el humo blanco con el nuevo rectorado.
En la mesa hay siete aspirantes… que serán reducidos a unos cuantos según la normatividad. Y aun cuando parte de la comunidad universitaria (85 mil estudiantes, maestros y burócratas) evidencia la calidad educativa lograda por Sara Ladrón en los últimos cuatro años en que la UV descarriló tanto en Veracruz como en el país, Juan Maldonado Pereda, QEPD, lo decía de la siguiente manera:
“En política nunca llega el mejor, sino el que más conviene”.
Y Sara Ladrón conviene mucho, muchísimo, al proyecto político familiar de Miguel Ángel Yunes Linares.
Y ni modo que Yunes deje pasar la bola “sin meter la cuchara”.