Luis Velázquez
Veracruz.- Javier Duarte, preso.
Su jefe policiaco, Arturo Bermúdez, preso.
Uno de sus secretarios de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac, preso.
Su primera vocera, Gina Domínguez, presa.
Su gobernador interino de 48 días, Flavino Ríos, en prisión domiciliara.
Su director administrativo en la secretaría de Salud, Isaías Alonso Salas, preso.
Uno de sus constructores, César Augusto Morando, preso.
Otro de sus empresarios, secretario del gabinete legal y cabildero en el PRD, Francisco Valencia, preso.
Uno de sus líderes campesinos, César del Ángel, preso.
Una de sus barbies, Dominga Xóchilt, estuvo presa unos días y salió pagando una fianza de 40 mil pesos.
Su director del Seguro Popular, Leonel Bustos, preso, liberado, con nueva orden de aprehensión y prófugo de la justicia.
Otro de sus titulares de SEFIPLAN, Carlos Aguirre Morales, prófugo de la justicia.
Varios duartistas, con el amparo en la bolsa.
Otros duartistas, en el “Vómito negro” para salvarse.
El penal de Pacho Viejo, convertido en la cárcel VIP.
Todos ellos conviviendo con ladrones de Frutsis, estafadores, violadores, asesinos y malandros.
Un priista lo dice así: nunca creyeron que el paladín de la justicia, Miguel Ángel Yunes Linares, ganaría la gubernatura.
Y con la ambición y la codicia por delante, y también la soberbia y la frivolidad, “se pusieron de pechito”.
En la cúspide del poder, jamás visualizaron la doble derrota del PRI el año anterior. Con la gubernatura y con la disputa por las curules para la LXIV Legislatura.
Y, de ñapa, la gran derrota con las alcaldías el domingo 4 de junio.
Dueños del día y de la noche, creyeron, estaban seguros de que nunca la mala vibra, el karma siniestro y sórdido, los alcanzaría.
Tan es así que el mismo padre putativo y maestro y mecenas de todos ellos, Fidel Herrera Beltrán, lo testimonió de la siguiente manera:
“Javier Duarte no fue lo que yo esperaba. Hizo cosas que no tenía que hacer”.
SE PASARON DE TUESTE…
Duarte y los suyos se pasaron de tueste. Robaron, con todo el cinismo y desparpajo del mundo. Les valía.
Más aún: se corrompieron y corrompieron. El dinero fácil. Ellos se enriquecieron y tentaron a los demás. Y muchos, cayeron. Incluso, y como asegura la diputada Marijose Gamboa, hasta las iglesias fueron pintadas de rojo, rojo PRI, rojo Fidel Herrera, rojo Javier Duarte.
Los recursos federales para educación, salud, seguridad pública, el campo, etcétera, desviados con el único objetivo de cumplir la sentencia bíblica de que “yo merezco abundancia”.
Alguna voz prudente pudo haber existido. Digamos, quizá, acaso, los súper asesores José Murat Casab, Enrique Jackson Ramírez y Carlos Brito Gómez, y quienes en el carril político tuvieron fama pública de que cobraban un millón de pesos mensuales cada uno.
Por el contrario, en la cancha priista también se decía que los asesores le entraron a los negocios a través de compañías constructoras. Caso “El oaxaco”. Caso, un hijo de Jackson. Caso un socio de Brito.
La corrupción aquella trascendió en la población. Y un día, el hartazgo. El coraje. La indignación.
Por una sola razón poderosa: todos ellos enriqueciéndose con el dinero pagado por todos y cada uno de los contribuyentes.
Y entre tanto, un millón de indígenas en la pobreza, la miseria y la jodidez.
Y dos millones de campesinos soñando con migrar a la frontera norte en los campos de concentración del Valle de San Quintín y a Estados Unidos para toparse con el tráiler de la muerte.
Y tres millones de obreros, soñando con una casita Infonavit.
Si en toda la historia política de Veracruz y del país, la fama pública es que los políticos roban, caray, Duarte y los suyos se excedieron de manera asquerosa y soez.
Lo insólito es que muchos de ellos están mirando la tempestad huracanada y siguen declarándose ángeles de la pureza.
“Soy inocente, soy inocente” gritan.
Por menos, Judas terminó ahorcándose.
CADA MES UN POLITICO PRESO
En la Fiscalía hay 64 denuncias penales contra igual número de funcionarios del sexenio anterior.
Fuera de la dependencia, nadie las conoce. Por eso, aquella generación perdida está azorrillada, temerosa de que un día los detengan.
Y así como el Yunes azul ha expresado su estilo personal de gobernar y ejercer el poder, de acuerdo con la estadística lleva un político preso por mes.
Y si le faltan dieciséis meses en “la silla embrujada” del palacio, entonces, mínimo, 16 duartistas más terminarán en el penal de Pacho Viejo y todavía dejaría casos pendientes que, en todo caso, y si el PAN gana la gubernatura de seis años, entonces, la cacería de políticos pillos seguirá.
Y seguirá con el primogénito de máximo jefe del Poder Ejecutivo y el mismo Fiscal, elegido por la LXIV Legislatura por nueve años.
Dos de Miguel Ángel Yunes Linares, seis de Miguel Ángel Yunes Márquez, y todavía le quedaría pendiente un año más… por si Fernando busca el trono imperial y faraónico en el año 2024/2030.