Luis Velázquez
26 de diciembre de 2017
El ritual partidista ya se cumplió. Miguel Ángel Yunes Márquez se registró el sábado 23 como precandidato panista a gobernador. El mismo día cuando Juan Antonio Nemi Dib, secretario de Salud de Javier Duarte, fue capturado. Un día después de que en Xalapa secuestraron al doctor y empresario, Eduardo Ahued Bardahuil, hermano del ex priista Ricardo Ahued, precandidato de MORENA al Senado de la República.
Un registro partidista de antología. Primero, un destape ene millón de veces anunciado. Primero, en el carril político y mediático. Después, el presidente del CDE del PAN, sin su homólogo del PRD, lo destapó como “la única carta fuerte”. Luego, su señora padre, profetizando que será madre de dos gobernadores.
En medio, el señalamiento del nepotismo.
Y mientras en Tabasco con el hijo de Roberto Madrazo Pintado y en Yucatán con el hijo de Emilio Gamboa Patrón, ambos viejos conocidos del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, el PRI dio marcha atrás a heredar la silla embrujada de palacio a los hijos, aquí, en Veracruz, alcanza tanta vida que el primero de enero una treintena de alcaldes tomarán posesión, todos hijos, hermanos y esposas de presidentes municipales en funciones.
Además, el registro del primogénito del gobernador Yunes se concita en medio de truenos y centellas.
Por un lado, la inseguridad como el peor mal de la caja de Pandora de la yunicidad, y por el otro, la bandera oficial del panismo que le permitió lanzar del palacio al PRI y como es la terrible y espantosa corrupción.
El primogénito, baterista que se revelara con Fito Páez, pero más aún, director de una Sinfónica, listo para demostrar a la clase política del país que un padre puede heredar el poder total y absoluto al hijo.
Jefe del Poder Ejecutivo estatal, jefe de los poderes Legislativo y Judicial, jefe de las finanzas, jefe de la seguridad pública, jefe nato de su partido, jefe de las elites eclesiásticas, jefe de los empresarios y jefe máximo de la mayor parte de los medios.
Dueños que son del día y de la noche y del destino común.
Un millón de indígenas y dos millones de campesinos y tres millones de obreros, soñando con una vida mejor.
HAY DE TIEMPOS A TIEMPOS
En el PRI y MORENA apuestan veinte y las malas a que Yunes Márquez perderá la elección de gobernador a partir de dos hechos:
El primero, el nepotismo, pues resulta inaudito, aseguran, que el padre herede al hijo.
Y el segundo, la inseguridad en un Veracruz donde todos los días hay secuestros, desapariciones y ejecuciones.
Ya se verá.
Pero mientras, Miguel Ángel junior fue acompañado en el ritual del registro por su señora madre, su esposa y sus hermanos Fernando y Omar.
Faltó el padre, que bien pudo, pero quizá, y conforme al viejo ritual del sistema político quiso mantenerse lejos, pues como dijo la señora Leticia Márquez en su momento, cada uno de sus hijos tiene vida política propia, y si el padre se ha desarrollado en política toda la vida, los hijos, ni hablar, heredaron la vocación.
Y ni modo de reprimirlos, pues otra cosita, por ejemplo, es que en vida nunca, jamás, Miguel Alemán Valdés permitió que su hijo Miguel se metiera de lleno a la política, y si lo hizo fue después de su muerte, cuando fuera ungido senador de la república y gobernador de Veracruz.
Además, nunca serán iguales el tiempo de los dinosaurios al tiempo de los nerd, los ken y los millenials.
GRAN DEBATE SOCIAL
Durante unos 26, 27 años, el gobernador Yunes fue priista. Luego, con la pasión política desaforada al lado de la profe Elba Esther Gordillo renunció al tricolor y después apareció al lado de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, panista por añadidura.
Así, buscó la gubernatura en el año 2010 y fue derrotado por Fidel Herrera Beltrán operando la candidatura del ex priista Javier Duarte.
Y el año anterior, derrotó al priista Héctor Yunes Landa en las urnas disputando la silla embrujada de palacio.
En el camino, y como se sabe, político huracanado, varios panistas renunciaron al partido azul, entre ellos, Alejandro “El Pipo” Vázquez Cuevas, Gerardo Buganza Salmerón, Juan Bueno Torio y Domingo Bahena.
Y como “joya de la corona” dobló a otras elites azules con canonjías diferentes, la más socorrida con cargos públicos, como por ejemplo, Julen Rementería del Puerto, Joaquín “El chapito” Guzmán Loera, Pepe Mancha y Germán Yescas.
Tal cual, está jugando la batalla más importante de su carrera política como es heredar el poder público a sus hijos.
Fernando, por ejemplo, ya es presidente municipal electo, y Miguel Ángel, listo para el trono imperial y faraónico.
Y por añadidura, apostará todo, absolutamente todo su capital político y social y económico, y relaciones, y cabildeos, y acuerdos y pactos para quedarse con la gubernatura de 6 años.
El resultado, claro, se conocerá hasta el primero de julio del año entrante con el voto en las urnas.
La pelota está en la cancha.
Y más allá de las encuestas históricas…
Y más allá de los profetas del desastre…
Y lejos, muy lejos de las especulaciones y las buenas intenciones de cada quien…
Y lejos del estercolero electoral que siempre suele darse…, el gran debate girará alrededor de un solo objetivo, como es la mejor estrategia y discurso para convencer a una población electoral donde seis de cada 10 habitantes de Veracruz están atrapados y sin salida en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la migración y la prostitución para llevar el itacate y la torta a casa.